lunes, 18 de agosto de 2014

Culler de Pau, ¡GRANDE!

Un domingo cualquiera deja de serlo, si se celebra su desenlace en Culler de Pau. Este restaurante se ubica en el paraiso mismo, también conocido como Reboredo y no hay más que dejarse caer por allí para que, tras un grato recibimiento, uno pueda sentarse a disfrutar del funcionamiento de un equipo excepcional que, dirigido por el maestro Olleros, logra las delicias del más exigente comensal. 

A día de hoy la propuesta es muy seria, incluso en cuanto al desembolso económico que supone y, más que nunca, merece la pena. Culler de Pau es ese restaurante actual que funciona a pleno rendimiento con una numerosa brigada de cocina y un equipo de sala a la altura. Si bien ya he dejado claro en ocasiones precedentes, la importancia de que este hecho suceda como un gozoso equilibrio, poder contaros una experiencia en la que la figura de un sumiller haya multiplicado la experiencia y ayudado a que los platos se aupen a la altura de sus acompañamientos líquidos. 

Por que, reitero que si algo tengo claro, es que lo jodido es comer tan tan bien que los platos sencillamente estén a la altura de las maravillas que salen de ciertas bodegas. Pues en el mundo al revés que tengo en mi cabeza, es precisamente el sumiller -o un tabernero comodiosmanda-, el que logra que las viandas se disfruten más. 
Lo bueno, si nuevo, dos veces bueno, decía el empalagoso-aunque a veces acertado- Julián Ruiz. En Culler de Pau he visto que la sala se expresaba en un lenguaje diferente, más actual, sin corsés-o con otros más sexys-... y me ha parecido atisbar la punta del iceberg en cuanto a la diferenciación.

No quiero convertir esto en un texto sobre la importancia del servicio; por mi parte tengo la conciencia tranquila, ya que desde siempre me ha parecido primordial, pero las -cada vez menos- veces en las que algo me sorprende y llego a comentarlo con algún maestro de sala, me ayuda escuchar de nuevo esa acertada  simplificación que se hace con los galardones de la Miguelín: 1ª estrella, la cocina, 2ª estrella, fusión de cocina y servicio, 3ª estrella, el servicio. 
Podría ampliar esta temática a tamaño novela -otros con menos culpa ya lo han hecho- pero dejaré los posibles errores de actitud del comensal y me adentraré de nuevo en mi última experiencia Culleril.

A esta altura de la película, los lectores fieles ya sabéis como me gusta que sucedan las cosas cuando me siento en un restaurante; ambiente relajado, iluminación adecuada... si además de esto, mientras acaricio el mantel veo como se apaga lentamente la ría de Arousa, ojeo una atractiva carta de vinos y veo desde mi clase de yoga en el comedor, un conflicto bélico en la cocina; eso ya es la repera y tengo que contarlo. ¡Si por mucho tiempo que pierda, por mucha pereza que me de y por lo nada rentable que me resulte, pero tengo que contarlo por que sencillamente no soy tan jodidamente egoísta como para no animar a los 4 pelagatos que os pasáis por aquí a que os dejéis caer por el Culler de Pau!

Paro de daros la lata de una vez  y os dejo en compañía de las fotos que explican un poco más de esta  GRAN experiencia. Veréis que como GRANDE, ha sido a la carta. Ojito, que repito que la propuesta es seria y aquí el pirao que escribe, trata de estar a la altura, aunque no siempre lo consiga...
Los percebes y las sabrosas olivas, Eidos de Iria, van a cuenta de la casa.
Platos con mucho curro, sabor, meticulosamente acabados y presentados. Deslizar el filo del cuchillo entre la carne de la vieira y llevarlo a la boca, uffff... ...en fin. 
Pularda, raza autóctona, diferentes cocciones, guarnición impecable, fondo suculento y un poco de maíz baby con un hostiazo de mantequilla muuuuy porno. Chapeau!
Helado, de remolacha, granizado de hierba luisa, sopa de frutos rojos... Flipante, aunque prefiero la versión anterior de este postre.
Premio para el Borgoña blanco y el tinto de Rías Baixas con el que acompañé los platos, aunque me quedo con que rematé esta velada por todo lo alto, con un Cognac de quitar el hipo. Culler de Pau me tiene ganado por su cálido acogimiento, por ese bello telón de fondo protagonizado por un azul eléctrico, salpicado de cálidos destellos anaranjados, por que el enorme trabajo de su personal se traduce en viandas celestiales y por que el trato que uno recibe invita a volver. En fin, que GRANDE, muy GRANDE.  

9 comentarios:

  1. Muy fan de este restaurante. He ido dos veces este verano y ¿puedes creer que no probé ninguno de estos platos?

    Yo me decanté por el menú gastronómico una vez y el degustación la otra. Tendré que volver a la carta :-)

    Todos los vinos me han encantado, los tengo todos anotados. Me encanta el ambiente y lo a gusto que se siente uno allí ...ya no hablo de las viandas que son una experiencia inolvidable.

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  2. De lo mejor que conozco y tan confortable... He ido hace poco y en breve creo que repetiré, no me cansa. Ya sé que podía, como dice el anfitrión, ahorrarme estas palabras que sólo son reiterativas pero me apetece decirlo y eso basta, como basta que me apetezca ir a Culler de Pau cada vez que ando cerca.

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  3. Loly, hay que admitir que fans no le faltan. Yo escribo para que esos diablillos que habitan a quienes les flipa este mundillo, agiten sus horquillas y nos abandonemos tod@s al placer. ¡Culler de Pau mola!

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  4. Otro que no conozco. :-(

    Por cierto Danin, con ese homenaje vinícola no conducirías tú ¿no?. ;-)

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  5. Toni, deberías.

    Esa noche le dejé conducir a María (la del blog, ya sabes), pero sólo unos metros; aunque debo admitir que más por el cansancio consecuencia del trabajo del fin de semana, que por el alcohol en si...

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  6. Este local vai camiño de converterse no RESTAURANTE no que todos agardamos que se converta: pasiño a pasiño faise o camiño... Por certo, Daninland, tés constancia dalguna novidade salientable no Universo CdC digna de seres publicada?

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  7. GP, a entrada chego tade, pero chegou (agosto complicado)... No tocante a CDC, o seu facebook desvela todo, están comezando una nova aventura en Ferrol cun bar tope sinxelo.

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  8. Vaya Danind, que buenas noticias de un golpe.Regresa Jordá, regresa Daninland, regreso al futuro..hay no que me lío.

    Pero ando algo cabreado, estimado Land. Deberías haber comunicado tu regreso de forma oficial. Hubiera agradecido un correo certificado, un burofax o una publicación en el BOE. Después del marca y el as, es mi periódico favorito. Y claro; ahora me encuentro con varias entradas y se me acumulan deberes como a un mal estudiante.

    Pero pelillos a la mar, amigo. Como dice la parábola del hijo pródigo " traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta”.

    Y también emocionado con el regreso del maestro, al que cada vez valora menos gente. Malditos bastardos ignorantes. Habrá que darse una vuelta por la ciudad del caudillo cuando inaugure el local. Y, de paso, visitar o Camiño do inglés. Otro deber pendiente y del que me hablan muy bien.

    En cuanto a la crónica me alegro que Culler de Pau siga progresando. Un sitio que me dejó algo frío en mi única visita, hace más de dos años. Pero todos mis emisarios concuerdan con la mejoría del restaurante así que lo anoto como otro deber pendiente. Ves lo que pasa por ausentarte tanto tiempo, Danin? Tengo más deberes que un niño de primaria.

    Bueno, te dejo por ahora aunque insertaré comentarios en tus posts anteriores. No creas que vas a librarte de mis dardos punzantes. Los tengo guardados como oro en paño para cuando haya ocasión.

    Atentamente. El Follonero.

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  9. Bienvenido de nuevo Follonero; antes de nada pedirte disculpas por no haber anunciado mi regreso como narrador de solitarias bacanales gastronómicas. Eso si; exijo lo mismo en cuanto a que no me hayas seguido en mi mejorada versión bloguera. ¿No será que las dotes detectivescas de las que hacías gala en el pasado, se han esfumado en un pozo de melancólico vacío "DANINLANDesco"?

    Por cierto, aunque la temporada toque a su fin, dicha versión sigue activa y ávida de comentarios.

    Entre tanto, pocas novedades; la mayoría de las cartas de vinos son ahora grandes tesoros del pasado venidos a menos, salvo honrosas excepciones de algún que otro acertado asesoramiento -otros como el caso del Paprica, prefiero no comentarlos...-, los restauradores se ven obligados a variar su oferta -rara vez a mejor-, grandes -o por lo menos buenas- casas se han ido ya al garete, la economía de mi maltrecho bolsillo dificulta viajes más allá de la capital gallega... ¡pero habemus crónicas; muchas más de las que el tiempo me permite compartir!: Recuerdo una comida en el Alborada con un glorioso menú a cargo de Iván Dominguez, maridado pecaminosamente con un Aniversario de Coto de Gomariz entre otros..., escapadas a grandes bodegas, inmersiones en clásicos locales como Modesto y su sorprendente carta de vinos, el impepinable Marcial, Medulio y su local de ensueño e incluso, ¡si, espontáneas comidas en O Camiño do Inglés!. Curioso que lo menciones, estaré atento a tus comentarios sobre su propuesta -ya estás tardando en probarla-.

    Aplícate en tus deberes; ambos hemos de ponernos al día.

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