viernes, 8 de octubre de 2010

Casa- hotel rural EL TRECHAL (Fuentes, Asturias)

No suelo hacer posts sobre lugares de alojamiento, por que por lo normal, no me alojo en sitios que merece la pena el esfuerzo.


En el caso de El Trechal me veo moralmente obligado a mostraros lo que es un sitio con múltiples encantos, aderezado con gran dosis de cariño y amabilidad. A unos 5 minutos de Arriondas tenéis esta preciosa casa en la que alojaros; con un trato totalmente familiar, en un ambiente RURAL, rodeado de bosque y a escasos metros del río.


La casa, la regenta un matrimonio, que no hacen si no regar la estancia de disposición y amabilidad.

Parte del espectáculo, además de un edificio confortable y de acabados perfectos, es el momento de despertar; abrir una ventana y oír el sonido del rió acariciando tus orejas.
Habitaciones amplias, colchones deluxe, pulcritud extrema, decoración cuidada tanto en las zonas privadas como en las comunes...



En la época en la que me alojé la tarifa de 40 euros (con I.V.A.) incluía desayuno. No me suele llamar demasiado esto del desayuno incluido; pero tras haberme metido entre pecho y espalda los tremendos manjares CASEROS que me prepararon, me inclino por pensar que casi pierden pasta.



Esa es la otra parte del espectáculo; el bajar al salón y que Julia y cia te den los buenos días y te inviten a tomar asiento en una mesa que te aguarda bien vestida. Me podéis creer que el menú merecía tirar de cámara, pero me abandoné al disfrute.

Tres mermeladas caseras de pera, manzana y ciruela en unos preciosos cuencos, con mantequilla y aceite de oliva aguardan en la mesa y para degustar todo esto, llegó una cesta con unos brioches y un par de tostadas de buen pan recién hechas.
No me olvido de un zumo de naranja recién exprimido, con el que se inauguró el desayuno.
Una buena taza de un café sólo, es el mejor final posible, o eso creí yo; por que cuando llegaron un par de creps recién hechos rellenos de nata /chocolate y crema de manzana respectivamente... Calentitos oye; tras deslizar los cubiertos por el primero para probarlos (por eso de no hacer el feo) acabé por devorar ambos.

Desde la cocina se escuchó un "¿te apetece algo más?"; en ese momento un revolver habría sido suficiente para morir feliz. Yo me conformé con contestar un "no, muchas gracias".

Tenemos los gallegos fama de "enchedoiros" (pozos sin fondo), en mi caso justificada; pero las veladas gastronómicas en Asturias, dejan a uno satisfecho por encima de sus posibilidades. Ni por orgullo podría haber metido ni medio bocado más, en todas y cada una de las comidas que disfruté.

Así que nos os lo penséis; dejo enlace del sitio web del local para que cuando os acerquéis por los alrededores, disfrutéis del rural, de la naturaleza, para pasear, para discurrir por carreteras en las que os adentraréis en la montaña.... Hasta conducir, os resultará una actividad apacible.
Y ya sabéis; os ahorraréis el desayuno y la comida, pues seguro que no os hará falta probar bocado hasta la cena.

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