jueves, 11 de febrero de 2010

Vinoteca O Gaiteiro. (Cabanas)

"diario de la nutrición del espíritu"; suena rimbombante, lo se y aunque empezó como broma ahí quedó. ¿Por que digo esto?, pues bueno, a veces explicaba medio en broma, cuando alguien me preguntaba si merecía la pena dejarse caer por ciertos establecimientos; que era por lo que realmente pagaba, o lo que yo intentaba encontrar.
Pues bien, este punto de "nutrición", o satisfacción y aprendizaje lo podéis encontrar en

Hacía ya tiempo que conocía este local y lo que en el se "cocía" por medio de una amistad con la cual nunca pude asistir al mismo por motivos de peso; el mismo que años atrás me había dado a probar una botella de vino con un precio superior a 10 euros (¡menudo escándalo!, con eso arreglaba botellón para dos...). Así que la primera vez que pise el local ahí por el '06 - '07 sabía un poco con lo que me podía encontrar; básicamente un rincón agradable (y distinto) con una selección de vinos para aburrir, algunos de ellos por copa.

Sobre este local cabe señalar su peculiar situación, a media distancia entre Pontedeume y Fene, en Larage; entre la carretera principal y una iglesia con su cementerio. En el mismo podemos ver una placa que reza "...como me ves, te verás...", lo cual siempre anima a ser prudente al volante...

En la puerta de la entrada al local, bajo un toldo con el nombre del mismo como único aviso o reclamo a los posibles clientes, se puede ver, además del horario, el aforo en barra y comedor (6 pax, para este último), además de algunos de los caldos y delicatesen que allí se pueden degustar.
En el interior os podéis encontrar con la iluminación que más me agrada, o sea escasa, o tenue, si se prefiere. Ambiente muy acogedor y con una decoración que por su temática recuerda en todo momento que estás en una vinoteca; ciertamente es difícil mirar a algún sitio en el que no se pueda observar alguna vitrina con botellas, decantadores, y demás complementos relacionados con el mundo del vino, o una estantería plagada de libros gastrotemáticos. Todos estos elementos, además del saber hacer de Suso, dueño del local, logran que las horas pasen como minutos y que las prisas y demás malestares se queden a un lado.

Tras unas cuantas visitas al local comencé a interesarme por lo que podía comer allí, aparte de unas tostas con una pinta estupenda, caviar de erizos. anchoas de Santoña, un estupendo jamón, algún queso, etc. Entonces cayó en mis manos una original carta que contenía dos menús degustación, a cada cual más apetitoso. Estos menús se sirven en mesa y siendo la capacidad del comedor de seis personas, conviene, o más bien es necesario, reservar.

El pasado mes de enero probé junto con dos de mis "secuaces" el menú degustación acompañado de unos fantásticos vinos, que escogimos de entre la apabullante carta que nos ofrece O Gaiteiro. Los menús se ofrecen con unos fantásticos maridajes, que recomiendo pese a no haber probado, pues se puede probar champange, vinos y vino dulce.

Para esa helada noche de domingo comenzamos con uno de mis vinos de cabecera, el Lynus Aurea, que estaba de vicio.
Sin prisas de ningún tipo nos sentamos a la mesa y comenzamos por elegir el agua y el vino con el que degustaríamos el menú.

Comenzamos con un plato memorable, el pastel de txangurro con caviar de erizo y sorbete de limón; espectacular en todos los aspectos. Probablemente con el champagne hubiese sido incluso mejor. Lo más sorprendente era la fusión de sabores, a lo cual ayudaba mucho el sorbete de limón.


Continuamos con un delicioso foie en dados con granada y gelé de manzana. Riquísimo con el pan de tres tipos con el que se acompañan los menús.






 





Volvemos al pescado de mano de un taco de atún de almadraba con pisto. El atún impresionante, perfecto de punto pero caliente y el pisto muy fino y bien ligado.











El último de los salados fueron las carrilleras de ibérico con foie y frutos secos. Riquísimas y contundentes sin resultar copiosas. La salsa logró que más de uno rebañase, aunque quede mal decirlo.









 
Para el postre un delicioso contrapunto de sabor, textura y temperatura; sorbete de mandarina con coulan de chocolate. Gran final.
Este menú lo acompañamos de un par de botellas de La Cueva del Contador que rondaban los 65 euros cada una. Como vereis en la foto elegimos dos añadas diferentes y hubo unanimidad en que la del '05 fue superior a la del '07.



Rematamos la velada con unos expressos Illy (invitación de la casa) y unos licores.
Normalmente muestro la cuenta punto por punto, pero en esta ocasión no será así, por el único motivo de que se me olvidó la factura. Puedo decir no obstante que el menú degustación fueron unos 40 euros, que serían 65 si la carne del final fuese Kobe. Creo recordar que ambos incluían el pan, con lo cual sólo nos quedaría sumar el Lynnus (algo más de 30) y el agua Voss.
No dudo en recomendarlo; probarlo y ya me contareis.