sábado, 12 de febrero de 2011

El Menú Archivo de Casa Marcelo en Santiago D.C. (Como siempre...)

Como algunos ya sabréis; en Casa Marcelo han puesto a disposición de los clientes un menú compuesto de sus platos más sonados desde la apertura del restaurante. Estos menús se servían en horario de comida, no de cena e incluian aperitivo; una mesa a rebosar de aceitunas kalamatas; aceite de arbequina; los dos estupendos panes hechos en la propia casa y el que tocase ese día, un entrante, pescado, carne y postre. Todo esto, suficiente para rodar rua Hortas abajo con el estómago a rebosar, por 45 pleuros.
A mayores incluso, daban la posibilidad de escoger uno de los dos platos extra que se presentaron junto al menú degustación habitual (75 €); que en la ocasión que yo les visité, incluía becada o lamprea con un incremento de 15 pleuros. Un abanico de posibilidades, se abre ante el cliente en forma de disposición a satisfacerlo y a salvar cualquier handicap que pueda presentar el disponer de menú degustación, pero no de carta. Chapeau, por esta filosofía de Casa Marcelo y la de quienes la compartan, claro.
Por cierto, quien sea capaz de sumar uno de los anteriormente mencionados platos al menú, tiene saque y lo demás son tonterías.

Este "estamos que lo tiramos señores" ha transcurrido desde el 4 de enero hasta el pasado 11 de febrero; así que si no habéis hecho caso al menda y no habéis aprovechado para conocer El Templo de la Gastronomía Gallega, con este precio tan especial, mal habéis hecho (quienes se lo pueden permitir; que uno no vive en el país de las maravillas), pero que conste que de boca he avisado a un buen número de person@s.
La entradita por estos 45 €, incluía el hermoso espectáculo de que disfrutan el resto de los clientes; ver a la brigada en directo y en fullscream, trabajando en los platos que disfrutarás, con inigualable precisión y un ritmo vibrante.

En cuanto al número de personas que ese día abarrotaban el restaurante; no recuerdo la cifra, pero estaba a los topes. No por ello el ritmo de salida de los platos y el trabajo del personal estubo exento de un ritmo irreprochable y un soberbio resultado en la mesa.
He de reconocer que fue esta una de las ocasiones en las que ver trabajar al personal, tanto en cocina como en sala; me hizo dsifrutar más, pues el ritmo era intenso y brutal hasta decir basta; pero nadie que no pusiese especial atención se percataría de lo que allí se estaba currando.

En fin, elegí para acompañar los platos, Nuestro  Syrah de Manuel Manzaneque y sencillamente me defraudó; comenzó fresquísimo; pero resultó plano y remató por aburrir. La verdad que me reconozco culpable, por que tenía mayores espectativas hacia este caldo y me había estado debatiendo entre este y un César Príncipe o un Lapola, de Dominio do Bibei que seguramente me hubiesen hecho disfrutar más del menú.

A continuación veréis una pésima fotografía -las siguientes no serán mejores- que, por otra parte, resulta bastante ilustrativa en cuanto a justificar lo que el cliente abona por asistir a la función marceliana. Fresquísimos los panes, evocadoras las aceitunas griegas y como apertivo caliente, una especie de buñuelo (creo recordar que de bacalao) rebozado en corteza de cerdo.

La Sopa Rosalía es una receta materna que resultó de lo mas suculenta y reconfortante. Una de las mejores sopas que tomé; a años luz del cafetocaldo.


La Empanadilla de Bacalao y Pasas, crujiente y con una alegre vinagreta al fondo, gustó sin llegar a emocionar.




La Crapaudine de Codornices Asadas; sobervio; irreprochable en cuanto a producto y a la transformación del mismo, en un plato galáctico que logró el levitar de mis sentidos. Perfecto fondo, punto, sazón, cantidad, presentación... ...per  fec  to. 
Se sirvió en este orden por que pasé de la merluza al vapor con caldo de cebolleta y pimiento, que incluía el menú.



Probé la lamprea por primera vez en mi vida y me alucinó en lo tocante a su potente sabor; muy bien conjuntada y suavizada con esos puerros que se ven al fondo.
Me gustó la lamprea de Casa Marcelo; pero no aseguraría que me encanta la lamprea, no se si se comprende esto que digo...
¿Alguien sabría decirme un maridaje correcto para este plato?.


El Tiramisú homenaje a Franco Luvara fue la finura y la ligereza aplicada a un postre tan clásico como popular. Se acompañó de una copa de Seara Porto vintage.

Rematé la jugada con un café Lavazza y una copa de Kracher TBA Nº 9;  un Chardonnay de lo más adictivo. Con la invitación a estas dos últimas consumiciones se pone otra vez de manifiesto que en Casa Marcelo SIEMPRE tienen un detalle y yo, SIEMPRE tengo ganas de volver.