miércoles, 10 de noviembre de 2010

A Casa dos Martinez (Padrón)

Llevaba tiempo deseando visitar este restaurante del que siempre había oído y leído bien; sobre todo desde que descubrí su blog. La verdad que me parece una herramienta de comunicación hacia el cliente más útil que la mayoría de las páginas web.
Ubicado en una plaza del casco viejo padronés con una discreta fachada, que de algún modo invita a entrar, se podría decir que está mejor situado que el afamado Chef Ribera. Por lo menos a mi me dio la impresión de que no sería difícil verse con ganas de probarlo tras un ruteo por las calles colindantes en las cuales existe un buen número de bares cafeterías, etc...
De hecho y con los tiempos que corren, la noche de viernes en la que cené en el mismo, el comedor estaba a más del 60% y pese a no ser este muy grande (tipo bistro) me inclino a creer que su situación le favorece algo. Desde la mesa que el propio Quique Martinez me asignó se veía parcialmente la cocina; con un fondo musical agradable y la tenue iluminación que tanto agrada a un servidor, comenzó la elección de los platos y el caldo que los regaría.
El atento anfitrión, puso en mis manos la carta de mercado y por petición mía, también la de vinos. Cada vez me cuesta más elegir la pitanza sin saber de que opciones dispongo para los beberes; además de que para estos últimos soy más lento.
El hecho de tener ambas cartas delante me llevaron a elegir dos platos compuestos básicamente por pescado y un tinto que, a mi parecer, los acompañó de maravilla (por lo menos al principal). Se muy bien que a más de uno le estará dando la risa ante tan impropio maridaje, pero mi corazón bombea a menudo Numanthia, Pago de Carrovejas, Quinta de Sardonia, Mauro y todos esos vinos que muchos insisten en jubilar. Sigan así; a ver si bajan los precios y me salen más baratos.
La carta de vinos, al igual que la de comidas, no se prodiga en el alto número de referencias que posee, si no en una selección bastante acertada y de precios bastante lógicos.

Mi elección; un Lalama de bodegas Dominio do Bibei que probé por primera vez en esta ocasión. En mi personal top 3 de tintos gallegos; me dio todo lo que me esperaba de él y un poco más. El caldo exhibió su maduración y una acertada mezcla de uvas; divirtiendo durante toda la evolución que presentó durante la comida.
Los platos:
A modo de rico y abundante aperitivo unos pimientos de ...
¿De donde ivan a ser?; los "Pimentos do Couto" tienen su propio defensor dentro del Grupo Gourmand.

La filloa rellena de Rape, Centolla, Piquillos y Boletus con una bisque de bogabante. La furia del mar bien contenida con los comestibles del monte; aunque hubiese preferido más presencia de boletus y menos de piquillo. Buen entrante.



El plato principal en esta ocasión fue un pescado, lo que me deja la conciencia tranquila para tres cenas consecutivas a base de carne; el atún rojo con patatas y cebolla estilo panadera.
Muchos pensarán que lo que tiene de pescado el atún es que procede del mar y poco más, pero mi conciencia sigue limpia. Por cierto, bien de punto, bien de cantidad, bien de precio; muy bien.

Siguiendo las amables recomendaciones del Sr. Enrrique Martinez; hubo postre y hubo prepostre. Hacía tiempo que no practicaba esto del doble postre; años atrás tenía esa costosa costumbre. Aunque la verdad, me la podía permitir por lo espaciadas que estaban mis visitas a restaurantes.

El postre "digestivo" fue el sorbete de limón. Pefecto en su papel.


El postre "homenaje" fue este sorbete de macadamia con bizcocho-mousse de chocolate y frambuesas liofilizadas o congeladas (no recuerdo). Perfecto para rematar el vino y tomarse el expresso a continuación. ¡Bien por los Martinez!

Finalizamos con un Gin tonic; primer y último combinado de la noche. Lo cual agradecí a la mañana siguiente, en la cual arranqué para a Terra de Tribes. Pero eso es otra historia...