viernes, 2 de septiembre de 2011

Casa Teresa (As Pontes)

Recogiendo el "desafío" de un lector Gastropontés, a modo de recomendación; me dejé caer recientemente por este agradable local.

Yo lo visité un viernes noche y pude disfrutar de unos cuantos platos de su carta, aunque por lo que he leído en El Buen Comer; disponen de un menú del día de lo más aconsejable. Valiosa información para servidor, pues ya se donde comeré, cuando trabaje por los alrededores.
El local posee una ubicación céntrica, en una tranquila calle -creo que peatonal- y se divide al 50% entre un café-bar-vinoteca, con su barra, mesas altas... y un comedor equipado con unas 7 u 8 mesas.
El servicio es atento y muy amable.

Ahora toca contaros lo que se cuece en Casa Teresa. Una pizarra plagada de apetitosas y abundantes raciones, anuncia croquetas caseras, calamares de la ría, empanada casera, pulpo a la plancha... ...todos esos platos que, bien ejecutados, harán las delicias de cualquiera.
Sentado a la mesa, llaman la atención entrantes como vieiras al horno, o la terrina de foie con compota de manzana y principales como la merluza del pincho en varias preparaciones, huevos con bacalao, secreto de cerdo ibérico...
En mi caso, me fié de las recomendaciones y opté por probar la empanada. Muy buena, tanto la masa, como el relleno; con esa cebollita bien cocinada y ciertamente abundante la media ración.
Dos buenos pedazos conformaban esta media ración, que serviría perféctamente para compartir.

También a modo de entrante, tomé como opción, otra media ración de vieiras al horno. La verdad que me llevaba la vida probar las croquetas de jamón caseras, pero no hay mejor indicador de una cocina despierta, como unas vieiras tiernas, sin resecar, con su carne exuberante... Me decanté por tanto, por las vieiras al horno y no me arrepentí. Como observaréis en la imagen de esa vieira king size, en el interior estaba lozana y pronta para su disfrute.
Un pelín excesivo el punto de sal en mi paladar; aunque, por lo que estoy comprobando durante las ocasiones en las que comparto mesa con mis allegados, a la mayoría de la gente, le gusta ese excesivo punto de sal.
Se que con este comentario, hago gala de un sentimiento de lo más británico, pues creo que son la mayoría de los paladares los que se equivocan y no el mio propio. Demasiadas patatas de bolsa, o demasiado marisco de congelador disfrazado con un exceso de condimentación... El caso, es que rara vez me han pedido sal, quienes han comido algo preparado por mi y doy fe, de que no utilizo demasiada.

Sencillo y rotundo como el sólo, fue este espléndido solomillo de ternera con patatas y piquillos.
La carne se sirvió en el punto exacto, en el que la había solicitado; no recuerdo haber disfrutado tanto de un solomillo fuera de casa, en mucho tiempo. Traduzco la frase anterior; ni en A Gabeira, ni en Casa Pardo. -Lo siento por los masterbloggers (asalariados en su mayoría), que no admiten este tipo de comparaciones-


Rematé con un par de bolas de helado de canela; bueno sin más y un par de cafés Illy. Por cierto, fui invitado a uno de ellos; cosa que agradezco y más tratándose de un expreso de nivel, como es este.
Se me olvidaba comentar algo sobre la carta de vinos, que es, en fin, mejorable por el excesivo predominio de Rioja, Ribera del Duero  y algunos blancos gallegos poco afines a mi gusto - de entre los que conocía-. Aunque encontrareis referencias de sobra para acompañar los buenos platos que sirven en esta casa. En mi caso me hubiese decantado por un Baigorri, o un Pétalos del Bierzo que me pareció ver fuera de carta; pero hasta un Roda I, podríais tirar. El caso es que, por estricta dieta no alcohólica, me tuve que conformar con un agua con gas...

Un breve resumen:
Casa Teresa es un local acogedor, en el que se puede disfrutar de una comida sencilla, sin artificios; pero con buen producto, una magnífica relación calidad-precio y en abundancia.
Algo a tener en cuenta, es el buen hacer de la cocinera; pues juraría que esa noche la cocina, contaba con el mismo número de personas que mi mesa; una. Una fiera -en el mejor de los sentidos- a los fogones y otra a su disfrute; además de tres mesas, una de ellas, de unos 6/8 comensales, un par de ellas más, ocupadas por parejas y las mesas del bar, que no paraban de recibir sus reconfortantes raciones. No está nada mal.

Como puntos negativos, encontré una acústica un pelín molesta, aunque tampoco demasiado, condicionada por el excesivo barullo que llegaba desde el bar y que no sería muy complicado de subsanar. También me topé con una de mis archi enemigas; la excesiva intensidad lumínica en sala -que no en la zona del bar- y esto si se arregla con suma facilidad. Ojo, que no todo el mundo opinará lo mismo; es una visión del todo subjetiva.
Casa Teresa, gran sitio; vayan.
Teléfono 981 450 576
Rego Do Campo 11
15320 As Pontes de García Rodríguez