viernes, 26 de marzo de 2010

Montadito con huevo, queso y caviar de erizo

He aquí una receta super sencilla, que sirve para aprovechar el pesto que suele sobrar "del día anterior":

Ingredientes:
  • Un vaso (más o menos) con el pesto "de la cena de ayer".
  • 2 huevos.
  • 1 terrina pequeña de queso fresco ( o Cebreiro, o un par de quesitos, o ...).
  • 1 lata de caviar de erizo.
  • Aceite de oliva v. e.
  • Sal y pimienta blanca.
  • Cebollino.

Opcionales:

  • Almendras laminadas.
  • Pasas.

1.Cocemos los huevos (10 min. en agua hirviendo con sal y un chorrito de vinagre) y reservamos.

2.Colocamos el pesto en forma de hamburguesa en el centro de una sartén sin aceite a fuego lento.

La mezcla debe ser consistente, en caso contrario podríamos "engordarla" añadiendo algo de pan rayado a la misma.

Para quien no lo sepa un ejemplo de pesto´ideal para esta preparación sería:

Hojas de albahaca fresca, chorro gordo de aceite de oliva, medio vaso de piñones, unos tacos de granpadamo o algún queso duro y batidora "hasta que hable inglés".

3.Podemos hacer una vinagreta con el aceite, sal, pimienta, las láminas de almendra previamente tostadas al horno, las pasas y algo de la aguilla de la lata de caviar.

4.Emplatamos colocando la "hamburguesa de pesto al fondo", por encima de esta disponemos el huevo cortado en láminas. El queso lo laminamos y lo cortamos en cuartos y lo colocamos por encima del huevo, al igual que el el caviar de erizo. Esparcimos algo de cebollino bien picado, aliñamos con la vinagreta y a disfrutar.

Este plato admite, como casi todos, miles de variaciones; he ahí un par de muestras:

miércoles, 17 de marzo de 2010

Restaurante Roberto (Vedra)

No se puede decir que hallase este restaurante de un modo muy romántico; la verdad es que tras un par de tardes rebuscando en las páginas del gourmetour encontré una buena nota del mismo y pinchando su nombre en la barra del explorador encontré opiniones interesantísimas en el blog de Manuel Gago, Capítulo 0 y en "El Sabor de lo Dulce". Dichas opiniones me empujaron a ir con una fuerza irrefrenable; de ahí a la decepción.

Un viernes noche me encaminé hacia el mismo. Tras un tramo de autopista con el volumen al 30 tomé la salida y comencé a hacerle caso al GPS. La verdad que no es un sitio demasiado difícil de encontrar, pero sabiendo que se halla en el rural y tras haberme curtido en experiencias desagradables en entornos similares, fui bastante atento.

He de manifestar mi total predilección por los restaurantes que se ubican en este tipo de entorno. Además siendo mi primera vez en el Roberto, no dejé de sentir ese gusanillo mezcla de ansiedad, hambre, e intriga hacia lo desconocido Y así transcurrió el tramo final con esa agradable sensación que iba in crescendo a medida que me acercaba a mi objetivo.

Reconozco mi total alucine en el momento de cruzar el umbral que me dirigía al aparcamiento. Quien haya estado alguna ver en el Roberto y se imagine la llegada en una de las pocas noches claras de este pasado febrero; sabrá de lo que estoy hablando. La fachada impresiona y el jardín atrae y te conduce hacia el interior de una fantástica casona.

Al acceder al interior, la misma impresión continua manifestándose; pues los amplios espacios no dan a engaño, las habitaciones parecen no haber sufrido grandes cambios; el sitio resulta encantador y reina la sensación de otros sitios en los que, con restauraciones a base de mucha billetera y escaso gusto el entorno se vuelve frío y artificial.

Tras pasar un enorme recibidor que tenía a su izquierda un estupendo comedor-reservado, pasé a la siguiente estancia donde tenía una pequeña mesa preparada. La camarera me recibió sin demasiada ceremonia, lo cual está bien, pero algo más de atención y amabilidad no habría venido mal. Al rato me di cuenta que era prácticamente la única persona que estaba atendiendo las mesas y digo prácticamente por que Roberto, el dueño del local se pasaba de vez en cuando por las mesas.


Del servicio diré que la impresión inicial no me llevó a engaño; el nivel es bastante escaso y digo esto sin querer decir nada malo, pero es lo que yo me encontré.
La carta del Roberto viene caprichosamente confeccionada con producto de mercado y tiene un menú degustación con un precio muy atractivo, a por el cual me lancé si dudarlo.
De la carta de vinos no os puedo decir más que lo siguiente:
  • Debido a que estaban haciendo cambios en la bodega, o eso es lo que me hicieron saber, no disponían de la misma; o sea, que no había carta.
  • Procuré tomármelo con calma, pero tras pedir de todas las maneras si tenía la posibilidad de ver algunas de las referencias, me pusieron la misma excusa UNA Y OTRA VEZ. Reconozco que si esto me sucediese estando en el centro de Santiago, hubiese salido escopeteado hacia otro establecimiento en el que se me ofreciera la oportunidad de poder elegir el caldo con el que regaría el menú.
  • Además, excuso decir que tras darme sólo un par de opciones para escoger, terminé quedándome con un Rioja premio a la insistencia de Roberto, que no estaba mal, pero en esos momentos hubiese necesitado un Vega Sicilia a mitad de precio para satisfacerme mínimamente.
  • Otro punto que no puedo obviar es que las escasas recomendaciones no venían acompañadas de precios. Tanto cuesta escribir un folio a mano con unas 5 o 7 referencias, indicando el precio de las mismas... Seguro que si a la hora de pagar mi cuenta, me hubiese parecido caro, habría tenido que abonarla de todos modos.
  • Tampoco puedo dejar pasar el hecho de que había efectuado mi reserva por teléfono y mi visita no se habría hecho material, al menos ese mismo día. Si me hubiesen comentado el "problemilla" con la bodega, lo habría dejado para otra ocasión; de la que probablemente hubiese salido más contento.

Durante mi posterior estancia en el Forum de Santiago, un hostelero me lo recomendó dentro de una pequeña lista y tras observar mi reacción; reconoció que era un restaurante un tanto "irregular". La verdad que no se me ocurre mejor definición.


Vamos con el menú, que no todo son pegas:

Tras unos aperitivos que sencillamente entretuvieron, llegó el primer plato; unas colas de langostinos sobre salteados de verduras y vinagreta. Las verduritas cortadas en juliana, francamente bien de punto, los langostinos mostraban un producto fresco y de calidad y la vinagreta estaba bien aunque se hacia un poco pesada. No es un plato fino, no encontré en el mismo alardes, pero si un plato muy agradecido y sin renuncias a la abundancia.

Seguimos con unas habas de Lourenzá con almejas. Buen plato, reinaba la sencillez y el producto aunque de nuevo sin ser espectacular, sobre todo por estar un pelín pasado de punto.

Tengo que decir en su favor que desde que probé en Casa Marcelo unas habas que servían con algas y una riquísima salsa, las comparaciones se vuelven si cabe más odiosas. Las de Marcelo estaban perfectamente nacaradas, parecían de porcelana y el punto era magistral. Como diría Hommer Simpsom "AAAHHHHTT haaabas!"

Continuamos con mi plato fetiche; la vieira sobre crema de patata. En Roberto la sirven con el coral, que no estaba nada mal y la crema de patatas era finísima y como su nombre indica, cremosísima. Se acompañaba de una vinagreta que le daba un toque muy juguetón , pese a resultar algo redundante con otros platos. Plato memorable pese a las múltiples versiones del mismo que he probado; de verdad, me encantó.

Seguimos con una lubina con champiñones y patatas que, como en ocasiones anteriores; bien, correcto pero no magistral.

Por último en la etapa de salados, un solomillo de ternera a la plancha con medio cachelo y su jugo. Continuamos en la misma linea, el punto mejorable con sólo un poco menos de cocción, pero lo suficientemente bueno como para no dejarlo en plato. Reconozco que tengo mucho saque, pues el menú hubiese resultado copioso a una buena parte de la gente con la que suelo compartir mesa.

Es agradable ver que perduran sitios en los que no escatimen en las cantidades. Parece esto que digo algo impopular, pero aunque también se coma para disfrutar, hay platos en los que se necesitaría bien el doble de cantidad para poder dejar que se expresen durante algo más de dos segundos.

Es la hora de los postres y el deleite se completa con tres dulces servidos en tres recipientes pegados el uno al otro. De izquierda a derecha, una filloa rellena de nata (creo que la nata tenía algo más que la hacía especial, pero no lo recuerdo) la verdad que bastante rica. En el centro una quenele de chocolate con una textura sorprendente ; entre sorbete mousse y crema. El de la derecha son unas fresas con un queso muy fresco y cremoso; la combinación mejora bastante con respecto a la nata.

Tras esto un café tranquilito y a la cama, que a la mañana siguiente tendría que levantarme temprano para ir con un amigo a retratar los paisajes gallegos y disfrutar de los mismos.

LA CUENTA:

Menú degustación 35,00

Agua 2,00

Tinto casa 14,95

Café 2,00

Ninguna pega para los precios, exceptuando el café, un pelín caro. La ausencia de detalles queda patente, dado que no me invitaron a nada; pero lo que no puedo obviar de ningún modo, es el moderadísimo precio del menú degustación. El buen producto del que disfruté, su correcta preparación y su abundancia convierten al Roberto en otro de los grandes "pret a porter" de la alta cocina.

Reconozco que dentro de mi experiencia hubo algún aspecto negativo, o más bien carencias, pero la relación calidad precio es un claro atractivo a la hora de acercarse a disfrutar de una buena comida, en un local y un entorno envidiables.

sábado, 13 de marzo de 2010

Restaurante Artabria (A Coruña)

Tras infinidad de recomendaciones y varios intentos, por fin pude conocer este restaurante de primera mano.

Antes de nada quiero aclarar lo de "varios intentos" y es que había intentado acudir al mismo sin reserva en un par de ocasiones, sin éxito dado a que estaban al tope de su capacidad Hubo otro intento para cena numerosa en época prenavideña y aún tratando de reservar con más de una semana de antelación se volvió a dar el fiasco.

Explico esto para mostrar que este restaurante posee un efecto o factor diferenciador a los de su categoría y es que el lleno total se da hasta en las comidas de por semana. ¿Como logran esto?; pues con una buena situación, un local con la capacidad adecuada para el número de empleados logrando así un servicio notable y una relación calidad-precio complicada de encontrar en otros establecimientos.

Tras estas aclaraciones continuo narrando mi experiencia en este restaurante:

El mismo se encuentra en el centro en una zona con bastante competencia dentro del sector que ocupa; el local en si mismo, con una decoración y equipamiento correctos no ofrece nada especial de por si (entiéndase vistas, como el Playa Club, exclusividad como Casa de Comestibles o edificio de arquitectura espectacular como Domus o Alborada). Es más, la acústica podría ser mas adecuada a mi gusto, pues resulta un pelín ruidoso; aunque de esto último tambien tiene la culpa el alto número de ocupantes.

Lo que si me agradó encontrar tras pasar el hall de entrada, con su pequeña barra, fue ver las vistas a la cocina tras un importante escaparate.

No recuerdo si la carta incluía o presentaba algún menú degustación, pero yo estaba decidido a pedir a la carta, ya que mi visita al restaurante sucedió un martes de febrero en horario de comidas y yo, que vengo siendo al revés de todo el mundo, lo prefiero para las cenas.
Bueno, como iva diciendo la carta es completa, no tan extensa como la del Refugio, pero bien.


En cuanto a la carta de vinos se puede encontrar una amplia y adecuada selección sin excesos en los precios, salvo alguna excepción.
De esta carta decidí probar el VX Cuveé Caco; vino gallego para variar, que aún estando correcto y adecuado para el menú, no acabó de enamorarme ni siquiera en cuanto a RCP.

Esto, para no variar, es lo que me suele ocurrir con los vinos tintos gallegos; una especie de arrepentimiento dado a que por un precio similar hubiese podido elegir un vino MEJOR.

Los platos que pedí fueron los siguientes:
Como aperitivo me sirvieron una deliciosa brocheta de zamburiñas con crema de champiñones. Estupendísima creación con la zamburiña perfecta de punto y la crema con una concentración de sabor tan impresionante como la combinación resultante de ambas.



Continuo con unas brochetas de queso (creo recordar que de cabra) y langostinos con salsa de frutos rojos y cacahuetes que venían acompañadas de una pequeña ensalada. Muy buen entrante, generoso de cantidad y muy rico.



El plato principal fue una riquísimo medallón de solomillo de ternera, que podría haber estado un plelín más crudo, con foie y patatas panadera. El plato se comenta por si sólo.


Para el postre escogí una especie de coulan de avellana con sopa de mango. Riquísimo, por fin un postre con avellana que de verdad me conquista. Empezaba a creer que nada superaba a la nocilla.
Liquido y calentito por su interior, perfecto en su acabado y convenientemente contrastado con la sopa de mango; al ver la foto revivo esos potentes sabores y logradas texturas.
Si regreso al restaurante no creo que pueda vencer la tentación de repetir.


Acompañé el postre de un Violet Lamothe que multiplicó mi disfrute hasta la hora del café; sólo expresso y con azúcar moreno, por supuesto.

Los tiempos entre platos fueron perfectos, el servicio del vino bueno y las anotaciones de los platos correctas.

Finalizada la comida, charlé con uno de los cocineros, sobre todo tocamos el tema de los horarios, pues el restaurante no cierra NINGÚN día, pero se mostró satisfecho de todos modos; tanto como yo por los comestibles que me habían preparado y por poder intercambiar impresiones con un tipo tan majo.


SERVICIO: 7,5
LOCAL:      6,5
ASEOS:         8
COCINA:   8,5

La cuenta con lo anteriormente mencionado más un agua y el pan a 0,80 + IVA (al café fui invitado) ascendió a 61,80 euros.

PÁGINA WEB DEL ARTABRIA

sábado, 6 de marzo de 2010

Marcial (Hotel, Restaurante)

Este restaurante me lo había recomendado un distribuidor de vino, como una opción relativamente barata y con alto nivel de satisfacción. Tras haberlo probado puedo agradecer la recomendación encarecidamente.
El local se ubica en Xubia, próximo a la carretera que une Narón con Neda (sitio reconocido por su pan), pero está un pelín escondido en una callejuela del mismo modo que el Chef Ribera en Padrón.
Anticipo que lo considero entre los diez mejores restaurantes de Ferrol y alrededores SEGURO.

El local sufrió una reforma reciente tanto interior como exterior y está nuevo e impecablemente equipado. Con una pequeña barra a la entrada y un par de pequeñas mesas con sillas altas tenemos un hall de entrada, con un bar muy logrado y acogedor. Posee dos comedores para fumadores y no fumadores debidamente aislados y sin discriminación para ninguno de ellos. La iluminación es un pelín excesiva para mi gusto, pero más que correcta, hilo musical y equipamiento de menaje es de primera.
Al entrar me recibió el sumiller uniformado de negro, invitándome a pasar al comedor y me atendió puntualmente en el descorche y servicio del vino
El resto de la velada fui atendido por una chica muy amable y atenta; cierto es que debido al escaso número de mesas ocupadas, tampoco había apuro de ningún tipo.

Vamos con las cartas; la de comida ciertamente clásica, pero rotundamente sólida y sin desfases en los precios.

Con la carta de vinos sucede lo mismo, además es completísima y muestra claramente que saben por donde pisan. Como ejemplo puedo mostrar mi elección en cuanto al vino; un Alcouce del 2005, también tenían la añada del '06, y a día de hoy aún no probé un tinto gallego que me gustase tanto. Ni siquiera el VX de gama alta.



En cuanto a la comida, para el primero elegí un plato fuera de carta; un pulpo a la plancha con pasta negra que estaba IMPRESIONANTE. El aspecto del producto no engañaba; su sabor espectacular con un punto ideal y cantidad para dos personas. No exagero, es un entrante ideal para compartir.


Previamente me habían servido a modo de aperitivo una crema de calabaza con picatoste, muy rica; buen detalle a modo de bienvenida.
Como segundo plato, la paletilla de cordero asada al horno a baja temperatura. El nivel se mantuvo; este plato haría las delicias de cualquier carnívoro.


El postre también hubiese sido apto para compartir, un postre de producto y con buena ejecución. sin filigranas innecesarias; pera confitada con helado de vainila. Lo acompañé de un castaño dulce, que estaba de vicio y rematé con dos expressos Illy.













Creo que no es necesario decir que lo recomiendo; para todo tipo de públicos, incluso los muy hambrientos y con saque. Calidad y precio debidamente relacionados. Tanto el sumiller como el cocinero resultan algo fríos en el trato al cliente, pero eso también sucede en alguna que otra estrella Michelin y bien contentos que vamos.

LA CUENTA:


Pulpo a la plancha c/ pasta negra.......16,00
Paletilla de cordero al horno.............16,00
Pan................................................1.00
Manzana confitada c/ helado de vai.......5,20
Solán de Cabras 1l..............................3.00
Alcouce 2005...................................25.00
Castaño dulce....................................INV.
2 Café sólo.......................................2,20

TOTAL + IVA....................................68,40

martes, 2 de marzo de 2010

Fórum Gastronómico Santiago 2010

Por fin os puedo contar mi ansiada experiencia en Fórum, con sus experiencias gastronómicas anexas.
Aunque mi principal objetivo, o más bien el centro de la diana, era la ponencia de Marcelo Tejedor acompañado de Eduardo Miguez a colativa del conocido plato de la década de uno y sobre la pesca de la merluza do Celeiro respectivamente; me recorrí el pabellón y parte de lo que fue el Forum Ciudad, prácticamente de cabo a rabo.

El domingo en compañía de un par de colegas y el martes en compañía de algunos colegas profesionales de la hostelería; profesionales ellos, yo sólo me dedico a disfrutarla.A su manera ambos días fueron productivos; pero el martes... ...que queréis que os diga conocí a mucha gente del sector.

Cronológicamente la cosa fue así:

El sábado llegué por la tarde noche y, tras echar un vistazo por la red, para ponerme al día de los horarios para los días venideros, hice una breve parada en El Mercadito, para saludar al personal e informarme de mano de un profesional, del acontecimiento venidero y ¡premio!; Gonzalo Rey, chef del restaurante, tenía ponencia a la mañana siguiente. Acto seguido busqué el recinto del Forum para tenerlo localizado y me tomé un par de cañitas mientras decidía donde me tocaba cenar. Elegí rápido, pues el local además de habérmelo recomendado unas semanas atrás en el Restaurante Ana, estaba en circuito de tapas del Forum. El nombre del mismo es Madam Ragú. La visita os la resumo así de rápido; un 6,75 sobre 10 en la escala Daninland.

Tras salir del restaurante, un par de copitas y a la cama, que mañana a las 10:00 me tocaba café antes de comenzar la visita al pabellón del Fórum.
A las 11:00 pasadas, estaba entrando por la puerta y, tras abono de 5 euros comencé a recorrer la feria mientras ojeaba el horario de las ponencias del día y nueva sorpresa; la ponencia que más me interesaba, comenzaba de inmediato y la daba un conocido. Versaba sobre la agroalimentaria do Eume y pese a que vivo próximo a la comarca eumesa, nunca te acostarás...

Ahí por las 12:30 estaba entrando en el auditorio para presenciar "As cociñas do camiño", con Gonzalo Rey como último protagonista; que tuvo a bien preparar un par de novedades, entre las cuales se encontraba una "morcilla de lamprea". El plato tenía su intríngulis, pues unía los conocimientos arroceros del maestro a la tradicional lamprea, más de nuestra tierra; curioso a la par que apetecible.
Cuando remató la ponencia ya estaba acompañado de un par de colegas y nuestras tripas comenzaban a rugir, así que nos montamos en mi coche y pusimos rumbo al restaurante Ana. Como ya he mencionado en el post que lancé sobre el restaurante hace unos dias, quedamos encantados; sobre todo yo, por que fui invitado.

En lo que restaba de tarde, un paseo en coche (llovía a cántaros) por las estrellas de la restauración santiaguesa y vuelta al recinto de Amio a pegar una pasada por los stands y ver las últimas ponencias en el auditorio. Dichas ponencias versaban sobre las tapas en la alta gastronomía y sobre la última publicación del último libro de Chakall, que cocinó mientras pinchaba unas rolas. Creo que puedo anticipar que no me voy a comprar el libro... ...pese a que la superpulpeira Aurora Baranda animó bastante el espectáculo.

La verdad es que nos echamos unas risas.

Siendo más de las 20:00 me despedí de mis colegas y me dispuse a rematar el maratón gastronómico probando un par de tapas de la novena gastronómica. ¿De que trataba eso de la Novena?, pues los 18 cocineros del Nove se repartieron por parejas entre algunos de los bares, cervecerías o taperías del centro. Yo entré primero en La bodeguilla de San Roque para probar las tapas de Pepe Solla y Alberto González; un espectacular atún rojo, una croqueta estilo Solla y unas zamburiñas que sencillamente estaban ricas.

La verdad que resultaba chocante y divertido ver alas estrellitas del nove metidas aquellas cocinas minúsculas.








Debido a la proximidad del local, decidí acercarme a O Catro donde cocinaban Gonzalo Rey y Rafael Centeno de Maruja Limón. La tapa que prepararon era una especie de huevo cremoso con crema y costilla. De los chefs debo decir que estuvieron muy amables invitándome a pasar a la cocina, además de muy SIMPÁTICOS.

22:30, salgo escopeteado para casa; aún quedan unos 70 km y al día siguiente tocaba levantarse a las 07:30 y me despido del Forum hasta el martes.

Por fin martes; llego a Amio con las típicas prisas de última hora, pero logrando sentarme en segunda fila para ver bien de cerca la ponencia de mi monstruo de la restauración gallega favorito; el gran Marcelo Tejedor, que ofreció una ponencia que, al igual que su cocina, parecía muy sencilla en principio, pero que englobaba mensajes a favor de la sostenibilidad, el valor de los productores, su filosofía culinaria y el tipo de cocina que practica en su restaurante Casa Marcelo.
Además soltó perlas como la una anécdota que le sucedió recientemente cocinando el el Angar 7, donde un comensal le dijo a un Camarero "si me vuelve a traer otra merluza como esta, bajo a fregar los platos".

He ahí la reina de la fiesta:

La siguiente ponencia, fue a cargo de tres cocineros; Josean M. Alija, Mariano Gómez y Eneko Atxa. Este último fue para mi la sorpresa mas agradable del día en cuanto a ponencias. La verdad que su charla sobre la recuperación de alimentos usando nuevas tecnologas, enalteciendo el labor de los productores y anteponiendo el producto a la técnica, nos dejó flipados a más de uno. Utilizó ejemplos como los de los percusores de la slow food, quienes confeccionan sus cartas en base a lo que los productores consideran que será el producto óptimo. Además preparó unas delicatessen con una ejecución sobervia.
La verdad que Azurmendi está ahora en mi punto de mira.

La siguiente ponencia que había escogido era la de Josep Roca; básicamente por dos motivos: quería ver algo interesante en el campo de los vinos y al menos a alguno de los representan tes del Celler de Can Roca.

Josep Roca habló de su papel en el restaurante y dio a probar unos cuantos vinos, que según él albergaban ciertas imperfecciones; nobles imperfecciones y que tenían además como factor común un cierto punto de acidez. En esos vinos Roca señaló cualidades que le gustaría encontrar en los vinos gallegos desde el labor de los bodegueros, pasando por la importancia de los minifundios hasta el resultado final. La verdad que me resultó muy convincente.


Bien, pasadas las 14:00 me encuentro con unos familiares y algunos colegas, profesionales de la restauración o relacionados en su mayoría. Tras liarnos probando unos cuantos vinos, me dejé convencer para acompañarlos a comer.

En un principio mi plan era bocata de jamón tranquilito y esperar la siguiente ponencia, pero su oferta superaba la mía con creces.

Antes de entrar en el local, yo no sabía donde ívamos comer y con la animada conversación que mantuvimos de camino al mismo, no me di cuenta de preguntarlo. Reconozco que tras haber aparcado cerca de la calle Galeras, comencé a sospechar algo; finalmente el destino fue el Acio. Buena eleción, pensé y además tuve la suerte de quitarme la espinita de mi primera vez en el local por no poder disfrutar el menú degustación.


La carta del Acio se completa con dos menús degustación muy completos; el que elegimos en esta ocasión, rozó la perfección hasta llegar al último pescado, con un salmonete demasiado pasado de punto para todos los comensales. Por el resto (postres incluidos) estuvo grandioso, teniendo como punto álgido, los callos de mar, si, habeis leido bien, exceptuando los garbanzos castellanos, todos los géneros que contenía el plato procedían del mar, incluso un exquisito y sorpresivo chorizo de pulpo. Además el caldo, o la salsa si lo preferís, estaba sabrosa y perfectamente ligada.
Incluyendo la bodega, la cuenta salió algo menos de 50 euros per capita. Por cierto la carta de vinos; excelente en cuanto a referencias, diseño y sin precios salidos de madre.

La sastisfacción fue generalizada, pero creo que no es necesario decir que ya me había perdido la ponencia de Héctor López; aunque a cambio tuve la oportunidad de charlar con gente muy interesante e incluso me presentaron a Manuel Chaves.

Despues de haber conocido a Taky el domingo, sólo me restan por conocer las dos útimas incorporaciones del Nove (para lo cual tendré que desplazarme a sus restaurantes, claro está).

La última ponencia a la que asistí fue a la de los hermanos Cannas, de Pepe Vieira. A esas alturas no esperaba que me aportasen demasiado, pues la ponencia iva sobre vinos y sus platos con maridaje o viceversa, pero estaba por completo equivocado.

La ponencia fue preciosa y expléndida; hablaron, sobre todo Xoan (sumiller y dueño de la distribuidora María Fechoría), sobre la historia de los dos hermanos en el mundo de la resatuaración y de los dos restaurantes que regentaron como socios (el mismo sólo que en diferente lugar).

La verdad que la presentación estuvo llena de anécdotas interesantísimas, marcando los puntos clave de su crecimiento con la consecución de un premio nacional de conineros en el 2001, el posterior stage en Arzak y la nariz de oro en el 2004, hasta el cambio de local y la consecucuión de la estrella Michelin. Estos dos, saben muy bien como publicitarse y tienen lo que a otros les falta; creérselo y saber mostrasrse a los demás.

Finalmente dieron a probar tres impactantes platos acompañados de los vinos que los inspiraron, lo cual mostraba de modo palpable el fruto de la colaboración entre los dos hermanos.

Tras la ponencia saludé a Xoan Cannnas, ya que previamente había hecho lo propio con el otro hermano.
Al salir me topé con Alfonso Pendás (dentro estaba parte del equipo de Casa Pendás) y a Maria Varela ( de A Parada das Bestas), teniendo así la oportuniodad de desearles suerte en su ponecia del día siguiente.

Así finalizó mi experiencia en el Forum y así os la he contado, sacad vuestras propias conclusiones y si teneis alguna duda, pregunta o sugerencia no dudeis de plasmarla en forma de comentario; estaré encantado de compartir todo lo que os apetezca.