Un martes del pasado mes, me planté en la puerta de este gran restaurante. Su ubicación en la calle Novoa Santos, cerca del Fórum Metropolitano, no nos dice demasiado del mismo aparte de que carece de vistas al exterior. Mejor no os dejéis llevar por una falsa impresión; una vez dentro lo que se ve es más que suficiente.
En la fachada, predominan los mismos tonos oscuros, que también nos aguardan en el interior. Nada más entrar tenemos un estupendo hall-recibidor con una barra y una ventana que nos permite ver una pequeña parte de la cocina. Abriendo una enorme puerta de cristal pasé directamente al comedor, conducido ya por Serafín, el sumiller. La decoración en la sala es clásica pero con ciertos toques renovadores; resulta totalmente agradable dado el equilibrio de los mismos, pues sin caer en el minimalismo, no se encuentra para nada recargado. Diría que la decoración y la enorme calidad de los acabados logran transmitir la solemnidad propia de un local con mucha historia, dueño de una estrella Michelin desde hace ya unos cuantos años (creo que más que ninguno otro en Galicia) . Espacio entre mesas holgado estando las mismas muy bien vestidas y con menaje de primera. En cuanto la iluminación nos encontramos con el mismo nivel de calidad, pero es un pelín excesiva para mi gusto -reconozco mi total predilección por la oscuridad-.
Aunque todo esto que acabo de escribir, o casi, ya me lo esperaba dada la fama y lo que había leido sobre el establecimiento. Lo que realmente me sorprendió de cabo a rabo de la velada, fue el trato que recibí por parte del servicio, que fue, aparte del rigor de la profesionalidad; toalmente próximo y amable.
Sinendo esta la primera ocasión en la que me dejaba caer por aquí, y dada mi disposición, el Menú Degustación largo era prácticamente obligado. Sobre todo teniendo en cuenta que disponen, aparte de una completa carta, de un menú de mercado en el que exclusivamente servían pescados. A mi me gusta probar un poco de todo, pero una buena carne, es infaltable y en ocasiones elijo esta opción tanto para el primero, como para el segundo.
Con los vinos lo tengo igual de claro, aunque procuro probar cosas nuevas.
Dentro de la apabullante carta de Casa Pardo, pude encontrar varias opciones interesantes, sin demasiado exceso en los precios (grata sorpresa).
A punto de escoger un Mauro o un San Román, me decanté en último instante por un Escena (D.O. Finca Élez), que resultó ser un vino bastante peculiar con un punto de acidez muy juguetón, y con la madera en un plano bastante alejado, predominando aromas florales y frutales (no se bien por que me recordó a La Cueva del Contador). La maduración me pareció correcta y su buena conservación , junto con un adecuado servicio me hicieron disfrutar ampliamente.
No está mal para una primera cata, pero al finalizar la comida me percaté al interesarme por la añada, de que no venía reflejada en sitio alguno; lo cual me pareció bastante desconcertante.
Otro detalle que no me agradó fue el que le colocasen a la botella el antigoteo. Reconozco que es manía pero resta profesionalidad y no me gusta como cae el vino. En fin, soy así...
Vamos ahora con el menú.-
A modo de aperitivo me sirvieron una pizarra que contenía lo siguiente:Vamos ahora con el menú.-
Una croqueta casera; bastante buena pese a su apariencia.
Una bolsita crujiente rellena de queso y gambas con salsa agridulce; algo mejor que las que pido habitualmente a la pizzeria que tengo de mano, pero nada del otro mundo.
Una zamburiña al horno; buenísima con sus jugos y ese toque cítrico tan ligero.
Una empanadilla de chipirones que no me convenció ni por su relleno, ni por su masa.
Una crema de caldo gallego; lo mejor, con su punto saladito y perfecta temperatura. Muy fina o muy ruda, según se mire.
Continuamos el menú con un impresionante entrante; terrina de foie con puré de ciruela y tiras de manzana. Para mi, de lo mejor de la noche. El foie fino y perfecto de temperatura para untar en las riquísimas tostas de pasas que ,pese a no ser caseras, son de altísima calidad (lo se por que las compro en el mismo sitio). Además la combinación de sabores y texturas, con el puré de ciruelas era sublime.
El siguiente entrante unas deliciosas almejas con una salsa muy ligera que potenciaba su sabor sin enmascararlo en ningún momento. Rivalizaban con las que probé e O Retiro da Costiña sin llegar a superarlas, pero estas eran de cuchillo y tenedor.
El primero de los platos principales fue una lubina sobre arroz. La lubina muy bien de punto, aunque no perfecta (vamos que no era un punto Solla, Yayo Daporta, o Marcelo). Incluso en A Estación o en el Playa Club me tienen convencido más... ...eso si, no siendo un 11 si se acercó al 10 y la guarnición de arroz con verduras y berberechos también muy buena, incluso en el corte de las verduras. Debo señalar que en cuanto a cantidad el plato serviría como "segundo" en un menú al uso.
Para rematar los salados un solomillo de ternera con foie, también muy bueno, pero sin llegar a emocionarme por completo. Lo cierto es que me hubiese gustado un pelín más cruda y en otras mesas pude observar puntos mejores, lo cual me alegra más que me entristece pues pienso volver. La salsa era para mojar pan, que por cierto estaba buenísimo.
El capítulo de los postres se abrió con una deliciosa y refrescante copa de crema de piña colada con espuma de coco. Rica, rica y muy de agradecer que fuese ligera y refrescante dado que estaba a punto de explotar.
Continuamos con un hojaldre con crema y nata, clásico pero rico que venía acompañado de un helado (creo que de galleta) y un fresón natural cortado en láminas.
Por último un buen expresso que venía acompañado de unos petit fours que no pude dejar de probar; un bombón, creo recordar que con pimienta y una espuma de crema catalana con un fondo de limón. Este último se llevó sin duda mi primer puesto en el apartado dulce.
LA CUENTA:
Menú degustación- 60 euros
Agua- 2 euros
Manuel Manzaneque(vino)-40 eursos
TOTAL + IVA: 109 euros
No se puede decir que sea barato, pero está claro que fui a por todas. Observad que el menú incluye pan y servicio, que el agua no tiene un precio exagerado y que me invitaron al café. Con esto quiero decir que van de frente y me gusta esa filosofía; en otros sitios cogen de aquí y de allá y cuando te enteras te sablaron 10 euros sin aportar nada. Impecable servicio, volveré.
Aun no fui a Casa Pardo, lo intenté en Navidades pero estaba cerrado.
ResponderEliminarTe invito a ir por mi "nuevo" blog. El anterior me daba problemas a la hora de subir fotos. La nueva dirección es levounandar.blogspot.com
Bye¡¡¡
Graaaaacias Jose; que sepas que yo estuve en CDC a los pocos días de abrir y mi experiencia fue magnífica. En cuanto publique un par de entradas que tengo pendientes, trataré de hacer "justicia" con el restaurante de J. M. Jordásn & Cía. Creo que no está siendo tan bien aceptado como debiera.
ResponderEliminarAprovecho para disculparme por algún que otro pequeño error en este blog, pero estamos empezando.
Ciao!