domingo, 13 de noviembre de 2011

Pedro Roca RESTAURANTE, Santiago D. C.

El restaurante en el que oficia el maestro Pedro Roca; sea uno de esos pocos que me han llevado a las más altas cumbres del disfrute,ayudado de factores plenamente tangibles. Factores como el manejo PROFESIONAL del mejor PRODUCTO, y el saber de una carrera de basta EXPERIENCIA; resultando una conjunción de circunstancias, que conducen ni más ni menos que al placer verdadero. 
Por otra parte, y teniendo en  cuenta el escaso número de veces (tres, en concreto) que lo he visitado; también es el que proporcionalmente más he "desperdiciado", bien sea por los azarosos caprichos del destino, bien por mi falta de competencia al escoger un "donde"  más adecuado a mis pretensiones; o expectativas. Palabra, esta última, de tan reiterada utilización en el mundillo gastroblog, que francamente, comienzo a tener asqueada.

¿Puedo a estas alturas hablar de la dimensión del disfrute, en un restaurante que ya he posteado -afortunadamente, a mi juicio- hace aproximadamente un año?. Claro que puedo; lo estoy haciendo. Lo estoy haciendo por que lo creo necesario para transmitir algo que puede resultar interesante a cualquier aficionado indeciso, o para auto examinarme en mi capacidad de transmitir ese "algo" desde un prisma personal.
Me refiero con eso del "prisma", a mi visión de lo que me resulta deseable en un restaurante; lo que me parece interesante en su propuesta, su oferta.

Pues bien, ¿será que he sido yo el que ha cambiado?, ¿habré sufrido una evolución, o involución?. Puede que haya algo de eso, puede que lo accesorio no me atraiga tanto como en los inicios de esta afición por la gran cocina (a considerar...). Es cierto, en Pedro Roca, en su oferta, hay poco de accesorio. Poco o nada y lo que si me encuentro es un montón de sensaciones palpables; masticables o, cuando menos, paladeables.

No he tenido música durante este servicio; cosa que hubiese preferido. No sólo le van caer hostias al Celler de Can Roca (va de Rocas el asunto...); pero el caso es que aquí, poco menos, que no he tenido tiempo a echarla de menos. Gemí casi a cada bocado y a cada sorbo, cerré los ojos y disfruté más allá de lo disimulable... ¿Por que?. Por que los que yo llamo "MIS templos"; se acogen a la estricta norma de ofrecer calidad y sólo calidad. La entrada a este restaurante ofrece un espectáculo de espirituosos en los que en un rápido vistazo cualquier aficionado de tres al acuarto percibiría una búsqueda de la calidad, de la selección, de la excelencia, a fin de cuentas. Lo mismo sucede con una carta que ofrece una extensión fuera de lo común, teniendo en cuenta el nivelón del que allí se dispone. Se percibe en los platos, o en la selección de los vinos, un gesto por acercarse a la clientela más clásica, por  agradar,sencillamente; pero sin dejar de lado la calidad. Y algo que no debemos dejar de lado, es el trabajo que supone, disponer de lo anteriormente mencionado en condiciones óptimas para su provecho.

He tenido recientemente, un encuentro  con cierta amistad, en el cual comentamos nuestras  respectivas últimas visitas a restaurantes.
Al parecer nos habíamos estado pisado los talones, dentro del circuito de "grandes" gallegos y el que nos ocupa, aún con todo lo que había caído últimamente (mucho y muy bueno); había marcado la diferencia y nos había hecho reconsiderar al resto de baluartes; entre los cuales tenemos muchos en común.
Señalo este hecho casual, para que se aprecie que mis palabras son del todo objetivas y sinceras. No estoy recomendando nada, que no recomendaría a mi mejor confidente...

El Menú Plaza de Abastos que Pedro Roca ofrece por 50 €, no tiene NADA que envidiar a muchos de 75 €. Lo se, lo se; está feo hablar de pasta. Pero yo me refiero al RENDIMIENTO de la misma y a la hora de planear un homenaje, considero a Pedro Roca como una de las principales opciones.

Por cierto, también en esta ocasión el día después me habló y muy bien, de la visita a esta casa. Mis sistemas estaban bien a punto; tras ingerir no sólo calidad, sino cantidad superior a lo que ofrecen  casi todos sus competidores. 
Me dejo de paparruchas; todas las cocinas tienen su aquel y no se trata de desmerecer a ninguna, pero este menú,encierra placeres inalcanzables para algunos que lucen un especie de sello alta cocina low cost (por cuatro pleuros menos, como mucho...), o de falsa cocina de mercado, o de platos nitrogenados...

Os presento a uno de los menús que más feliz han hecho a mi estómago y a lo demás. Se me antoja apropiado describirlo como sencillo en su grandeza. Disfrutadlo:

 Ensalada de Nécora:

En mi vida he disfrutado tanto de una nécora . En realidad me cuesta creer que no hiciesen falta, al menos tres, para conseguir esta espléndida ensalada. La tersura de la carne, el sabor, la proporción de vegetal y la sutileza de la vinagreta; definen lo sublime.

Chipirones de anzuelo con níscalos y cebolla caramelizada:
¡Que bién casaba la seta, con el cefalopodo!, ¡que frescura, de porductos!, ¡que rico!!!


Huevo de quica (a baja temperatura) con setas y jamón ibérico. 

Con la suma de un fondo pleno de sabor; no hay nada más que añadir.

Lenguado con navajas y remolacha:

Enormes la navajas. Generoso en su cantidad, pero desacorde con mi gusto. Reconozco que es un platazo, de nuevo elaborado con gran producto. 
Encontré poco (ningún de hecho), Maillard en este plato. Aún gustándome, hecho de menos esos pescados a la plancha, aunque rosados en su interior, con ese caramelizado en su exterior y una salsa a base de un majado de azafrán, migas...Sencillamente disfrutaría más de las navajas a la plancha, cuestión de gustos.

Rollo de bonito con habas:


Todo lo que me faltó en el plato anterior y un poco más -infinitamente más- lo encontré en este. Para mi, que continuo sumido en la ignorancia; esta preparación es del todo inédita. Suave y ligero, casi como una musse y sabroso  hasta la extenuación. Un plato de reconforto para cualquier paladar.

Mollejas con foie y setas:

¿Que decir? del pato que más me alucinó de todo el menú??? Mirad el punto de caramelo del fondo y si no babeáis, es por que la foto no le hace justicia... Está de moda "texturizar" los fondos; aquí COCINAN y se dejan de hostias.

Gazpacho de fresas con nata:

Fresco y ligero; lo cual a esas alturas era simplemente necesario.

Tarta caramelizada de filloas y souflé de castañas (o algo así):

Sin un postre que me haga cerrar los ojos; no hay menú perfecto y cada vez hay menos sitios donde esto sucede. Este no es el caso. Por fin una gran postre; algo diferente al sorbete de nosequé con sopa de nosecuanto.

No han faltado snacks y pettit fours de CALIDAD. Así que, en plan espléndido,  hasta voy añadir la ubicación de este majestuoso restaurante, para que nadie se pierda por el camino.