El domingo en compañía de un par de colegas y el martes en compañía de algunos colegas profesionales de la hostelería; profesionales ellos, yo sólo me dedico a disfrutarla.A su manera ambos días fueron productivos; pero el martes... ...que queréis que os diga conocí a mucha gente del sector.
Cronológicamente la cosa fue así:
El sábado llegué por la tarde noche y, tras echar un vistazo por la red, para ponerme al día de los horarios para los días venideros, hice una breve parada en El Mercadito, para saludar al personal e informarme de mano de un profesional, del acontecimiento venidero y ¡premio!; Gonzalo Rey, chef del restaurante, tenía ponencia a la mañana siguiente. Acto seguido busqué el recinto del Forum para tenerlo localizado y me tomé un par de cañitas mientras decidía donde me tocaba cenar. Elegí rápido, pues el local además de habérmelo recomendado unas semanas atrás en el Restaurante Ana, estaba en circuito de tapas del Forum. El nombre del mismo es Madam Ragú. La visita os la resumo así de rápido; un 6,75 sobre 10 en la escala Daninland.
Tras salir del restaurante, un par de copitas y a la cama, que mañana a las 10:00 me tocaba café antes de comenzar la visita al pabellón del Fórum.
A las 11:00 pasadas, estaba entrando por la puerta y, tras abono de 5 euros comencé a recorrer la feria mientras ojeaba el horario de las ponencias del día y nueva sorpresa; la ponencia que más me interesaba, comenzaba de inmediato y la daba un conocido. Versaba sobre la agroalimentaria do Eume y pese a que vivo próximo a la comarca eumesa, nunca te acostarás...
Ahí por las 12:30 estaba entrando en el auditorio para presenciar "As cociñas do camiño", con Gonzalo Rey como último protagonista; que tuvo a bien preparar un par de novedades, entre las cuales se encontraba una "morcilla de lamprea". El plato tenía su intríngulis, pues unía los conocimientos arroceros del maestro a la tradicional lamprea, más de nuestra tierra; curioso a la par que apetecible.
Cuando remató la ponencia ya estaba acompañado de un par de colegas y nuestras tripas comenzaban a rugir, así que nos montamos en mi coche y pusimos rumbo al restaurante Ana. Como ya he mencionado en el post que lancé sobre el restaurante hace unos dias, quedamos encantados; sobre todo yo, por que fui invitado.
En lo que restaba de tarde, un paseo en coche (llovía a cántaros) por las estrellas de la restauración santiaguesa y vuelta al recinto de Amio a pegar una pasada por los stands y ver las últimas ponencias en el auditorio. Dichas ponencias versaban sobre las tapas en la alta gastronomía y sobre la última publicación del último libro de Chakall, que cocinó mientras pinchaba unas rolas. Creo que puedo anticipar que no me voy a comprar el libro... ...pese a que la superpulpeira Aurora Baranda animó bastante el espectáculo.
La verdad es que nos echamos unas risas.
Siendo más de las 20:00 me despedí de mis colegas y me dispuse a rematar el maratón gastronómico probando un par de tapas de la novena gastronómica. ¿De que trataba eso de la Novena?, pues los 18 cocineros del Nove se repartieron por parejas entre algunos de los bares, cervecerías o taperías del centro. Yo entré primero en La bodeguilla de San Roque para probar las tapas de Pepe Solla y Alberto González; un espectacular atún rojo, una croqueta estilo Solla y unas zamburiñas que sencillamente estaban ricas.
Debido a la proximidad del local, decidí acercarme a O Catro donde cocinaban Gonzalo Rey y Rafael Centeno de Maruja Limón. La tapa que prepararon era una especie de huevo cremoso con crema y costilla. De los chefs debo decir que estuvieron muy amables invitándome a pasar a la cocina, además de muy SIMPÁTICOS.
Por fin martes; llego a Amio con las típicas prisas de última hora, pero logrando sentarme en segunda fila para ver bien de cerca la ponencia de mi monstruo de la restauración gallega favorito; el gran Marcelo Tejedor, que ofreció una ponencia que, al igual que su cocina, parecía muy sencilla en principio, pero que englobaba mensajes a favor de la sostenibilidad, el valor de los productores, su filosofía culinaria y el tipo de cocina que practica en su restaurante Casa Marcelo.
Además soltó perlas como la una anécdota que le sucedió recientemente cocinando el el Angar 7, donde un comensal le dijo a un Camarero "si me vuelve a traer otra merluza como esta, bajo a fregar los platos".
La verdad que Azurmendi está ahora en mi punto de mira.
La siguiente ponencia que había escogido era la de Josep Roca; básicamente por dos motivos: quería ver algo interesante en el campo de los vinos y al menos a alguno de los representan tes del Celler de Can Roca.
Josep Roca habló de su papel en el restaurante y dio a probar unos cuantos vinos, que según él albergaban ciertas imperfecciones; nobles imperfecciones y que tenían además como factor común un cierto punto de acidez. En esos vinos Roca señaló cualidades que le gustaría encontrar en los vinos gallegos desde el labor de los bodegueros, pasando por la importancia de los minifundios hasta el resultado final. La verdad que me resultó muy convincente.
Bien, pasadas las 14:00 me encuentro con unos familiares y algunos colegas, profesionales de la restauración o relacionados en su mayoría. Tras liarnos probando unos cuantos vinos, me dejé convencer para acompañarlos a comer.
Antes de entrar en el local, yo no sabía donde ívamos comer y con la animada conversación que mantuvimos de camino al mismo, no me di cuenta de preguntarlo. Reconozco que tras haber aparcado cerca de la calle Galeras, comencé a sospechar algo; finalmente el destino fue el Acio. Buena eleción, pensé y además tuve la suerte de quitarme la espinita de mi primera vez en el local por no poder disfrutar el menú degustación.
La carta del Acio se completa con dos menús degustación muy completos; el que elegimos en esta ocasión, rozó la perfección hasta llegar al último pescado, con un salmonete demasiado pasado de punto para todos los comensales. Por el resto (postres incluidos) estuvo grandioso, teniendo como punto álgido, los callos de mar, si, habeis leido bien, exceptuando los garbanzos castellanos, todos los géneros que contenía el plato procedían del mar, incluso un exquisito y sorpresivo chorizo de pulpo. Además el caldo, o la salsa si lo preferís, estaba sabrosa y perfectamente ligada.
Incluyendo la bodega, la cuenta salió algo menos de 50 euros per capita. Por cierto la carta de vinos; excelente en cuanto a referencias, diseño y sin precios salidos de madre.
La última ponencia a la que asistí fue a la de los hermanos Cannas, de Pepe Vieira. A esas alturas no esperaba que me aportasen demasiado, pues la ponencia iva sobre vinos y sus platos con maridaje o viceversa, pero estaba por completo equivocado.
La verdad que la presentación estuvo llena de anécdotas interesantísimas, marcando los puntos clave de su crecimiento con la consecución de un premio nacional de conineros en el 2001, el posterior stage en Arzak y la nariz de oro en el 2004, hasta el cambio de local y la consecucuión de la estrella Michelin. Estos dos, saben muy bien como publicitarse y tienen lo que a otros les falta; creérselo y saber mostrasrse a los demás.
Al salir me topé con Alfonso Pendás (dentro estaba parte del equipo de Casa Pendás) y a Maria Varela ( de A Parada das Bestas), teniendo así la oportuniodad de desearles suerte en su ponecia del día siguiente.
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