viernes, 31 de mayo de 2013

Cuentas atrás, objetivos incumplidos y extravío de recibos...

He confesado en alguna ocasión mi preocupación e impotencia hacia este hecho capicúa que es la vida. La vida que pasa a ritmos diferentes según la persona que la viva y la situación que le suceda; la vida, digo, es capicúa por que parte de 0, de un nada, o para los más atrevidos de una energía y en eso se queda; en 0, en nada, o en esa energía que ni se crea, ni se destruye. 

Snacks & Aperitivos acompañados de refrescante cava.

La energía fluye, como fluye el tiempo que siempre me ahoga con su martilleo e incesante TIC, TAC, TIC TAC... pasan así los años cómo si de un flash se tratase y servidor continúa caminando por la vida taciturno y abrumado. De momento, tendré que conformarme con seguir caminando; aunque no sepa muy bien hacia donde voy -ese es mi personal efecto sorpresa-, por que se que si mañana me rompo una pierna, seguramente se me cruce por la cabeza un pensamiento del tipo "que bien estabas ayer y que poco hacías por aprovechar el tiempo; malgastándolo en escribir textos que no llevan a ningún lado..." y será tarde. Tarde, como siempre que este cenutrio que escribe, llega a todo con su empedernida impuntualidad.

Colas de cigala con salsa de yema y soja + el arroz de sus cabezas.
Tarde me fui la pasada noche a dormir, pues estaba perdiendo el tiempo entre los documentos almacenados en esas pequeñas memorias que se alimentan en los puertos USB de los PC, cuando en una carpeta aparecieron las fotos que alegran esta entrada. ¡Sabía que las tenía por algún lado! y por fin han aparecido para mostrar parte de una comida ejemplar que disfruté el verano pasado. Unos 10 meses atrás en el tiempo, lo que me recuerda que hace  casi un año que no me dejo caer por A Estación y que no siempre me he dedicado a perder el tiempo; en ocasiones como esta, lo aproveché bien aprovechado. 

Pichón suculento con acompañamiento fastuoso.
No se trata de un menú degustación, si no de una comida perfecta, regada con el vino que más alegrías me ha dado en los tres últimos años. Recuerdo un día radiante, con unos platos igualmente radiantes; lógicos en su propósito de ser considerados alta cocina y un equilibrio perfecto desde los snacks, pasando por el doble aperitivo de la casa, unos platos musculosos, sabrosos  y el delicado postre, sin posibilidad de echar en falta unos buenos quesos magníficamente acompañados, o el cierre con un café memorablemente escoltado por unos estupendos petit fours



Viendo estas imágenes se me ocurre que es una pena que no paguen por la habilidad de convertir la mesa en una pista de aterrizaje para las mejores viandas; pues por lo visto, no se me daba del todo mal...


Ese es, en parte, el propósito de este blog; que estos grandes momentos no se pierdan en el tiempo like tears in the rain; si no que tu, si tu; lector anóniom@, tu que estás planeando premiarte y alegrarte, bien sea para  celebrar una gran ocasión, o para hacer grande cualquier ocasión; tu sabes que existe un espacio en la red llamado DANINLAND que te incita al goce y a la bacanal gastronómica. 


Atreve y recuerda que gastroerrar es de sabios; eso si, no me vengas con reclamaciones, servidor es como esta primavera que no ha entregado recibo y ahora a ver quien es el guapo que la reclama a veintipocos días de que llegue el verano.