jueves, 20 de octubre de 2011

La creme dela creme.

Por manta que uno sea en esto del mundo cocinillas, cuando se han sacado adelante unas cuantas recetas, suelen aparecer esas preparaciones para las que, por mucho que uno prescinda de reglas, cantidades y sin más guión que el instinto; logra transformar unos cuantos comestibles con éxito. 

En el caso de servidor, sabiéndose rarillo; las más de las veces, cocine lo que cocine; saca una foto "por si acaso" y se lo come de mejor o peor gana. La cosa cambia cuando entra alguien por la puerta diciendo algo del estilo, "huele que alimenta". 
Uno, que al menos para ciertas cosas es generoso, suele responder; "¿vienes comido? tengo para 10 como tu".
Una vez con el plato delante, sube bastante el ego, primero que se lo coman y segundo que te digan que está bueno, o que ese plato hacía 10 minutos ni siquiera les gustaba. 

Como tengo la inmensa fortuna de que a mi cocina lleguen calabazas, patatas, zanahorias, pimientos, cebollas y demás género procedente de las huertas de mis allegados; suelo resolver bastantes platos con los mismos. Uno muy recurrente es la crema de calabaza, zanahoria o mixta y algo que me encanta es lograr una buena cantidad de crema, para tomar sóla, o como guarnición de lo que encuentre por la despensa.

Esta es de calabaza y patata (un tercio como mucho), con unas gotitas de aceite de vainilla y flor de cebollino:


Esta otra es una  crema de zanahoria, calabaza y champiñón, con picatostes, Idiazabal rayado y panceta ahumada.


La misma de antes con mejillones en escabeche y pimiento italiano.


¿Receta?, rehogar con algo de AOVE, sal, pimienta - u otras especias- si se desea, cubrir de agua y dejar cocer hasta que el género ablande. Rectificar de sal triutrar y pista.
Se puede añadir un chorro de nata líqida, o yogur, se puede utilizar caldo de pollo o similar y también se pueden meter los pinrreles dentro de la olla, para calentarlos. Allá cada uno con su creatividad.


P.D: Y yo que no me mato por los platos de cuchara, aunque si los valoro; cuando ceno esto, a la mañana siguiente me levanto como un cañón. Sientan bien las condenadas cremitas...