sábado, 18 de febrero de 2012

Pichones con Arroz Meloso; otra receta plagiada con -relativo- éxito.

Meses atrás me hice con unos pichoncitos, que limpié y bridé concienzudamente. Guardé un par en el congelador, por el miedo a que, en un primer intento; la cosa no marchase del todo bien.


Menos mal que me conozco bien; el primero lo cociné con foie cerezas y fondazo, tras previa marinada. El segundo lo guisé en salsa, en plan tradicional y los últimos los cociné días atrás, acompañados de un arroz, emulando a uno de esos cocineros de la tele, que cacé en un canal autonómico.
Sin llegar a ser el sumun del deleite gourmet; los bichos quedaron ricos; así que dejo testimonio en forma de imágenes:

No daré cantidades ni comentaré todos los pasos. La cocina es riesgo señores/as; así que menos remilgos y más olla.

INGREDIENTES:


-De todos cuantos observáis en la foto, seguramente os costará identificar un dosis de caldo de pollo que descansa en un recipiente tipo flanera y un pequeño tarro con una salsa a base de caldo de pollo super reducido, con un toque de miel (de mi última receta publicada).  A excepción del arroz y del plato de la derecha -al que habría que añadir un cuarto de cebolla y unos champiñónes-; todos los ingredientes; servirían para fabricarme un fondo con las carcasas de los pichones, además de sus corazones e hígados, unas gotas de brandy y media nuez de mantequilla.


Como tenía los pajaritos bridados; los asé enteritos y luego los trinché. Para dicho asado utilicé una cuchara de mantequilla y un chorro de AOVE, además de sal, pimienta y unos dientes de ajo aplastados.
Los muslos y alitas, se confitaron en aceite y las pechugas las introduje al horno el tiempo necesario para que el calor penetrase en las mismas justo en el momento de acabar el arroz.








Lo importante de esta receta, de cara a que el sabor inunde todos los elementos, es disponer de un buen caldo.  Lo aprovecharemos en dos formas; como caldo para mojar el arroz y como jugo, para napar nuestros comestibles.

Una vez colado; usaremos tres cuartas partes del mismo para el arroz y reduciremos el resto a fuego lento, para salsear. Previamente hay que tostar, levantar tostados, remover, clarificar, desgrasar, ligar, blasfemar, cambiar el fondo musical, abrir una botellita de vino, llamar a alguien con hambre para que vaya poniendo la mesa... Un lío, pero sirve para evadirse de los quehaceres diarios y al final -con suerte- se come.



Buen provecho.

11 comentarios:

  1. A mi lo que mas guerra me da de estos arroces con bichos de pieles tan grasas es precisamente eso, que luego el arroz no quede muy graso, me parece lo mas delicado y laborioso
    Que cosa mas maravillosa, un buen, sabroso y contundente arroz, cada dia me gustan mas, desde uno improvisado en poco mas de media hora a uno súper currado, bendito arroz, básico e imprescindible en la alimentación de mi familia

    ResponderEliminar
  2. Mira que no soy mucho de pichones, pero me ha entrado hambre, por cierto me ha gustado la etiqueta d los vnos jejeje

    ResponderEliminar
  3. Hola Ankabri; tampoco era para hacerles publicidad...

    ResponderEliminar
  4. Lolo; es que esto te lo puedes tomar como una excepción. No me gusta hacer el fondo y el plato prácticamente a la vez. Lo ideal es empezar el plato con el fondo ya listo.

    De todos modos, aunque el plato se me viene grande, parece más grasiento de lo que realmente era. Es cosa de la luz.

    No quiero ser brasas, pero se te echa de menos.

    P.D: Recién llegado de Mallorca :-) :-) :-)

    ResponderEliminar
  5. Se ue es cosa de la luz y flash y tal
    Yo siempre estoy una hora co papel absorbe ente antes e sacar la foto jeje

    Gracias por tus palabras, dan animo...

    Cuenta cuenta, Mandame un Mail, cuenta por aquí, pero dime algo por diossssssssssssss

    ResponderEliminar
  6. Lolo, supongo que como mínimo, podré dedicarte un post privado.


    Gracias a ti.

    ResponderEliminar
  7. Una de las cosas que aprecio, kerido Danind, es que tus recetas han mejorado considerablemente.

    Pichones con arroz meloso. Una receta con la que suelo agasajar a mi follonera en nuestras noches de amor: k pichón, follonero! exclama ella embriagada; y luego se echa a dormir. Mardita sea!

    Pero si he de ser sincero no puedo dejar de apuntar una pekeña krítica. Esa capilla de grasa, Daninland, no la saca ni los habitantes de Villaabajo con su Fairy ultraconcentrado. Y no le eches la bronca a la luz, hombre, k no te ha hecho nada. Si hasta los futbolistas ponen mejores excusas: k si el cesped estaba mojado, k si el árbitro nos tiene manía, k si la abuela fuma...

    Atentamente. El Follonero

    ResponderEliminar
  8. Follonero, ¡Follonero!!! bienhallados sean tus superespeciados comentarios. Este blog pedía sazonamiento con carácter urgente.

    Estarás de acuerdo,por otra parte, que estás errado en tus declarcones.Mis rectas no han mejorado NADA; puede que sí lo hayan hecho algunos platos.

    ResponderEliminar
  9. Reitero, que pese a no estar debidamente desgrasado -meaculpa-, la lámpara de mi salón, incrementó el efecto brillo.

    ResponderEliminar
  10. A las pruebas me remito, por ahí verás platos como un foie con un efecto brillo exageradísimo y, que yo sepa, desgrasar un foie sería un despropósito del copón de la baraja.

    Continúa viajando hacia atrás. Toavía te queda tarea...

    Perdona la ortografía, pero viajo en una furgoneta pilotada por un zumbao (escuchando Barón Rojo todo trapo).

    Recibe un reverente saludo.

    ResponderEliminar
  11. Tengo preparada una manita de plato que no son susceptibles de que los critique ni el mismísimo Robuchón.

    Ciao ciao...

    ResponderEliminar