Restaurante ubicado dentro del contorno de la conocida muralla lucence; el Paprika, es un negocio de restauración, con corte o tendencia contemporánea. Aprovechando que el terreno en el que se mueve es similar, advierto que me dejaré llevar por el factor comparación con su "rival" el España, pues estando a unos minutos de distancia, giran entorno a un concepto bastante próximo.
Los idealistas opinan que nunca se pueden dar estas comparaciones y yo, sin estar completamente en desacuerdo, opino que a veces se deben poner en manifiesto.
Los idealistas opinan que nunca se pueden dar estas comparaciones y yo, sin estar completamente en desacuerdo, opino que a veces se deben poner en manifiesto.
Como ya he escrito, el restaurante se encuentra en el interior de las murallas en una callejuela tranquila; con una fachada de corte moderno, posee un recibidor a su entrada con una pequeña barra que sugiere funcionalidad. Me refiero que aunque no sea el principal leitmotiv del local, puede hacer las veces de vinoteca. En el interior predomina el blanco crudo, contrastado con grises opacos y pizarra; posee un comedor mediano y terraza en temporada. Esta, se ubica en lo que sería el patio trasero, goza de cierta amplitud y se separa del comedor lo justo para que ambas estancias se espíen mutuamente. Cristal y menaje de calidad.
Predomina un tono desenfadado tanto en esto, como en el trato al cliente. En mi caso, lo prefiero y me suele agradar más que el clasicismo de otros lares. Aunque siendo objetivo, creo que en sala, sale perdiendo con el España (avisé que se iban a dar comparaciones).
En el Paprika manda un señor de mi quinta, poco más de 30 años en el planeta tierra, que tras haber hecho las Américas y haber trabajado con algún "grande" (obsérvense comillas) como Arola, dirige una cocina joven, compuesta por un equipo de unos cinco miembros.
La ocasión en la que cené en este local, la ocupación era de unas cuatro mesas; pero se percibía una sincronización entre cocina y sala óptima. Debo aclarar que la proporción de cocineros-comensales no suele otorgar a los últimos tan alto número de profesionales trabajando para ellos. Esto, queridos lectores hay que pagarlo; por eso, si leéis los precios tenéis que tener presentes estos factores. Desde un ventanal rectangular se aprecia parte de la actividad de la cocina y un servidor no pudo resistir la tentación de encarar el trabajo de los muchachos/as que cocinaban para él. Resumiré mis impresiones al respecto; si yo fuese cocinero, este y no otro, sería el formato de trabajo en el que me gustaría desarrollar mi actividad profesional. Se que esto importa a poca gente; pero es un hecho que me gusta señalar. El gesto y la cordialidad que se respira en el ambiente de trabajo, normalmente favorece el resultado.
"Chapadas" aparte; resumo cartas y platos:
La carta de vinos me sugiere solidez con diversas D. O. (90% Spanish) con una mano en la rama moderna, sin soltar la otra de algún que otro clásico. Precios contenidos. No os esperéis nada apabullante; pero contentará a la mayoría de los aficionados. Al igual que la mayoría, tiene alguna referencia fuera de carta. Diría que calidad precio la carta del Paprika es bueba.
La carta de comida, ofrece un número de entrantes lógico y variado al igual que los principales y en tanto a la comparativa de precios, tanto entrantes como principales y postres suben unos 3,50 euros cada uno al respecto de su "rival". A tener en cuenta es que aparte de la carta habitual, suelen trabajar jornadas, que en esta ocasión protagonizaban la cocina mediterranea y los arroces. Me quedé con ganas de probarlos; pues seguramente la experiencia de Álvaro en la restauración mediterránea daría mucho de sí.
Mi clásica y carnal elección resultó en el Dominio de Atauta para acompañar un foie y un solomillo de vaca. En cuanto a este vino del que ya he hablado diré que me reafirmo en que aunque posee muchos factores para serlo, no es mi vino, de hecho, no volveré a pagar por beberlo. Es más, para degustarlo apropiadamente, recomiendo una buena oxigenación.
Comenzamos la pitanza con una crema tipo brandada con gelatina de tomate (estilo Bulli) aceite con oliva negra albahaca y anchoas. Fino y elegante pleno de sabor; me sorprendió gratamente.
Como entrante elegí un foie a la plancha sobre tosta con pasas y fruta. Buen pedazo de buen foie que podría estar combinado más a mi agrado con pera, ciruelas o algo por el estilo; muy bueno no obstante.
A continuación el estupendo solomillo de vaca en el punto que había pedido, acompañado de unas buenas colmenillas y tocino entrefebado. El acompañamiento daba para un potente arroz; pero hubiese preferido que las colmenillas se acompañasen de un os piquillos; un pimiento al horno, tomate seco... por que tanta carne con carne se me hace demasiado incluso a mi. Perfecta ejecución y más donde elegir de todos modos; muy buen producto, me gustó.
Rematamos con uno de los 5 mejores postres que tomé en mi vida; al llevar la segunda cucharada a mi boca no pude más que preguntarme de donde había salido esto. El postre en si era una versión de la tarta de Santiago, pero notablemente superior a la de ilustres como Solla.
La suavidad y combinación de texturas es monstruosa; que si un sorbete de mandarina , que si unas bolitas con recuerdos de aguardiente (caviar de aguardiente diría yo), la finura de la musse de leche de almendra, la capa crujiente...
Vamos, que se me creerá si digo que me gustó.Tras la cena tuve una agradable charla con Alvaro Villasante (chef) y cuando le pregunté sobre el postre ; reaccionó resoplando y diciendo "es muy laborioso". Creo recordar que lo aprendió en un curso impartido por algún importante repostero. pero el vino nubla mi recuerdo.
Tienen en carta otro postre en carta llamado isla del tesoro, que recuerda a las creaciones de Albert Adriá y que probaré en alguna ocasión venidera.Por cierto se me olvidaba la comparación odiosa; los postres son sustancialmente más caros que en el España; puede que superiores; pero quizás una opción más económica, no vendría mal. Sucede algo parecido con los vinos de sobremesa. Además no recuerdo pettit fours.
Acompañé de un Tokaji de 3 PTT. Puede que los húngaros sean mis vinos dulces favoritos.
Con esto, un par de expressos y un gin tonic de Hendrik's Fever; Paprika hasta la próxima.A Pagar:
Foie 17
Solomillo 21Pan 0,80
Tarta Santiago 7,00
TOKAJI 3PTT 9,00
Dominio de Atauta 32
Cafe + inv. 1,20
Hendrik's - Fever 10,00
TOTAL: 96,80
Como ya comenté por "esos blogs del mundo", me gustó mucho el Paprica. Coincido contigo en ese punto de informalidad y en que me convenció en este contexto. Yo no puedo compararlo con el España -que aún no he visitado- pero leo tu experiencia y reafirma mi opinión positiva.
ResponderEliminarPor cierto, no dejes de probar esa Isla del Tesoro en otra oportunidad. Soberbia.
Y sobre los Atauta tuve la mala suerte de probar lo máximo y lo mínimo y en ambos casos me decepcionaron. Quiero decir "mala suerte" porque según compañeros de cata que habían probado Llanos del Almendro y Valdegatiles ahí sí valían en la copa los euros que habías dejado en la caja. No sé...
Jorge, la próxima vez que viaje a Lugo ciudad, gastrointencionadamente, sin duda iré parar a este local.
ResponderEliminarEn cuanto al Dominio de Atauta; a día de hoy se que no es totalmente culpa mía el hecho de que no me guste. De hecho me he enterado de que es una estafa, está elaborado con uva de dudosa procedencia. De los errores también se aprende y de los que rondan 40 leuros, se aprende más dolorosamente.
El caso es que se ha colado en una gran parte de las cartas de los restaurantes de este tipo.
Como dirían por ahí; la industria es imparable...
Nos leemos señor.