lunes, 31 de octubre de 2011

Previo XXII feira de fungos e cogomelos, As Pontes.

Dos fiestas gastronómicas que no os debéis perder, mañana martes 1 de noviembre:

Imagen de @migus, asociación informática -As Pontes-
Y dentro de la anterior:

"Do monte ó prato". Demostración sobre o mundo dos cogumelos 

Martes, 01 de noviembre de 11:30 a 15:00

Charla teorico-practica sobre a identificación dos cogumelos comestibles máis comúns na nosa comarca, a sua limpeza, conservación e cociñado, impartido polo micólogo Luis Cuba e o cociñeiro Antonio Díaz do Rest. Andarubel das Fragas do Eume.

domingo, 30 de octubre de 2011

Previo VIÑERÓN 2.0, vinos alternativos en Raxó, Pontevedra.

De mano de Mileurismo Gourmet y de María Fechoría, pronto tendremos la oportunidad de conocer a los viticultores más alternativos; los que defienden el terroir frente a la marca y logran vinos más auténticos. Llegarán tanto de nuestras tierras, como del extranjero y tendremos la oportunidad de aprender de estos maestros fuera del mainstream
Esta pequeña GRAN feria, ofrecerá además la oportunidad de hacerse con unos cuantos tesoros en forma de vino y unas actividades, de lo más interesantes. Os animo a que pinchéis los enlaces que he colocado al principio de esta entrada, donde podréis leer con mayor detalle, cómo se desarrollará el evento.
De momento tomar nota de cuando, que será el próximo sábado 26 de noviembre y donde, pues tendrá lugar en el salón de Pepe Vieira Camiño da Serpe; lo cual, además de ser un escenario perfecto, es un atractivo y un aliciente por si mismo.
Aguardo veros por allí.

jueves, 20 de octubre de 2011

La creme dela creme.

Por manta que uno sea en esto del mundo cocinillas, cuando se han sacado adelante unas cuantas recetas, suelen aparecer esas preparaciones para las que, por mucho que uno prescinda de reglas, cantidades y sin más guión que el instinto; logra transformar unos cuantos comestibles con éxito. 

En el caso de servidor, sabiéndose rarillo; las más de las veces, cocine lo que cocine; saca una foto "por si acaso" y se lo come de mejor o peor gana. La cosa cambia cuando entra alguien por la puerta diciendo algo del estilo, "huele que alimenta". 
Uno, que al menos para ciertas cosas es generoso, suele responder; "¿vienes comido? tengo para 10 como tu".
Una vez con el plato delante, sube bastante el ego, primero que se lo coman y segundo que te digan que está bueno, o que ese plato hacía 10 minutos ni siquiera les gustaba. 

Como tengo la inmensa fortuna de que a mi cocina lleguen calabazas, patatas, zanahorias, pimientos, cebollas y demás género procedente de las huertas de mis allegados; suelo resolver bastantes platos con los mismos. Uno muy recurrente es la crema de calabaza, zanahoria o mixta y algo que me encanta es lograr una buena cantidad de crema, para tomar sóla, o como guarnición de lo que encuentre por la despensa.

Esta es de calabaza y patata (un tercio como mucho), con unas gotitas de aceite de vainilla y flor de cebollino:


Esta otra es una  crema de zanahoria, calabaza y champiñón, con picatostes, Idiazabal rayado y panceta ahumada.


La misma de antes con mejillones en escabeche y pimiento italiano.


¿Receta?, rehogar con algo de AOVE, sal, pimienta - u otras especias- si se desea, cubrir de agua y dejar cocer hasta que el género ablande. Rectificar de sal triutrar y pista.
Se puede añadir un chorro de nata líqida, o yogur, se puede utilizar caldo de pollo o similar y también se pueden meter los pinrreles dentro de la olla, para calentarlos. Allá cada uno con su creatividad.


P.D: Y yo que no me mato por los platos de cuchara, aunque si los valoro; cuando ceno esto, a la mañana siguiente me levanto como un cañón. Sientan bien las condenadas cremitas...

sábado, 15 de octubre de 2011

El Corral del Indianu, corazón del misticismo en Arriondas.

Me siento incapaz de precisar si esto que os voy a narrar, es fruto de mi imaginación, o realmente ha tenido lugar. Realidad o ficción, ¿que más da? todo es relativo; pero si en este tercer viaje ha quedado una impronta en la mente, si se ha tatuado el alma; he de contarlo, he de intentarlo, aunque no sepa muy bien como...
Al fin y al cabo, a casi todos os entrará por lo ojos y luego lo transformaréis en otra cosa, dentro de vuestras cabezas -tal y como me sucedería a mi-. Utopía, fantasía, las imágenes del recuerdo, no son más que una parte real de los mismos, flotando en un océano de vagas impresiones; lo que somos capaces de retener en nuestro pequeño corral. Incluso lo capturado por el objetivo de una cámara es falso; está falto de dimensiones y nuestro cerebro se mueve; si acaso se mueve... en un espacio-tiempo concreto y, tan limitado (o algo así me ha explicado el mozo de almacén, de la empresa en la que trabajo), que no nos permite captar todo lo que realmente sucede.





Serenidad ante todo, que nada de menor importancia os aparte de la lectura; realmente si os pica la curiosidad, es por saber si al zumbao del  DANINLAND le ha girado la veleta. Puede que desaconseje no zambullirse en un menú de altos vuelos que cotiza a 75 eurazos; que por poco más de 40 como mejor al lado de casa. Puede que os confiese que la impresión que me ha quedado es la se un yantar plagado de técnicas paleolíticas, obsoletas, sin ingenio, en las que no hay ni un sólo brillo de modernidad, en las que el producto sólo alcanza a cumplir el estandart del ni fu ni fa y que la atención me haya parecido distante, arrogante, pedante e insolente, como zafia, desafortunada y débil lo es la decoración y la distribución de los espacios. ¿Cuanto habré echado de menos mi tierra? 

Pues desde que entré en el Corral, nada; a decir verdad. Me maravillé desde el primer momento, en el que me vi inmerso de nuevo, en una fábula dentro de un universo de tintes Twin Peacksiano -perdón por el palabro-. 
¿Se os hará larga la lectura? Pues no se, pero aviso de que el post si lo será; estará además plagado de errores por que no me he parado a tomar ni una anotación y por tanto leeréis sobre emociones. Leeréis sobre lo que me cuentan los platos.
¡Si diré si los platos me han dicho algo!¿A alguien le parece una pedantería?, ¿ínfulas de grandeza en otro cronista mediocre, que abusa de la herramienta Blogger?
El disfrutar de esta comida ha copado una parte importante de mi salario y creo que se deben obtener sensaciones a mayores, que la del reconforto de un respetable menú de 10 pavos; que los hay, os lo digo por experiencia. Dicha sensación de reconforto, de alivio del apetito, que nadie se engañe, me parece la base de la pirámide; los cimientos  y el objetivo que se debe perseguir en primera instancia. Pero no nos engañemos; no me hace falta ni media hora de coche para alcanzar dicho objetivo. Esto es algo más, o yo lo veo así.

Levantaré la mirada con gesto irreverente hacia la de quienes pretenden ejercer de maestros, tengan o no, razones para ello, me da igual. He sabido escuchar y, aunque poco, algo he aprendido. Todos en mayor o menor medida, aprendemos a base de batacazos. Espero que estas líneas se observen como un acto de libertad.

Resuelvo, a continuación, las dudas que he sembrado párrafos atrás. La primera duda, más o menos tangible que he sembrado, es la de si merece la pena irse a un rango de precios en el que El  Corral del Indianu, se mueve. Mi respuesta es que, de vez en cuando y según las posibilidades de cada uno lo permitan, SI, si se desea dar un paso más, un paso adelante, o un giro de tuerca.
Ante todo quiero avisar que, a día de hoy, opino que la mayoría de las veces que uno se ha adentrado en este rango de precios, no ha dado un paso adelante, si no un paso hacia un lado u otro. El Corral es otra cosa; a mi juicio se escapa a la mayoría. 
En ciertas ocasiones, he hablado de la llegada al restaurante y de lo que sucede hasta el momento de sentar lar posaderas. En mi tercera ocasión en El Corral, ese momento ha sido, todavía más especial. Al abrir la puerta de la entrada; donde, como ya he dicho, parece que siempre hay alguien aguardando al momento preciso en el que se pose un pie en el restaurante; salió a recibirme la hija del chef y de la jefa de sala. 
Pensaréis que ese ha sido un momento entrañable y que ha sido lo más fácil para sorprender al visitante gastrofriki de turno. Pues si y no; si ha sido entrañable, pero ha sido algo más, ha sido un gesto tan competente, como la llegada a un tres estrellas. Tanto o más; imaginaos todos los gestos de "etiqueta" en el recibimiento por parte de un maître. Pues así ha sido y entre sonriente y atónito me quedé yo sentado a la mesa, visto el savoire faire de la criatura de unos 7 años (por ahí, andará). 

Creo que ya he descrito el local en ocasiones anteriores; pero me gustaría incidir en que es un espacio diferente, especial, personal a más no poder y detrás de eso hay mucho curro, señores/as. 
Los materiales, combinan el lujo y la rusticidad con gran acierto, resultando un ambiente ciertamente acogedor. El número de mesas está pensado para que el cliente se sienta cómodo con las distancias y los movimientos del personal de sala. Mesas de servicio bien distribuidas, los espacios bien diferenciados; donde no falta terraza ajardinada, y un número de elementos decorativos justo, sin sobrecargas, con muchos regalos para la vista.

Los baños están a la altura, también son una estancia que agrada pisar y cualquier desplazamiento dentro del local, ampara al cliente con elementos de lo más atractivos; leanse los cuadros que adornan las paredes, los muebles, las botellas y demás elementos que adornan las estancias. Piedra, madera y cristal acogen todo lo anteriormente descrito y todo ello, se baña con una iluminación más que perfecta. Sabe el lector habitual que la iluminación es, en opinión de servidor, el talón de Aquiles de la mayoría de los locales, pues aquí la cuidan hasta el extremo y el extremo es: 
"¿La luz le parece bien así?,¿Prefiere que cambiemos algo?.
 
Acabo con el local incidiendo en lo que palpa el cliente; una mantelería con un extra de calidad incluso dentro de los restaurantes de alto copete, con copas por encima de la media y un menaje que se distingue por estar más trabajado y más exclusivo que la inmensa mayoría de sus "competidores". Además, pese a que la mesa se completa con muchos elementos, estos, no son accesorios.
Que conclusión se puede quitar de esta tosca descripción; pues que en mi opinión, uno de los pilares fundamentales de este tipo de negocios, la casa, con todo lo que "casa" conlleva, está bien presente y amparado en la calidad, la personalidad y la distinción.

El trato por parte de TODO el personal es igualmente distinguido; atento, profesional... Un ejemplo de esa distinción de ese esfuerzo extra, es la llegada de un festival de mini platos a la mesa. Mini platos cargados de producto y sabor; nada accesorio. Olvidaos de la típica cremita para quedar bién.
Las cartas se explican breve y conciso, sin agobios de ningún tipo y todo se escalona para que el momento de pedir el vino no sea un stress en la espera a que se abra una botella , cuando la cocina ya va por los postres. 
Es esa, una sensación de agobio y prisa que se percibe más a menudo de lo que uno quisiera.

En El Corral del Indianu disponen de una carta clásica, un menú degustación y una carta de sugerencias. Si se opta por el menú, la cocina es todo lo flexible que puede y un poco más. ¿Alguien da más?
Otro ejemplo, al socorro de mis palabras:
-Mira, no se si podría ser posible, pero me encantaría probar la perdiz roja en el apartado cárnico... 
-Por supuesto, ya contábamos con ello. En cocina te han preparado un menú ligeramente distinto para que puedas probar unos cuantos platos nuevos.

¿Unos cuantos?, ¡creo que no he probado ninguno que haya degustado con anterioridad...!

Este ha sido el recibimiento comestible que me han dispensado:
Con una copa de amontillado Quo Vadis; unos fantásticos bombones de cabrales y manzana asada  con chocolate blanco, basados en un postre del propio José Antonio Campoviejo; realmente brutales. También se puede observar los tres tipos de pan; de escanda eco, pan de aceite y unas juguetonas y sabrosas obleas, con las que me fabriqué unos cuantos pinchos de autor, a lo largo del menú.
La anchoa tremenda y bien conjuntada, totalmente diferente a las degustadas en las cenas anteriores. 
Pues a todo lo enunciado, habría que añadir un aceite variedad Royal con tres sales, una croqueta sublime y un foie con avellana y frutos rojos de quitar el hipo.
El plato se compone de una buena rodaja de mi-cuit con las paredes cubiertas de una especie de teja-praliné-crujiente de avellana y polvo de avellanas para rebozar las paredes curvas, con un coulis de frutos rojos. Todo ello lo presentan a modo de un corte de helado, para comer con las manos; lo cual hice encantado.

Ya me olvidaba del tortu con guacamole y cebolla roja marinada. Plato de inexorable preparación "A la minute" muy agradecido.














Siguió a toda esta recua de pequeños orgasmos emplatados, un tembloroso de Rey silo al pimentón con avellanas, notas picantes y trufa recién rallada. Muy bueno, pero no perfecto; a mi juicio se sirvió algo más frío de lo conveniente para su disfrute.


 La ostra a la plancha con jugo de papada ibérica, es una combinación sublime. De nuevo me obliga a definirlo como un plato fino, tan brutal como delicado; una delicia de lo más pecaminosa.


Yo al siguiente plato lo llamaría  LA COCOCHA, pues fue cocinada, para sublimar las, ya de por si, incomparables cualidades que ofrece este sumun de una merluza, que pesaba más de 7 kilos. La emulsión que la acompañaba y esto es un pequeña gastroconfesión, era de un sabor tal que si me zampo este plato en casa, propinaría un eficiente lametazo final. A mi más puro estilo Porco Celta. 


Poco me contuve a la mesa de este restaurante, pues apreciareis en la foto que mi dedo meñique ya se había introducido en la preparación ¡ no me aguanté ni para sacarle la foto!!!

Como un guiso de chipirón visto de otra manera. El nombre dice la verdad; menuda texturaza y saborazo que tenían el bicho y el fondo. Ummmmmmm



¡No recuerdo el nombre de este pez! Si recuerdo que fue una bola extra maravillosa; incluso por encima del chipirón. En SU punto, con un sabor perfecto, además de una guarnición secreta que me desveló el propio maestro y un punto especiado de lo más canalla. De esos que no sabes si están, o te los estás imaginando; pero vaya si estaba...
Por cierto, pese a no recordar el nombre del bicho, a modo orientativo y por si alguien me puede resolver la duda, me recordó a un híbrido entre una merluza y un salmonete, con menor proporción de palometa. 

De entre las carnes; con la falda de ternera, o el cordero xaldu, de entre las esferas de queso y la cebollas ecológicas con unos fondos celestiales, ¿con que me quedaría?. Pues está claro; con la perdiz roja de Escocia, o Grouse. Pooooorrr favooor ¡¿pero que es esto!!!???que intensidad de sabor, que profundidad de colores de gusto, retrogusto, texturas y su p...  -----  ufff brutal y punto. 
Bien es cierto, que el plato merece un post por si sólo. Descomunal, kill me camión y todo eso; todavía no me he recuperado. Me la tomaría para desayunar, acompañada de un par de copas del vino con el que disfruté tan pantagruélico (aunque odie la palabra, aquí si está justificada) menú; el Valtuille 2.006
El vino; sencillamente tremendo. Una mencía que soporte al pajarraco escocés ese, no es una mencía cualquiera.



Ya he hablado de la carta de vinos en anteriores crónicas; pero es que una carta con 99 referencias que me satisface más que algunas con 500; habla por si sola de la hábil selección que contiene. Además, creo que la cambian cuatro veces por año. Gran servicio del vino.

De postre, Leche fresca, helada y cremosa. Excelente y refrescante larpeirada. Por cierto, llegado este punto en el que había comido muchíiiiisio más de lo aconsejable; dejo claro que en  aptitud de "de perdidos al río"; me hubiese zampado un segundo postre y digo esto, no como desafío, pues los cocineros con los que trato ya me han oído reclamar menús más ligeros en más de una ocasión. Pero aquí ya estaba de un subidón tal, que me bebería una bañera de chocolate Valrhona sin respirar.




El Corral de Indianu; una respuesta mística a la búsqueda del producto excepcional, a su audaz transformación  y donde la representación  con que se envuelven los elementos realmente importantes, es el cuarto pilar de la excelencia.










Una nave que surca el océano gastronómico capitaneada para que el objetivo principal sea el disfrute del cliente.

 O puede que todo esté en mi mente, que esté poseido de un extraño embrujo, o que esta haya sido una más de mis delirantes crónicas. En fin... ... no me como más la olla.

NOTA: Algunas de las fotos del local se tomaron durante visitas anteriores, asimismo faltan unas cuantas 
             imágenes  de  los platos descritos durante esta entrada.  


viernes, 14 de octubre de 2011

Fish Out of the Water (Pescado en la primavera-verano '11)

Algo a lo que por desgracia, no podemos dedicar tiempo la mayoría de los mortales, es a visitar los mercados. Yo trato resarcirme de ello durante las vacaciones.
No hay mejor plan que dejarse caer por la pescadería sin un plan concreto y que un rubio (siempre hablando de pescado, ojo) te mire a los ojos, suplicando que lo lleves a casa y que su muerte remate por alegrarte los sentidos.
En la siguiente imagen, veréis como acompañada de una merluza del pincho y unos berberechos, sirvió para alegrar unas cuantas viandas.

Me aventuré con una caldeirada de rubio. Se supone que un gallego nace cocinando caldeiradas; pero yo no habré resuelto más de dos o tres en mi vida. Esta sin ser el sumum gastronómico estaba bien rica y es que el rubio es un pescado de lo más sabroso.




Con la merluza, hice varias preparaciones; entre ellas, esta versión de la merluza en salsa verde:


Otro de mis bichos marinos predilectos, son los salmonetes y me he topado con unos cuantos de esos que dan ganas de comer en el propio mostrador de la pescadería.

Sobre dados de tomate y zanahoria, rodajas de berenjena braseada, lomos de salmonete con puerro y sobre todo; caldo de salmonete al azafrán, con aceitunas negras.


Salmotenes con berenjenas y geleé caliente a los aromas de hinojo, perejil, laurel, romero y pimienta.
Por desbarrar que no sea, está claro que es demasiada filigrana para un cocinillas tan pésimo como el menda...... pero estaba bueno, que es de lo que se trata. El caldo se hizo con las espinas y cabezas de los salmonetes, las hierbas, agar agar y tiempo reduciendo al la lumbre.

Ventresca de bonito fresco con pisto y huevo. Se que parece un pelín chafado, pero estaba estupendo.

Atún Vermello con Pementos do Couto e ensalada.


Bacalao a la Vizkaina. Horas y más horas en la cocina siguiendo a pies puntillas esta receta.
He utilizado un bacalao de primerísima calidad adquirido en NEIRA; pero el caso, es que no lo escurrí lo suficiente antes del emplatado.
Días después de haber preparado este plato, descubrí de manos de un maestro, que no es correcto utilizar el bacalao directamente de la bolsa de envasado; si no que debe "curar" unas horas en el frigorífico.


Lubina con refrito de ajos, ajetes y mahonesa de remolacha. Vale que la lubina no sea un ejemplar enorme; pero me la trajeron a casa con el anzuelo clavado.

 

Sargo braseado y calamar con ajada espinacas y ensalada de cherrys, nueces, grana... Esta también llegó con el anzuelo clavadito; así como que no me importa tanto el no poder pasar por el mercado....



A continuación, tres recetas realizadas en orden cronológico, para sacar partido de un modo sencillo, a un bacalao desalado del montón:


-Bacalao y espárragos confitados con pimientos y cebolla caramelizados:

 

















-Brandada con ajada y rabos de espárrago verde:



 















-Bacalao al pil pil, con espárragos verdes y cebolla roja confitada:



¡ Te han pescao Bacalao!

viernes, 7 de octubre de 2011

BODEGA CONTADOR. San Vicente de la Sonsierra, (La Rioja).

O de un viaje al cielo, en la tierra del vino.
El pasado mes de junio, subí durante tres días a uno de los más altos picos que un maníaco del comer y el beber, puede aspirar a escalar sólo en caso de ser tocado por una inmensa fortuna. Así fue, como en la más grata de las compañías, disfruté y gocé de una expedición hacia el placer, capitaneada por el mismísimo Benjamín Romeo.
Ser intenso donde os haya; este loco audaz y perfeccionista en la elaboración de sus caldos, consigue un suspiro a cada sorbo de quien los beba. Algunos lo conocen como "el Borgoñón de La Rioja", o por haber sido en enólogo de Artadi,  muchos otros por ser un reiterado 100 points Parker, otros por los precios de algunos de sus vinos y servidor lo conoce por que durante un par de jornadas, pudo ver en directo, que este señor es rock&roll y lo demás son tonterías.
Desde mi escaso conocimiento, no queda otra impresión, que la de un genio que comparte la mirada desafiante de los grandes entre los grandes. Da igual blanco que tinto; de la Bodega Contador salen los vinos más "histórico-nucleares", de cuantos he probado.

El maestro ha dejado lecciones memorables impresas en el coco de quien os escribe y bien es cierto que podría haberme echo eco de esta experiencia, hace ya tiempo. Lo que ha sucedido, es que en esta ocasión, más que nunca; el traje me  ha venido demasiado grande y me he visto carente de sabiduría, técnica, medios y palabras para expresar lo que allí se ha bebido y vivido. 
Entonces ¿a que viene este post?, pues supongo que lo estoy escribiendo un poco por compartir algo que me ha marcado a jierro, un poco para  continuar en mi incondicional ánimo hacia el disfrute gastronómico y, ¿por que no?, para daros envidia. ¿O que se pensaban ustedes, que con tremenda sartén por el mango, no les iba atizar con ella en el melón?!?!?!

Como estos días de los que os hablo, han sido como un polvo salvaje y servidor nunca ha podido presumir de ser gran amante, no tengo demasiadas muestras gráficas. No quería perder un segundo en sacar la cámara del bolsillo... ¡pero si  ni si quiera me atrevía a pestañear por si me perdía algo!!!. Es por eso, que no mostraré ninguna foto de viaje; lo que no quiere decir que no las tenga por ahí escondidas...

El caso es que hace poco decidí librarme de mi fetichistas colección de botellas -tantos recuerdos de tantas y tan buenas sensaciones que no cesaban de acumularn polvo-, fotografiando tal momento para la posteridad.
No pude evitar, mientras fotografiaba una buena recua de corchos y botellas, el rememorar una cena en la que, como habéis visto en la imagen de portada, comenzaron a llover los vinos de Contador. 

Esta cena sucedió en pleno San Vicente de Sonsierra, en el recientemente inaugurado <wine> bar de Benjamín Romeo; bautizado como LA TERCERA ESTACIÓN y que en tiempos no muy lejanos, el local servía de garaje para el tractor que el maestro utilizaba para mantener a raya sus viñedos. Actualmente, se ha convertido en un templo para la adquisición y el disfrute de los vinos de Contador (además de algún Champagne y algún Oporto), acompañados del más esencial y exquisito tapeo, para su acompañamiento. Gloriosas ensaladas, espárragos, suculentos lomos de anchoa, pimientos rellenos, croquetas, tortilla, encurtidos, platos de jamón y embutidos de calidad, quesos exquisitos y algún que otro dulce...
Calidad a un precio de lo más competitivo. No exagero en decir, que bien merece la pena el viaje a San Vicente, sólo para aprovisionarse de unas cuantas botellitas y llenar la panza de tan gloriosos manjares.

La mencionada cena, precedida por el mejor de los aperitivos -digno de uno de mis interminables post-, fue el pistoletazo de partida para visitar viñedos, bodega y constatar que La Cueva del Contador, sabe distinto si se bebe en La Cueva del Contador. No hablaré de los demás descorches, por que , pese a que no soy creyente, creo que tendría que salir pitando a confesarme por recordar todos y cada uno de ellos.

Ha habido un antes y un después desde que di mi primer trago a un vino de Benjamín Romeo. Eso ha sucedido unos años antes de este viaje , que tan desordenadamente he narrado y todavía recuerdo como atravesó mi paladar. También recuerdo concretamente de que vino se trataba; un La Cueva del Contador 2.003 y si lo habéis probado, estaréis de acuerdo en lo peculiar del mismo. Podéis leer muchas notas de cata; pero seguramente en ninguna leeréis la gloriosa definición de quien me lo dió a probar:

"lo que más me gusta de L.C.d.C. '03, es que es un vino que roza la imperfección"

Hermoso, ¿no os parece?. Sin duda, hubo un comienzo.

jueves, 6 de octubre de 2011

Primavera/Verano 2.011 " Ensaladas Etc..."


Aprovechando, o más bien tratando de paliar, el bajón culinario que estoy sufriendo durante estas semanas, dejaré constancia de algunos de los platos que, con mayor o menor fortuna, cociné durante la época que anuncia el título de esta entrada.
Como siempre, nada o poco remarcable; pero me queda el orgullo de haber comido algo que ha salido de mis propias manos (aunque a veces sea consecuencia de abrir una lata de conservas y poco más) y, como ya es habitual; algún que otro oportuno reciclaje. Ensaladas frescas en algunos casos y contundentes en otros, que me han servido como entrante, o como plato principal y de las cuales me apunto alguna para el año que viene. Así que nada más, bon profit.

Esta es de hace tiempo y parece una chorrada; pero es que está buenísima. No se ni si se podría llamar ensalada; pero es un preparado a base he huevas de trucha, erizos, encurtidos y frutos secos. Rara, pero rica.

Una ensalada templada de patata y panceta, con tomate seco, encurtidos, cebolleta...
En algunos casos, me paro a nombrar las fotos con los ingredientes del plato en si, para recordar los ingredientes; este es uno de esos casos:
Piquillos con queso San Simón envuelto en jamón y ensalada de canónigos con cebolla y pimiento caramelizados, queso Ibar y cecina. Se aliñó con sal, pimienta, mostaza, vinagre de manzana y AOVE.
Lechuga tierna con bastoncitos de bacon,  dados de champiñón y aguacate con vinagreta de guindilla fresca. No faltan ingredientes fetiche como el pistacho, la avellana el cebollinio, o la pimienta.

 Cebolla caramelizada, remolacha, escarola, foie mi cuit y maíz.


Ensalada de tomate relleno de crema de queso azul y alioli de aceituna negra, o un tomate con el mismo relleno sobre arroz salvaje frito y aliñado, con jamón y espárragos.
Y la ensalada porno de kumato, que seguramente haría las delicias de ciertos hosteleros (es que a veces no se si es que están de coña, o es que están de coña). En fin, eso de tener vergüenza, debe haber pasado de moda... 




Ensalada templada de sandía y rúcula. Una "frikada" tela...


Mejillones escabechados en casa (UTILICÉ UN ESCABECHE DE TOMILLO LIMONERO Y NARANJA; DE AHÍ  LO DEL ADORNO), con aguacate y champiñones crudos. Pimienta negra, sal maldon, aceite de arbequina y a gozar.


Si la anterior está prácticemente copiada de un aperitivo de El Mercadito, la siguiente está "inspirada" en un plato de A Estación. Milhojas de manzana verde, queixo do Cebreiro con miel y salmón ahumado.


Ensalada de anchoas, frutos secos, queso azul, mahonesa, champiñones...


Esta me la curré para aprovechar la cabeza de un rubio, que había utilizado para un caldo, que a su vez, se utilizó para elaborar una caldeirada -proximamente es sus monitores-.

Tartar de tomate y aguacate con pesto de albahaca. Si os cuento que la base es un Idiazabal rallado, el polvo verde es de pistacho y que prácticamente sólo he utilizado los ingredientes que veis en la imagen; ya sabéis la receta.

Otra ensalada de tomate, queso y aguacate. Sólo que esta lleva un bonito marinado en la base y si os fijáis muy mucho; también por encima.
 Otro milhojas; en esta ocasión con remolacha cocida, manzana verde, queso del Cebreiro y vinagreta de dáctiles y avellanas.

 

Una entre las miles que elaboré con los tomates cherry que me han regalado a lo largo del verano. Esta lleva mejillones de lata, rulo de cabra, albahaca, cebolla roja y una vinagreta con mostaza al cassis de Dijon.
La llamaré Ensalada Isabel; en honor a la madre del "proveedor".


Ensalada, milhojas de manzana, remolacha "de la huerta de Isabel" cocida, queso del Cebreiro y trucha ahumada. 


Tres quesos y nueces. Tomatitos, hierbas aromáticas y vinagreta cortada.


Abadejo escabechado, anchoas, brotes con polvo de maíz, ¡basta ya!, ¿no!!!?



......


 -Ensaladas ovetum-