Estando este último "a los topes", decidí que era una buena ocasión para visitar mi tan ansiado Yayo Daporta.
La verdad que ese era el día; pues tras cuatro intentonas fallidas en el pasado año, la reserva se efectuó sin problemas.
Este local se ubica en el centro de Cambados en la calle Hospital. Exteriormente el imponente chalet de piedra ya promete e interiormente, agrada desde la recepción; pasando por una hermosa sala con bodega a la vista, hasta los modernos aseos.
La sala es el ejemplo de habitáculo que me satisface por sus dimensiones (30 y pico comensales), iluminación, estilo y tranquilidad.
El diseño íntegro del local auna con acierto tradición y modernidad ofreciendo unos acabados de calidad.
Del servicio daré un apunte a tener en cuenta y es que fui atendido por una dama que resultó una auténtica delicia a la hora de guiarme por los derroteros que ofrecían las cartas; teniendo una sonrisa para cada una de las intervenciones en mesa. Me reconozco fascinado por tan grata actitud hacia el comensal.
Vamos con las cartas; la de comidas muy interesante, ofrece tres tipos de menú:
-El menú a la carta; dos entrantes, principal y postre (elegidos por el cliente). A elegir entre un buen número de primeros, segundos y postres con sus vinos. -42 pleuros-
-El menú degustación; con aperitivo, tres entrantes, dos principales y postre. -50-
-El menú estrella; con nueve salados y dos postres. -55-
Yo elegí el menú degustación, o sea el intermedio y anticipo que me resultó completamente satisfactorio; aunque espero atreverme algún día con el estrella, pese a que escasee en carnes.
De la carta de vinos no hay mucho que hablar, pues no existe. Es el propio comensal el que se adentra en la acristalada bodega y los elige, con el handicap de un posible overbooking a la entrada y la mayor dificultad para ver los precios. No obstante me quedo con la sensación de que en RCP, la selección de vinos es superior a la gran mayoría de lo que se ofrece en el resto de locales del Nove.
Yo acabé por seleccionar un curioso Mengoba, que con el Hombros es uno de los vinos D.O. Bierzo que más me han convencido.
Zarpa el menú:
Como aperitivo llegó a mi mesa un delicioso cocktail de Albariño; muy denso y coronado con una espuma muy agradable. De hecho me sorprendió en textura y me agradó en sabor mucho más de lo que me esperaba.
El primer entrante; un huevo de codorniz con crema de patata y esencia de chorizo resultó perfecto en cuanto a temperatura, combinación de sabores, la textura de la crema y la presentación. Vamos, que... ... perfecto.
El segundo entrante, que valdría como entrante único, fue la menestra de verduras con huevo de corral y tocino ibérico.
Perfecta combinación de sabores auténticos, con las verduras "al dente", que no crudas, un excelente tocino y un huevo en perfecta cocción, con la yema cruda estilo Pandemonium.
Todavía más serios nos ponemos en el siguiente plato; los mejillones en tempura con algas y espuma de su cocción. Casi se me saltan las lágrimas; un 11 sobre 10. Menudos bichos los mejis, tanto de tamaño, como de sabor.
Continuó el festín con una empanada diferente. Sobre un pan de calabaza (creo recordar), tres estupendos lomos de sardina perfectos de cocción, con una deliciosa guarnición.
El primero de los principales, que resultó con creces el mejor, fue la merluza do Celeiro con algas y berberechos. Mar , mar y más mar. Tengo muy claro que está entre las cuatro mejores merluzas que probé en mi vida con la de Casa Marcelo, Maruja Limón y Solla. Todas dentro del Nove y todo hay que decirlo, es un plato que rehuyo por parecerme demasiado recurrente; no por nada, ¡pero mira que hay peces distintos en el mar!
Si he hablado de la merluza, debo hablar también de los berberechos, que con unos que tomé posteriormente en el vecino Pandemonium; son lo + de lo + .
Finalizamos con un solomillo de ternera con salsa de mostaza y milhojas de patata con bacon.Buen plato, muy rico, aunque la carne algo pasada y el peso de estar a la sombra del plato anterior.
El postre me hizo sucumbir de lleno a la cocina de este restaurante, que además de estar agraciada de una maravillosa técnica y producto; posee mucha afinidad con mi gusto.
Un sorbete de frambuesa con sopa de chocolate blanco (incorporada en mesa) y frutos rojos. De morirse.
Tras el expresso, que vino acompañado de piña, melón trufa y crema de catalana a modo de pettit fours; cuenta y un paseo recordando las gratas sensaciones que me había dejado este restaurante galardonado con una estrella Michelin, el fin de semana comenzaba su fin.
LA CUENTA:
Menú Degustación 42,06
Mengoba 23,36
Total=> 70 euros iva inc.
Veo que ya subió 4€ el menú desde que estuve yo. Sigue siendo barato.
ResponderEliminarLa crítica que hice yo en mi post es que 4 de 5 entrantes y 4 de 5 platos de pescado tengan marisco me parece excesivo. Para los que no nos gusta nada te deja pocas opciones ó ir a la carne.
La verdad que tienes razón Toni; lo que para la mayoría es la leche (esto de meter marisco en tantos platos sin aparente subida de precio) para ti es un handicap. La verdad que creo recordar que ya había leido eso en alguna parte, seguramente a ti.
ResponderEliminarDe todos modos no creo que haya gran problema a la hora de que te lo personalicen si avisas con tiempo (en muchos platos sólo tienen que quitar).
A decir verdad conozco a algún que otro alérgico al marisco de los que te sueles acordar tarde, para esto de los menús. Lo que si te digo es que uno de los motivos por lo que escogí este menú y no el largo es por ser más rico en carne. Me parece una exageración tanto pescado y que algunos cocineros declaren que los menús degustación sólo deberían incluir pescados por ser Galicia una tierra rica en productos del mar. ¡Anda que no hay carnes buenas!
Saludos y gracias por pasarte.