Hablamos en esta ocasión de la cocina de Gonzalo Rei. Trataré de fusionar los resúmenes de las tres ocasiones en las que comí en El Mercadito en esta única entrada. Aprovecho para decir que si sólo han sido tres el número de ocasiones, es por mis ansias de probar locales nuevos, por que este sitio vicia, vicia mucho.
El local en si se sitúa en la calle Galeras, equidistante de Casa Marcelo y Pedro Roca.
La fachada exterior es bastante discreta, pero el imponente recibidor avisa de algo grande. Dotado de unos sillones por si hubiese espera, o simplemente para dedicarse unos momentos de relax, el espacio posee una decoración, mobiliario e iluminación de lo más acertado.
Tras saludar al señor que trabaja en sala, entro en la misma. Con mayor iluminación, sin llegar a ser molesto, durante el servicio de día es igual de agradable , o más, pues posee un ventanal con vista parcial a la catedral por el que entra la cantidad justa de luz natural. También disponen de un reservado en el que nunca he estado.
Lo que se puede ver tanto de día como de noche es un ventanal rectangular con vistas a la cocina. Con todo esto y un correcto hilo musical (con tendencia al jazz); sólo faltan unos buenos platos, que los hay, para que sea imposible aburrirse.
En mi primera ocasión, la maldición DANINLAND se cumplió y el comedor estaba vació con mi presencia y la del personal del restaurante como única excepción. Todo hay que decirlo, la "maldición" tuvo sus aspectos positivos y no por que cocinasen en exclusiva para el menda, que también.
Mesas bien vestidas y cartas enfatizando con su diseño la radical cocina de mercado que practican en este establecimiento.
Para probar un buen número de platos me decidí por el menú Gourmet. El vino, no lo elegí yo, si no el sumiller que para ayudarme con el maridaje me insistió en un alvariño portugués; el Dorado del '06.
En mi paladar, el vino de un atractivo amarillo dorado, se mostró más herval que afrutado, con un toque a miel, bien apuntado por el sumiller, y que, sumando la acidez, se manifestó como un vino demasiado complejo, para mi limitado paladar (más tratándose de blancos).
Además en este caso el vino arrastraba un terrible lastre, su exceso de temperatura. No pasa nada se enfría con ayuda de hielo y agua, pensaréis muchos; ya, pero la descoordinación que este hecho provoca con el menú me parece inaceptable. Ha de tenerse en cuenta que el hecho de tener que enfriar el vino, apartó la botella de la mesa peligrosamente. Por lo demás, puedo decir tras varias visitas que el servicio del vino es más que correcto.
Debo aclarar, además, que este es de los pocos profesionales por los que me dejo recomendar y de los que admiro su escuela y pasión por su trabajo. Tanto por el conocimiento de los vinos, como por el apunte de los platos y el trato que dispensa al comensal.
El menú gourmet de esta ocasión (perdí prácticamente todas las fotos de los dos menús gourmets que disfruté en este restaurante, además de las de Pedro Roca y Playa Club; hecho por el cual, estas dos últimas se quedarán sin comentar hasta nueva visita).-
Soberbio comienzo a cargo de una zamburiña laminada con crema y sopa de maíz. Microplato de texturas celestiales e impecable mezcla de sabores. Pena que fuese tan "micro".
En mi última ocasión el aperitivo fue una cola de langostino en mahonesa de soja servido en copa tipo cava que estaba muy bueno, resultaba realmente aromático en esta presentación.
Tomate marinado relleno de brandada de bacalao con vinagreta de aceituna negra. Que os voy a contar; fijaos en la presentación. Bacalao, aceituna negra y tomate son una combinación de sabores que no puede fallar y menos tras pasar por la finura de este chef. Rico, fresco y otra vez rico.
Huevo de corral con pisto y migas. Esto ya es el record; de todos cuantos huevos probé en numerosas degustaciones, este se lleva la palma. Plato magistral, que alardea de proporciones y punto, la textura crujiente de las migas...
En el último menú gourmet que probé, lo preparaban con centolla desmigada y he de admitir que no me gustó tanto, pese a que llevase centolla.
En el último menú gourmet que probé, lo preparaban con centolla desmigada y he de admitir que no me gustó tanto, pese a que llevase centolla.
Es el momento del Polvo á nosa Feira. Pulpo sobre crema de patata ahumada y resto de los ingredientes del polbo á feira de toda la vida. Aunque, al llevar patata, ¿no deberíamos hablar de pulpo a la gallega?
Tecnicismos aparte, buen punto del bicho y el ahumado de la crema de patata aportando un agradecido toque de sofistificación. Como nota negativa diré que este plato resulta un poco incómodo a la hora de comerlo.
El Dorado, potenciando la preparación.
Vamos con una merluza do Celeiro que se queda a escasos centímetros de la que probé en Solla, siendo también superada por la de Yayo Daporta y la de Marcelo. Se que hago gala de todo mi mal gusto al realizar estas comparaciones, pero también creo que pueden servir para que cada uno, saque sus propias conclusiones. No sólo de cual me moló más, si no de que aún podría nombrar unas cuantas más que me gustaron menos y que yo sepa en las pescaderías venden más pescados que lubinas y merluzas...
No recuerdo el pescado que probé en mi última visita al restaurante, pero si recuerdo que se acompañaba de un espléndido calamar de potera a la plancha.
Finalizamos la parte salada del menú con la ternera estofada en Monterrei; plato responsable de mi visceral regreso al restaurante al cabo de poco más de un mes de esta primera visita. Sabrosísimo éxtasis carnal con el género deshaciéndose en la boca como si fuese mantequilla (aunque odio este símil).
En el otro degustación que comento paralelamente, la carne final fue el cochinillo prensado; muy bueno, pero no para tanto.
Comenzamos los dulces con un postre a mi parecer, de gran sofisticación; la espuma de arroz con leche con toffe salado y almendra. Perfecto uso de las cantidades; muy bien presentado y la vainilla reinando en la combinación de sabores y texturas.
Para finalizar el clásico hojaldre con crema pastelera. Muy fino. Excelentes postres.
En el último menú gourmet ambos postres se repitieron con la espuma de arroz en una presentación que hacía perder parte de la gracia del plato; muy bueno de todos modos.
Por cierto, este menú el vino fue un Llagar de Cervera; también albariño que se acerca a Portugal.
Por cierto, este menú el vino fue un Llagar de Cervera; también albariño que se acerca a Portugal.
En medio de esta dos visitas al Mercadito se dio una intermedia en la que comí a la carta y de la que todavía puedo decir que me sobran los dedos de la manos para contar la veces que disfruté tanto de una comida.
La elección del vino contribuyó mucho a favor de lo anteriormente anunciado. Un San Román del '05 (D.O. Toro). No lo había probado, era una recomendación, la cual celebro. Resultó ser un vino de Toro muy redondo y goloso, exhuberante a fin de cuentas, pero sin tanto exceso de madera como advierte alguna gente, con un persistente fondo de chocolate y frutos negros y una intensidad salientable que, en mi opinión potenciaba el sabor de los platos, sin llegar a enmascararlos.
Tras un buen decantado y el óptimo servicio del mismo el vino se mostró esplendoroso.
En esta ocasión, la sala en la que comí se llenó por completo. Trataré de resumir el menú:
Por más que trato de recordar no logro saber cual fue el aperitivo, creo que algo con una espuma de patata, pero no se . Es extraño , por que si recuerdo que me encantó. Me sorprendió además que se estirase a un buen número de bocados. No se si es excusa pero la botella de San Román quedó cao.
Foie mid cuit con higos confitados y reducción de P. X. fue el entrante. Con una presentación marca de la casa, el mid cuit es hasta el momento uno de los tres mejores que he probado. Juraría que totalmente casero, se sirvió al punto exacto de cocción bien guarnecido y acompañado de unas tostas a buena temperatura.
A quien le guste el mid cuit, por favor, que no se pierda este.
Como plato principal tomé mi tan anhelada ternera estofada al monterrey, que en esta ocasión se empañaba de un tomate pera "de aldea" marcado en la plancha y guacamole.
Plato sobresaliente incluso en la cantidad.
Plato emocionante que deja una indeleble impresión en el paladar.
Finalizamos con un postre robusto y fresco a partes iguales; pastel de trufa con espuma de naranja. Hasta ahora, el postre que más me gustó, de los que probé en el restaurante.
Aconsejado por el sumiller, acompañé la parte de trufa con el achocolatado San Román y disfruté de la espuma y parte de la cuña con un fresquísimo moscatel.
Remato esta comida del mismo modo que las otras dos; con un expresso ristretto.
Me queda algo muy importante por probar en este restaurante. Alguno de los arroces, seguramente Gonzalo los borde. En mesas vecinas se servía un arroz con lubrigante con una pinta...
Ahora unas anotaciones y conclusiones sobre este restaurante:
Sirven el agua directamente de una jarra; buen detalle, pues no la cobran.
Lo que si se cobra es el pan y el servicio. El servicio, más que merecido, pero el pan no es gran cosa, sobre todo de noche cuando pasaron unas cuantas horas por él.
La carta de vinos, posee una selección curiosa, pero los precios están, en algunos casos, bastante pasados de vueltas en cuanto al precio; Sirva de ejemplo este San Román que se cobra de cinco a siete euros por encima del que debería ser su precio en carta, incluso teniendo en cuenta el fantástico servicio.
La carta de vinos, posee una selección curiosa, pero los precios están, en algunos casos, bastante pasados de vueltas en cuanto al precio; Sirva de ejemplo este San Román que se cobra de cinco a siete euros por encima del que debería ser su precio en carta, incluso teniendo en cuenta el fantástico servicio.
Ahora bien, decía al principio de la entrada que El Mercadito "vicia" y así es. Desde el local perfectamente equipado, a tener en cuenta los completos aseos, y con un mobiliario y decoración que parecen acompañar a la perfección lo que allí se cocina. Y ese es el aspecto más importante, Gonzalo Rei y su, aveces variable equipo (en número), practican un tipo de cocina renovada, fresca y fina como pocas, que se echa de menos en otros lugares. Los platos requieren un nivel técnico de altura, para salir tan logrados en cuanto a punto y al espléndido sabor, partiendo para ello de unas trabajadas recetas y un producto de calidad.
Las cuentas:
PAN Y SERVICIO.......2//............2,70
MENÚ GOURMET...45//............45.00
DORADO.................24//LAGAR...18
CAFÉ...................1,50 //
TOTAL 72,50 // TOTAL 65,70
PAN Y SERVICIO.....2,50
FOIE MID CUIT......16,50
TERNERA ESTOF....17,50
POSTRE..............6,50
SAN ROMÁN..........42,00
TOTAL 85
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