domingo, 12 de diciembre de 2010

La Catedral de la RASTAURACIÓN (A.K.A. Casa Marcelo)

He visto la luz, vuelvo a creer, la fe me inunda y en consecuencia me sacrificaré para honrar mis creencias. Así sin más y amparado en mi absurda (no más que la mayoría de las religiones) lógica, abandonaré el royo laico y me prepararé para emprender el camino.
Esta es una narración que parte del prisma de un peregrino que ha hallado y recientemente confirmado, su nueva religión.

10 mandamientos (para no variar):

Aceitunas Kalamatas.

No vallas a este restaurante buscando algo concreto, ve dispuesto a encontrar algo que no te esperas; valga el ejemplo de estas deliciosas aceitunas griegas

Cae en la tentación si una camarera te ofrece los panes amasados y cocidos en la propia casa en la que estás comenzando a disfrutar de un sagrado ritual, moja en aceite de arbequina con el que ha llenado el cuenco y goza como un enano. 

Mojito de ruibarbo.
El tallo de ruibarbo del que había oído hablar en tantas ocasiones, en esta en concreto, verde (había visto unas cuantas fotos en las que utilizaban el rojo), impregnado en mojito. A eso sabe... el caso es que  si lo chupeteas el azúcar puede demasiado y si lo masticas, resulta demasiado intenso -y servidor, como Antoni Bourdain, tiene que probarlo todo- o sea que es raro, pero es un mandamiento y hay que acatarlo.

Escabeche de Rovellóns.
Perfectos especímenes, bien cerraditos, en un fino escabeche; fino, pero potente con el ácido manifestándose para hacer las delicias del paladar. Es un plato frío, delicioso, que enfoca un producto de una manera original, muy a su bola, desmarcándose de las espectativas del comensal, es una marcelada.

Ostra Napoleón, Fabas Verdinas y Códium.
La imagen no engaña, tremendo bicho!!!, se cortaba con una cuchara, como si fuese mantequilla en pomada. Las verdinas, puro nácar, perfectas, con un punto marca de la casa y el codium por primera vez me resultó lógico, sin forzar el royo modernito.

De los Roca, Gelée de Higos al PX con Foie.
El foie, que no falte; si me preparan una receta de los Roca a unos kilómetros de  casa, ¡yo no falto!. Clásica e inapelable combinación de ingredientes, que me hizo creer que estaba ante el mejor plato de la noche. Pero aún faltaban unos cuantos mandamientos.

Capuccino de Calamar y Coliflor.
Me gustó tanto o más que el foie, ni yo podía creérmelo. ¡Que sabor!
Para degustar esta delicia, la mayoría de los humanos optarían por comer primero la espuma de coliflor y luego el fondo de calamares en su tinta; pero yo sigo fiel a la técnica que utilizaba para zampar un Dalky; practico un orificio en la crema y luego llevo la cuchara de abajo hacia arriba, cuidándome de dejar algo de crema para el final.
Un Plato Rico de Boletus.
Boletus a la plancha, espuma de boletus y boletus deshidratados. El mandamiento se rige por la verdad; están ricos los boletus...

Chula Frita con Grelos y Chorizo.
Temporada de setas, temporada de cocido (o a eso recuerda)...¿cual falta?

Merluza de Celeiro al Vapor y Caldo de Fiuncho.
Ya he dicho en alguna ocasión que sueño con pisar este restaurante y comerme otro pescado, pero esta merluza manda y en esta ocasión, con el refrescante toque del hinojo, incluso puede que supere a la mítica preparación.

Mini-Hamburguesa de Liebre.
Impresionante sabor de una hamburguesa que no era tan "mini". Estupendas patatas soufflé y sabrosos brotes.La santísima trinidaz de las temporadas, se cierra con la caza.

Y como no; un par de mandamientos extra, para recompensar a los fieles que cumplieron los anteriores.

Pera Limonera Crú.

La esencia, sublimar lo primario, potenciarlo y en consecuencia alegría en el paladar y alegría de haber elegido este restaurante en concreto.

Gianduja, Chocolate y Frambuesas.

Me gustó todavía más que el primer postre. El sorbete, de profundo sabor a praliné, aún retumba en mi memoria.

Regué con la sangre de Venus (la Universal 2005), un moscdatel MR y un brandy en una copa como Marcelo manda - que pa eso es el jefe-.

Ya sabéis, no os dejéis engañar, la auténtica catedral de Santiago D. C. es esta humilde casa. Así que, al igual que el sr. Indiana Jones, escogió  con acierto el humilde Santo Grial, sin dejarse abrumar por inútiles hornamentaciones, ¡escoged con acierto!!! 
También queda la opción de realizar la típica visita a la "otra" catedral, pero ni el humo del botafumeiro es tan agradable como el vaporcillo de la cocina de Marcelo, ni los individuos que la moran, os atenderán con tanto gusto.