domingo, 28 de febrero de 2010

Restaurante El Refugio (Oleiros)

Último sábado de enero del '10; cita inesperada con este "inevitable" restaurante. Tras haberlo visto en varios rankings entre los top ten gallegos y repetidas veces en el de los 10 primeros de Coruña (ciudad y área metropolitana) en Pantagruel Supongo; mis ansias por conocerlo ivan in crescendo. La verdad es que el hecho de estar viviendo a escasos kilómetros del mismo, hizo, de algún modo, que la visita se demorase.

Trataré de abreviar:
El local se encuentra en el centro de Oleiros, cerca del Ayuntamiento, ubicado en el bajo de un edificio. La fachada, sin ser demasiado llamativa otorga una imagen de solidez. Al acceder al interior se encuentra un bar-cafetería con mesas y amplia barra. De camino al los comedores, situados al fondo, hay un espacio con sofás y mesita ideal para puros y licores. El comedor, al igual que el resto del local peca a mi parecer de una iluminación excesiva en cuanto a su intensidad, pero con una decoración decididamente desfasada, a lo que no ayuda la total ausencia de hilo musical de ningún tipo. Recuerdo haber pensado "bueno, a ver si los platos distraen mi atención lo suficiente".

Para elegir el primer plato de entre la amplia carta, me deje llevar por lo leído en el ranking de Melvin a propósito de los mejores salpicones de la ciudad (va de rankings, la cosa). La elección por tanto, fue el fantástico salpicón de lubrigante en el que predomina el bicho en su máximo esplendor con una salsa creo que a base de nata y huevo que se condimenta lo justo. Con todo y con eso no podría decir que fue el mejor que he probado en mi vida y si el más caro.



Para el segundo plato un exquisito lomo o solomillo de ciervo con una torrija de cítricos y setas que, siendo fantástico, no logró igualar la fantástica caza que tuve oportunidad de degustar el Chef Rivera.



Para regar estos platos me decanté por un Hacienda de Monasterio servido con exquisitez. Debo aclarar, para quien no lo sepa que la carta de vinos es apabullante y en cuanto a las referencias que conocía, no me percaté de ningún abuso en el precio de las mismas.

Finalizo el menú con un contundente cremoso de queso con mandarina con un sorbete de chocolate que acompañé de un Amontillado. Café, cuenta y adiós.



Antes de ese "adiós" me crucé con el cocinero y aproveche para pedirle una recomendación. Me destacó el Alborada, Casa Pardo, A Mundiña y el Artabria; o sea que va de rankings la cosa.

Conclusión:
No es mi tipo de local, lo de la música es imperdonable, ni es el tipo de servicio que más me agrada y si bien la cocina es incontestable, debo decir que la ausencia de aperitivos o pettit fours son una falta de detalle que no puedo obviar, cosa que no encontraremos (ref. ala ausencia) en ninguno de los restaurantes que me recomendaron. Con todo y con eso, si se volviese a presentar la ocasión y esta sucediese durante las jornadas de caza, no tendría objeción en volver a pisar este restaurante tan venerado por otros.
LA CUENTA:
  • Salpicón de lubrigante...................32,50
  • Ciervo...............................................19,50
  • Pan....................................................0,90
  • Cremoso de queso con mandarina..6,50
  • Hacienda de Monasterio Crianza..35.00
  • Amontillado Tradición....................8.00
  • Café sólo............................................1,20
  • Agua 1l...............................................2,50
TOTAL: 106,10 + IVA = 113,53

lunes, 15 de febrero de 2010

Restaurante Ana (Santiago de Compostela)

Fue en los primeros días del 2010, cuando visité por fin este restaurante y es que lo tenía en el punto de mira desde hacía tiempo. Mi principal sensación a la hora de visitarlo era "a ver que tal me encuentro fuera del Nove"; parecerá de chiste, pero es qué si tuviese ganas de caminar podría ir a pie mis venerados Casa Marcelo o El Mercadito... ... reconozco mi obsesión por ambos, pero veréis lo que se alegró mi cartera de haber elegido el restaurante Ana .

Se que a muchos os parecerá de mal gusto mi costumbre de mostrar las facturas, pero yo lo hago con la intención de informar y colocar a cada uno en su sitio en todos los términos posibles. El factor económico es sin duda un punto a tener en cuenta a la hora de elegir un local, para casi todo el mundo. Advierto que en mi opinión hay sitio para todos, no critico la gestión generalizada de los locales; pero el catálogo de la restauración es muy amplio y a la hora de elegir debemos contar con muchos factores.

¿Que por que digo esto?; pues bien, si nos fijamos en panorama gastronómico gallego, veremos que al igual que en otros sitios, tenemos la alta cocina con una decena, o si me apuráis incluso en torno a una veintena de baluartes "pasarela" y por cada uno de ellos unos cuantos pret a porter.
Perdonad la comparación, pero si le vale a Ferran Adriá, ¿por qué no a mi?.
Pues bien el restaurante Ana se encuentra dentro de mi personalísimo baremo, entre este pret a porter; ofreciendo un completo menú degustación a 28 euros, cuando por una calidad similar tengo abonado cerca de 40. Por no hablar de los vinos, que reducen el precio con respecto a otros locales entre un 10 y un 40% (en alguno de ellos ni siquiera contamos con un servicio o almacenamiento superior que justifique este incremento en alguna medida).

El local se encuentra tal y como he mencionado en la zona vieja de Santiago y es un auténtico remanso, con un impresionante patio interior. Enmarcada dentro de un contexto de casa antigua restaurada o enaltecida con algún toque de modernidad, la verdad que sorprendente y agradable. La decoración interior es intima y acogedora, aprovechando el entorno y la iluminación es más que correcta. La entrada del local accede directamente a una amplia barra que se sitúa entre la cocina y los comedores.
Debo decir que el menaje es bastante bueno, sin llegar a la primerísima calidad, pero correcto, al igual que los asientos. En cuanto a la carta, sin ser demasido extensa está bien esquematizada y ofrece todo lo necesario, repito que a muy buen precio. Con la carta de vinos os podéis esperar más o menos lo mismo, pues es suficientemente completa y con unos precios que da gusto pagar
Mi intención era la de pedir el menú degustación y costando este 28 euros (iva incluido) probablemente lo hubiese preferido a pedir por carta si esa fuese mi intención inicial.
Para regar el menú me rebané los sesos considerablemente, hasta que delante de mis ojos pude ver el Neo del '06 a 37 euros; tengo pagado 49 por la misma añada. ¿Que decir de este vino?; pues que lo probéis. La cosecha de ese año dio como resultado 22.000 hermosas botellas de un vino que, tal y como lo describen en la carta de Pepe Vieira, es "puro rock & roll". No se podría resumir mejor; pese a no ser ningún "entendido" en la materia, bebiendo este vino no te puedes aburrir jamás; el baile de aromas y sabores (vainilla a saco) es una constante alegría para el paladar, una montaña rusa, vamos.
He de confesar que estaba intentando encontrar un maridaje más adecuado para el menú, pero sencilamente no me pude resistir al valor seguro del Neo.

Del servicio me llevé una impresión buena sin más; lo que si me llamó la atención es que tanto en sala como en cocina sólo hubiese chicas. Muy agradables ellas; me recomendaron visitar algún que otro restaurante de la zona y me anotaron sus nombres en una hojita; muy amables, que más puedo decir.

Vamos con la pitanza:


Como aperitivo me sirvieron unos rollitos de gambas, diría que con pasta filo. Bien, calentitos y ricos, aunque puede que un pelín pasados de cocción.



Continuamos con un timbal con gambas o langostinos, no recuerdo, y verduritas. Muy rico, el tema iva in crescendo... Los puntos correctos.




Siguiente plato; brocheta de vieira y salmón sobre arroz caldoso. ¡Pedazo ración!, me hubiese valido para compartir. La brocheta muy rica, aunque el salmón mandaba demasiado y el arroz, sencillamente espectacular.



El último de los salados fueron la carrilleras sobre fondo de patata, con puré de castañas y manzana caramelizada. Buenas, sin llegar al delirio o a la emoción, pero con una preparación correcta y una buena combinación de sabores que se elevaba ayudada por el Neo.


Comenzamos el apartado postres con unos exquisitos y originales canutillos crujientes de manzana rellenos de compota de manzana y sorbete de manzana asada. Perfecto el sorbete con un leve punto de amargor y ¿qué me contáis de los canutillos hechos con finísimas rodajas de manzana caramelizada rellenos de una finísima compota?. Un plato del que cualquier cocinero estaría orgulloso, dada la lograda combinación de texturas partiendo de la manzana como elemento principal.


Para rematar un postre lácteo, que me gustó incluso más que el primero; una crema de mascarpone sobre puré de mango. ¡Que rico y que suave!
Totalmente repleto remato la faena con dos cafés expressos, alegrándome de poder recomendar un restaurante de cocina contemporanea en el que se podría tomar un delicioso y completo menú degustación por poco más de 30 euros.


LA CUENTA:

  • Menú degustación.....28
  • Neo..........................37 TOTAL: 67,40 euros
  • 2 Cafés......................2,40
ACTUALIZACIÓN:
El domingo 21 de febrero coincidiendo con la apertura del recinto para el Forum Gastronómico 2010; visité Santiago y me reuní con un par de colegas. La verdad que se nos hizo tarde y dada la flexibilidad de este establecimiento; fuimos parar al mismo y repetí el menú degustación sin rechistar. El único cambio que se produjo en dicho menú, fue alguna que otra presentación.
Mis acompañantes quedaron impresionados por el local y más que satisfechos por el menú al que dicho sea de paso, fui invitado. ¡Gracias pareja!

jueves, 11 de febrero de 2010

Vinoteca O Gaiteiro. (Cabanas)

"diario de la nutrición del espíritu"; suena rimbombante, lo se y aunque empezó como broma ahí quedó. ¿Por que digo esto?, pues bueno, a veces explicaba medio en broma, cuando alguien me preguntaba si merecía la pena dejarse caer por ciertos establecimientos; que era por lo que realmente pagaba, o lo que yo intentaba encontrar.
Pues bien, este punto de "nutrición", o satisfacción y aprendizaje lo podéis encontrar en

Hacía ya tiempo que conocía este local y lo que en el se "cocía" por medio de una amistad con la cual nunca pude asistir al mismo por motivos de peso; el mismo que años atrás me había dado a probar una botella de vino con un precio superior a 10 euros (¡menudo escándalo!, con eso arreglaba botellón para dos...). Así que la primera vez que pise el local ahí por el '06 - '07 sabía un poco con lo que me podía encontrar; básicamente un rincón agradable (y distinto) con una selección de vinos para aburrir, algunos de ellos por copa.

Sobre este local cabe señalar su peculiar situación, a media distancia entre Pontedeume y Fene, en Larage; entre la carretera principal y una iglesia con su cementerio. En el mismo podemos ver una placa que reza "...como me ves, te verás...", lo cual siempre anima a ser prudente al volante...

En la puerta de la entrada al local, bajo un toldo con el nombre del mismo como único aviso o reclamo a los posibles clientes, se puede ver, además del horario, el aforo en barra y comedor (6 pax, para este último), además de algunos de los caldos y delicatesen que allí se pueden degustar.
En el interior os podéis encontrar con la iluminación que más me agrada, o sea escasa, o tenue, si se prefiere. Ambiente muy acogedor y con una decoración que por su temática recuerda en todo momento que estás en una vinoteca; ciertamente es difícil mirar a algún sitio en el que no se pueda observar alguna vitrina con botellas, decantadores, y demás complementos relacionados con el mundo del vino, o una estantería plagada de libros gastrotemáticos. Todos estos elementos, además del saber hacer de Suso, dueño del local, logran que las horas pasen como minutos y que las prisas y demás malestares se queden a un lado.

Tras unas cuantas visitas al local comencé a interesarme por lo que podía comer allí, aparte de unas tostas con una pinta estupenda, caviar de erizos. anchoas de Santoña, un estupendo jamón, algún queso, etc. Entonces cayó en mis manos una original carta que contenía dos menús degustación, a cada cual más apetitoso. Estos menús se sirven en mesa y siendo la capacidad del comedor de seis personas, conviene, o más bien es necesario, reservar.

El pasado mes de enero probé junto con dos de mis "secuaces" el menú degustación acompañado de unos fantásticos vinos, que escogimos de entre la apabullante carta que nos ofrece O Gaiteiro. Los menús se ofrecen con unos fantásticos maridajes, que recomiendo pese a no haber probado, pues se puede probar champange, vinos y vino dulce.

Para esa helada noche de domingo comenzamos con uno de mis vinos de cabecera, el Lynus Aurea, que estaba de vicio.
Sin prisas de ningún tipo nos sentamos a la mesa y comenzamos por elegir el agua y el vino con el que degustaríamos el menú.

Comenzamos con un plato memorable, el pastel de txangurro con caviar de erizo y sorbete de limón; espectacular en todos los aspectos. Probablemente con el champagne hubiese sido incluso mejor. Lo más sorprendente era la fusión de sabores, a lo cual ayudaba mucho el sorbete de limón.


Continuamos con un delicioso foie en dados con granada y gelé de manzana. Riquísimo con el pan de tres tipos con el que se acompañan los menús.






 





Volvemos al pescado de mano de un taco de atún de almadraba con pisto. El atún impresionante, perfecto de punto pero caliente y el pisto muy fino y bien ligado.











El último de los salados fueron las carrilleras de ibérico con foie y frutos secos. Riquísimas y contundentes sin resultar copiosas. La salsa logró que más de uno rebañase, aunque quede mal decirlo.









 
Para el postre un delicioso contrapunto de sabor, textura y temperatura; sorbete de mandarina con coulan de chocolate. Gran final.
Este menú lo acompañamos de un par de botellas de La Cueva del Contador que rondaban los 65 euros cada una. Como vereis en la foto elegimos dos añadas diferentes y hubo unanimidad en que la del '05 fue superior a la del '07.



Rematamos la velada con unos expressos Illy (invitación de la casa) y unos licores.
Normalmente muestro la cuenta punto por punto, pero en esta ocasión no será así, por el único motivo de que se me olvidó la factura. Puedo decir no obstante que el menú degustación fueron unos 40 euros, que serían 65 si la carne del final fuese Kobe. Creo recordar que ambos incluían el pan, con lo cual sólo nos quedaría sumar el Lynnus (algo más de 30) y el agua Voss.
No dudo en recomendarlo; probarlo y ya me contareis.