jueves, 28 de noviembre de 2013

C.d.X. A Tafona "al alimón".

Tres bloguer@s, tres; para contar una de esas experiencias que merecen ser contadas.
A servidor ya lo conocen, de la golosíalímite de María Lago ya os he hablado y ahora se une a la manada Advitreni, de La Palabra Invertida. Tres gastropirados, cada uno con su personalidad y estilo propio, pero con la opinión compartida de haber vivido una velada irrepetible.

Ya que soy anfitrión, me he visto en el papel de dejar que cada cual escoja la parte del post que le gustaría escribir. A mi me ha tocado el comienzo, así que no os libráis de otra de esas tediosas intro más largas de la cuenta. Servidor escribirá utilizando su color preferido -el negro- y luego el invertido y la golosa usarán el que les plazca.
Como buen tridente de frikis comilonas que somos, optamos por el comedor blanco, como estancia celestial por eso de que es preferible darnos de comer aparte. Esa estancia, fue testigo de  un  placentero gozo y sorpresa por nuestra parte. Tanto los que ya conocíamos previamente esta Casa de Xantares, como los que no; quedamos harto perplejos del buen hacer del equipo de A Tafona. Es más, en lo personal he de decir que desde el INCONMENSURABLE, del que di cuenta a principios de verano, no he tomado un menú que me haya fascinado de tal manera -sobra decir que desde aquella han caído unos cuantos-. 

El trato de Lucía Freitas, Nacho Tierno y demás miembros del equipo, ha sido nada menos que extraordinario. No diré más, aparte de reflejar aquí el agradecimiento de tod@s l@s comensales. 
En fin; nos metemos en harina, nunca mejor dicho, con el suculento pan de maíz acompañado de un aceite gallego a la altura de las circunstancias; el Eidos de Iria (no os perdáis las aceitunas; están de vicio).


Entramos en calor con una excelsa sopa de pescados y mariscos -nombres de los platos a mi bola-. Sabor, sabor y más sabor, en una preparación con varios pescados y mariscos en concurso; entre ellos, cabra, salmonete, navaja, berberechos y unas almejas de esas que dejan huella en el paladar. El caldo se añadió en mesa y viendo la imagen que ilustrará esta palabras, no me dan ganas, si no de volverme pequeñito, zambullirme en el y bebérmelo desde dentro mientras juego con las huevas de trucha cual león marino-¿alguien me echaba de menos...?-.
Podría escribir los versos más bellos esta tarde, sobre el plato en cuestión. El corte de los pescados, tan cuidadosamente desespinados, la tersura de sus carnes en perfecto punto de cocción, el acierto de las -hierbas- aromáticas que perfilaban el plato todavía más, o la generosidad en tanto a la cantidad del mismo -en otros menús esto sería un plato principal-; pero la sensación sápida, sólo podéis testearla en A Tafona...


Siguiente plato; boquerones, cítricos, setas -escabechadas-...
"Apasionada" orfebrería de mar, monte y huerta en un plato. Me gustó todavía más que el anterior, así que queda todo dicho.


Los hongos con  huevo, panceta de Guijuelo y pan crujiente fueron el plato de la unanimidad. El el top tres del menú para nuestros tres alegres  paladares. Un huevo de morirse, oculto tras cantidad de carnosos boletus en diferentes preparaciones; desde el carpaccio que se aprecia, hasta los confitados en corte de cruz.



La foto engaña, era un plato fastuoso, con enjundia también en cuanto a la cantidad. A servidor y a algún que otro comensal -cocinero el-, no nos daban las cuentas de como se puede meter tal cantidad de tan magnífico producto, en un menú tan BARATO. 


Desde las sabanas blancas de la sexta planta, se levanta la brisa de la vecina, María esta haciendo la comida del medio día.
Buenas, soy Aditrevni y despego con dos nada superfluos personajes de la gastronomía de hoy en día. Un placer de velada que me conquisto junto a DANNINLAND y Golosialimite
Era miércoles y se esperaba  impaciente la noche de la gran cena, nuestra primera "xuntanza". Quedamos cerca de las 8pm en la puerta de la Golosa. Y nos dispusimos a viajar a la ciudadela de la gastronomía. Llegamos al rato y antes de meternos en la puerta al paraíso nos tomamos un vino, escogido por DANNINLAND, con la aceptación de Golosialimite. Sin mas dilación y espera, nos fuimos nerviosos y ansiosos de llegar a lo que seria un viaje de ensueño. 
Como no, DANNINLAND ya os metió en vereda con el inicio del menú, y yo os conduciré al final del menú, comentado por Golosialimite

El estacionamiento en el cielo, un XURE-LO CON POCHAS Y CODIUM... 
...toso al recuerdo como imposible, conjunto de materias. Salivando. Sin derecho a protestar por el sabor.   

Foto Aditrevni
 Seguimos, sin duda se ve la elegancia de los cocineros: corte, punto de cocción y sabor del MERLUZÓN CON PIMIENTO Y AHUMADA AL MOMENTO. 
La primera vez hasta día de hoy, que pruebo una merluza con sabor a mar sin despreciarla, con esa elegancia y sabor del pimiento que no quedaba fuera de la merluza.



Finalizo mi parte con uno de los platos que mas me conquistaron, sin duda la carne es una perdición, pero probar esto acaba en devoción por la cocina de "A Tafona" que acabaron por descubrirme, como se va de la tierra al cielo, en 8 platos inigualables. CORDERO DE DIOS, HIGOS CASTAÑA Y MUERO. Sin palabras, ya nada podía decepcionar y pensaba que imposible mejorar pero la cocina no dijo basta y se dispuso a hacernos "flipar y soñar"... Os dejo con MariaGastronomia... Un placer escribir para vosotros y con esta gente...
Foto Aditrevni
Se despide...

 ADITREVNI


Bueno, por fin me toca. Tras los dos caballeros anteriores, me veo en el papel de hablaros de los vinos y de dos postres que, tras tan opíparo menú, casi consiguen hacer asomar el límite de mi golosía. Casi... ;-)
Comenzamos bebiendo champagne, por que según DANINLAND "es tradición" eso de regar los menús de A Tafona con burbujas gabachas. Nada que objetar, un Pierre Moncuit nos guiñaba el ojo desde la carta de vinos. 
Puede que, en principio, los espumosos que cuentan con la Chardonay como única uva no sean mis favoritos para sostener un menú, pero en este caso sólo serviría como aperitivo, así que perfecto. Comenzar una comida con esas suaves notas de levaduras y la ligereza de un espumoso de buena integración y buen precio, siempre es algo de agradecer.

He de decir que la carta de vinos ha sido perfeccionada gracias al asesoramiento que unos intrépidos legionarios del buen beber, que alguna vez han comentado por aquí. 
Tras las burbujas, llegó un Ribeiro tinto a examen; el A Torna dos Pasás Escolma 2.008. He de reconocer que salvo mi amado anfitrión, quien había probado un magnun del '05 años atrás; nadie en mesa conocía el vino y los instantes tras el descorche fueron desconcertantes, sobre todo para quien más lo conocía. Personalmente, yo he tenido una experiencia reciente con un A Torna... '09 (no el Escolma) más que gratificante. En el caso de este Escolma, ha sido conveniente una buena oxigenación, para recibir las grandes sensaciones necesarias para saldar nuestras espectativas. Recomendable complejidad, que me llama a repetir.
Sensaciones vitícolas aparte, no hay gran menú si los postres no cumplen y en este caso, la cosa cumplió pero con creces. La mejor tarta Alaska que he comido en mi vida, ha sido esta que Lucía acercó a nuestra mesa, pese a que la amable cocinera no estaba demasiado contenta con el resultado de su maravilloso soufflé. El toque ácido desgrasante en contraste con el dulzor de unas frutas escarchadas y el calor del merengue frente al frío del untuoso helado en el interior, convertían este postre en un delirio de placer.
Foto Aditrevni
Pero la cosa no iba a quedar ahí. En mesa coexistíamos un par de individuos con seria adicción al chocolate y el prototipo del Chocoleterapia (por aquellos días, todavía futura tapa a concurso en el Santiago e-Tapas) fue un final por todo lo alto. Intensidad y equilibrio en este postre multitexturas de  N I V E L Ó N. 
Créanme que este párrafo sería muuucho más largo si lo escribiese el tipo del cuchillo a la espalda...

Foto Aditrevni
Pettit fours
Para dejar tremendo nivelón de menú con buen fondo musical y, de paso, el agradecimiento al personal de A Tafona por su infinita paciencia, especialmente a Lucía por sus siempre gratas intervenciones en mesa; os dejo con una voz que ya he escuchado alguna que otra vez en esta casa; que brinda, además de grandes momentos gastronómicos, un ambiente musical remarcable. 


COCINA:  *****
SERVICIO:*****
LOCAL:   ****1/2
BODEGA:  ***1/2
PRECIO:  *****


TOTAL: 23 de 25