domingo, 1 de mayo de 2011

Repitiendo en El Mercadito "por partida doble" (Santiago de Compostela)

En una entrevista al director Bigas Luna, oí afirmar al mismo que cuando algo le gustaba sobremanera; prefería tener ese "algo", repetido. Pués está clara la analogía; El Mercadito es uno de mis restaurantes favoritos y de los pocos en los que prefiero disfrutar de una comida antes que de una cena (ni idea de por qué); pero en esta ocasión disfruté de dos veladas en el local del chef Gonzalo Rei.
La cosa es fácil de explicar; mientras disfrutaba el menú gourmet del que disponían ese día, me encantó volver a vivir el que considero como uno de los mejores servicios de platos y sobre todo del vino.
Diego (somelier), es un apasionado profesional que inevitablemente logra transmitir dicha pasión al comensal y no anima sino a dejarse en sus manos para que un menú degustación de lo más variopinto, pueda accederse en maridaje con tan sólo una botella.

El menú, que a continuación describiré con suma brevedad -lo prometo-; lo disfruté con un vino que me direon a conocer en Casa de Comestibles. Aprovecho para agradecerles que hayan puesto en mis manos tal hallazgo; pues tres de mis mejores comidas se acompañaron de este vino tan evolutivo y lleno de matices.

En fin y a lo que iba; si quien sirve el vino, conoce este tan a la perfección como los platos del menú, puede lograr de una comida; una montaña rusa en el levitar de los sentidos, de lo más provechosa. Creo que en eso se diferencian los profesionales; de los profesionales excepcionales y cuando se acude a un restaurante; se come, claro está que de un modo metafórico, TODO el restaurante.
Por que estaréis de acuerdo que la misma comida en medio de un vertedero o en una nave industrial abandonada, no sienta igual de bien.
Muchos tambien estaréis de acuerdo que teniendo a Bustamente, a King africa, o lo que es peor, a Shakira, de fondo musical; la vianda tampoco se digiere igual de bien.
Pues del mismo modo el camarero malahostia, por bien que haga el resto, o el que te saca el plato de delante con ese pedacito de lo que sea que aún podrías acompañar de ese nada de guarnición que meticulosamente has reservado, o el que  te mira como si estuvieses bajando de un platillo volante en el momento en que te dispones a disfrutar de una agradable y apacible cena en soledad. O, el que cuando preguntas ciertas características de un vino te responde "pssse, si lo tenemos en carta digo yo que estará bueno". O, el que parece tener como acometido principal, lograr que comas en menos de una hora, O, O, O, O, O, O....
Estar oyendo como el chef, baja a todos los santos del cielo y abronca a sus compañeros a grito pelado, tampoco mola...  ...a ver si va a parecer que tengo algo en contra de los camareros (porque NO). 

Como ya habré convencido a más de uno y otros ya estarían más que convencidos de que el restaurante se come TODO, con cabeza y espinas... hablaré de lo que allí se comió:


Como aeperitivo un estupendo steack tartare de ternera que, siendo de los que se condimentaron, más de lo que en principio me gusta; me agradó al 100%
La ensalada de tomate marinado relleno de brandada, sobre fondo de menta nunca defrauda; aunque en esta ocasión hayan prescindido de la aceituna negra.

El pulpo con parmentier de ajada estaba perfecto de punto y se maridó con una copa del Hipperia expresamente oxigenado para que el plato tuviese algo que hacer frente a su todavía desbocada -aunque agradable, en mi opinión-  potencia.
El huevo a baja temperatura, con su mojo, su cremita y sus lascas de bacalao se coronaba con un finísimo -tan fino como la cocina del maestro- chip de ajo; que en su conjunto, rayó a alturas celestiales. Con el pescado, lo que más me gustó del menú.
Dicho pescado fue una merluza confitada con jugo de pomelo, percebes y crema de codium. Sutileza, punto y gran combinación de ingredientes. Perfecta, pese a tratarse de  TAN MANIDA merluza.
Gallina en pepitoria con alcachofas fritas . Muy buen punto, algo excesiva la salsa; pero se agradece probar algo distinto dentro de estas degusdaciones.
Esta quenelle de chocolate abraza el mundo salado y el dulce. Deliciosamente potente.
Finísimo hojaldre con crema de vainilla. No tiene rival el hojaldre este. (SIN FOTO)

Lo creais o no, no reucuerdo de que se componía este postre. Digamos que en sobre una crema X nos encontramos un helado y una especie de torrija caliente.
Si recuerdo que me gustó.
Con un par de cafés y el oporto blanco con el que acompañé los postres, me despedí de mi mesa, hasta la noche. Me espera un arroz con foie, un entrante todavía por escoger y un postre. Diego tendrá carta blanca para los maridajes; o sea que ya me tardaba hacer la digestión.

                                                              -----------------------------

En esta ocasión -ya de noche- el aperitivo consistió en unos mejillones escabechados con aguacate. Dificilísimo maridaje; que vino a cargo de un godello. Esto de catar los vinos a ciegas es la leche -y para alguien tan limitado como yo, ni os cuento-; llegué a pensar en algún vino de Rueda; pese a que en nariz sí me recordaba al godello.
Como entrante pedí media ración de huevo a baja temperatura con pisto. Me encanta esta preparación, la verdad que Gonzalo la borda. Se acompañó de un semicrianza de Emilio Moro; Finca Resalso.
A modo de sorpresa, llegó a mi mesa un foie con fresas asadas. Se maridó con un sorprendente cocktail de ron y amaretto.
El cocktail, dejaba un gusto a madera en boca que ayudaba a juntar y a equilibrar los sabores de los ingredientes.  Me pedía en plato tanto para las fresas como para el foie, un buen golpe de pimienta recien molida.
Por ultimo el arroz cremoso de boletus con foie, mostró el saboir faire del cocinero para los arroces.
Se maridó acertadamente con un oporto blanco.

Para este postre me sirvieron un Juve & Camps rosado. Fresco, sin complicaciones.
En fin, un restaurante para volver y volver a disfrutar.
He comentado este restaurante en varias entradas e incluso una se ha quedado por voluntad propia en el tintero -ni mucho menos por mala-; digo esto por que llegado este punto es muy posible que deje de postear mis visitas al mismo, no siendo que encuentre alguna novedad o noticia de interés.
Por último os dejo un enlace a un blog que acabo de conocer, "APRENDIZ DE CHEF"; así podéis contrastar...

Sucedió esto hace unos tres meses, disculpadme por las deficientes fotos y mi escasa memoria.

8 comentarios:

  1. Sin acritud, podrías corregir "probechosa", chirria.

    ResponderEliminar
  2. Buen restaurante. En mi visita me gustaron mucho los postres.

    ResponderEliminar
  3. Jejeje, vale Antonio; eso me pasa por ir de sobrado y pasar del corrector ortógráfico...

    ResponderEliminar
  4. Toni, es curioso pero fue la segunda entrada que leí en "LOS DILETANTES", os conocí de casualidad buscando reseñas de Solla. ¡Ahhh, la nostalgia! jejeje...

    También he leído la Jorge Díez, donde ha destacado el labor de Diego en sala(con esas descripciones de los platos no podía ser otro); de todos modos ambos habéis tenido experiencias en circunstancias atípicas, si las comparamos con las mías en este local.

    En cuanto a los postres; has tomado los clásicos de El Mercadito que más me flipan y los que más he repetido; aunque ahora han renovado mucho el repertorio en ese apartado concreto.

    ResponderEliminar
  5. Seguro que mi experiencia allí fue atípica, como ya conté. Eso no quita para que me parezca un buen sitio y esté marcado en mi agenda para la próxima visita a Santiago. Me alegra saber que siguen en forma.

    ResponderEliminar
  6. Jorge, eso es precisamente lo que había captado de tu narración(lo de que te haya parecido un buen sitio),y sí están en forma, aunque ese día eché en falta apartados que antes contenía la carta, como el de los marinados...
    Puede que fuese casualidad, pero de todos modos, me parece de esos lugares en los que resulta más conveniente el menú degustación.
    Además, si te gustan los arroces, este es el sitio. Recuerdo uno de kokotxas de bacalao, de escándalo!!!

    ResponderEliminar
  7. Jolines Danind. Comida y cena es ya para nota. Solo te falta pernocta y desayuno continental. Que será lo próximo, Daninland? Que el chef Rei te traiga leche con galletas y te cante una nana?

    Me ha gustado esa expresión de comerse todo el restaurante. De hecho el Follonero ha intentado comerse a varias empleadas pero nunca entran en el menú... malditoz roedorez! Además, Danind, mi Follonera nunca lo hubiera permitido.

    Por cierto que a ella le encantan tus crónicas masturbatorias. Dice que se parecen a los anuncios de compresas, son finas, seguras, no traspasan...a que huelen las nubes, Danin?

    Atentamente. El Follonero.

    ResponderEliminar
  8. Follonero; para un viajero nocturno como yo, las nubes huelen a maldición, a piedras en el camino, a miedo... es mala compañera la niebla en la carretera.

    Te puedo decir a lo que huelen mis crónicas, o a lo que a mi me parece que huelen:

    Tienen olor al típico menú degustación largo pero ligero, olor al azote de los que cada vez de un modo más manifiesto, se tornan mediocres ante las experiencias en los restaurantes y su consecuente narración... están alcanzando curación (maduración) y se adoban con tal frescor que ni yo, que continuo bastante avergonzado por las mismas, me resisto a hacerlas públicas.

    Y tu Follonero, eres el lector agudo que todo escritor de blogs necesita; el ojo crítico en el cielo, observando y midiendo. Lanzas azotes o caricias (aunque estas últimas te cuesten más) y yo l@s recibo con la mayor de las templanzas.

    ¿Que más quires Follonero?, ¿acaso crees que existe una simbiosis más perfecta?.

    Continuo en los inicios; este blog que todavía no ha alcanzado la pubertad, pero prepárate, por que el número de lectores comenzará a caer en picado con el paso del tiempo . Pero aguardo que la calidad de los mismos se mantenga e incluso mejore...

    ¿Te has dado cuenta, tú que no sólo sigues este foro, de la autocomplacencia y el tedio en el que estamos cayendo los gastrofrikis? Cada vez menos comentarios, más indiferencia, peor economía, peor disposición, peor aceptación...

    Pero servidor ya era un "maldito" antes de publicar estas chorradas en la red y lo seguirá siendo. Toca afeitarse la lengua, pero no toca cesar en el empeño del disfrute de la gastronomía, ni por supuesto en disfrutar de la narración de gastroexperiencias, tanto por parte del narrador, como del lector...

    Es el momento Follonero, cada vez conozco más mis limitaciones y si salud y parné acompañan, creceré dentro de mi humilde contexto.
    Espero que tu y mis amados lectores, tengais de igual modo buen provecho de mi poco significante labor.

    Ya ves Follonero, mi abuela vive, pero le viene siendo hora de descansar y si hay que repartir flores, está bien que unas pocas sean para mi.
    Así que a ti, a tu follonera y a tod@s l@s lectores; buen provecho.

    P.D.: Es esta la crónica que te debía y que había anticipado hace unos cuantos post, ojalá que te haya puesto los dientes pelín largos y te animes a revisitar El Mercadito.

    ResponderEliminar