jueves, 26 de julio de 2012

O Camiño do Inglés (Ferrol) y su Menú de Mercado reducido. -DÍA 1-

Seducido por el aroma de este negocio, del que os he estado hablando últimamente, me dejé llevar a una doble bacanal, ofrecida por el chef. Casi un desafío -o sin el "casi"-, que nos pasará factura a ambas partes. A servidor de la manera habitual, sólo que menos cuantiosa y a la otra parte en cuestión; en forma de mis típicas puyitas. 
Todo nació del reconocimiento público por mi parte; en cuanto a que me encanta comer bien, pero me fastidia pofundamente, que me recuerden el pésimo cocinillas que soy en realidad. 
¿Preparados para un DANINLAND vs CAMIÑO DO INGLÉS?
Resumiré con un Dani VS Dani, para evitar  ciertas represalias...
Jueves noche, sin dismular mi resquemor, llegué al restaurante como habitualmente lo hago; tarde, en plan divo, haciéndome de rogar, rompiendo el ritmo de la cocina en el peor momento... Me disculpé en sala, como si tal hecho hubiese sucedido sin yo haberlo deseado, me decanté, tras un breve vistazo a las estanterías, por un Nora da Neve '07 para lubricar la velada y DING!, sonó la campana; me fui a mi silla.
De tal modo, mientras me cruzaba miradas  con el personal, al más puro estilo de las pelis de S. Leone; asesté mi primera puñalada y no tardé en recibir la que me tocaba:
Chicharrones; así bautizaron a este compendio de tradición y suavidad. Pimienta recién molida en concurso, para llevar mi paladar al éxtasis y pan recién tostado, por si me atrevía a levantar la mirada.

No había pasado nada, me fui al tercer asalto con un ojo morado, pero con unas cuantas frases de crítico cagasietes en la manga.

De repente, en un descuido, me pusieron esto en los morros y mientras pensaba ¡¡¡¿que ven mis ojos?!!!; oía a lo lejos, algo de unas cigalas con no se que velo de nosequé y nosecuanto de tomate. 
Recuerdo haber pensado "si me ponen cigalas, luego foie gras, trufas, atún de almadraba y caviar; de lo único que me voy a poder quejar, es de la factura".

En fin, buenos los bichos, excelente la sopa del fondo y sobre todo, sorprendente combinación.
Y, aunque aquí se podría iniciar otro debate sobre cómo están más buenas las cigalas, prefiero cebarme con el punto. ¡Ay el punto!; esos 37 segundos de más... ¡que felicidad supuso esa pequeña sobrecocciòn!!!. 
Se que esto te duele, maestro; lo se. No disimules
Comer algo tan rico, pero a lo que podía sacarle punta, mientras miraba la mesa de pase con sonrisa malévola; me produjo una excitación tan enfermiza, como placentera.
Frasecilla que le dediqué al cocinero en directo: 
"Entre el -excesivamente turgente- punto Solla y el punto de la abuela; tu te has decantado por el segundo. ¿No se te pasó por la cabeza algo más intermedio?"
Que te suelte eso un friky, mientras el local está hasta arriba, la cocina es un hervidero de comandas donde se mezclan sobremesas con entrantes, o raciones varias para mesas infinitas y un menú  degustación; debe ser como un puñetazo directo al estómago.

Llegó la hora del lomo de jurel, con judías, coliflor y ajada. Impecable el jurel@, quedando claro además, que todo lo que el maestro hecha a cocer, (no siendo cigalas...), sale a un punto óptimo. 
Lo tendré en cuenta los próximos carnavales (en temporada de cocidos).


Bueno, he de reconocer que en ese momento el ambiente estaba cargado, se palpaba la tensión. El combate se hallaba en un punto bastante igualado. De repente sucedió un cruce de miradas y el chef avanzó hacia mi posición... "Cachopo de ternera", soltó el muy...
K.O. técnico. ¿Como un tipo tan feo puede cocinar tan bien?. Vale que la salsa mahonesa-mostaza, no precisa de viajes a cocinas fancesas para aprender a resolverla, pero ese relleno, ese rebozado, ese puntazo...
Contundente victoria, de un  plato rotundo.


Todavía faltaba el postre. La torrija "de Marcelo" sobre sopa de cardamomo.
Una sobremesa, evocadora de algunas de las grandes casas, que tanto el Dani cocinero, como el Dani lamepucheros, hemos pisado.
NO FOTO
Dulce derrota, rematada con un buen café.
ESTE DEGUSTACIÓN PRETENDÍA SER UN MENÚ "LIGERO", PUES A LA NOCHE SIGUIENTE, TENDRÍA QUE ENFRENTARME AL KILOMÉTRICO MENÚ HABITUAL.
Para el siguiente pase, tendría una oportunidad para saciar mi sed de venganza. Proximamente en sus pantallas.