jueves, 5 de julio de 2012

Casa de Xantar A TAFONA, Santiago D.C.

Poco han podido presumir últimamente las crónicas este foro, de haber relatado expediciones novedosas, en cuanto a restaurantes se refiere.

En el caso del que nos ocupa, conozco su existencia desde mi primera visita a Pedro Roca; cuando todavía conservaba la sana costumbre de preguntar a los chefs, por otras casas recomendables. 
Aprovecho para apuntar que fue el maestro José Mª Jordán, desde mi añorada CasadeComestbles coruñesa, quien a su vez, me recomendó la visita a su colega, D. Pedro Roca. Hecho el cual, agradeceré las veces que sea necesario.
Tres tipos de pan a elegir. Pan de verdad.
 El de maiz, elaborado en la casa con una consistencia y una acidez deliciosa.
A Tafona quedó anotado y por motivos X, se perdió en el espacio/tiempo, pasando -para desgracia de servidor- a formar parte de una dimensión descuidada. El caso, es que no hay demasiados escritos sobre esta casa en la red; pero un buen día,  La trastienda de... el blog del sr. José L. Louzán (que si, Louzán, que si; que A Tafona está D.P.M....), me topé con lo que esta casa servía en los menús del día y mi sorpresa fue mayúscula.
Capuccino de boletus "do tempo". Es lo bueno de este tiempo loco.
Me prometí a mi mismo, conocerlo en este formato; un poco por conocer el local de un modo más "desenfadado", un poco por huir de mis propias bacanales gastronómicas y otro poco por ese queseyó, que o bien te lo jode todo, o te eleva en celestes emociones.

Finalmente rompí la promesa conmigo mismo, lo cual me hace indigno de toda confianza; pero os ofrecerá un nuevo chorro de las virtuosas y desenfreandas sensaciones llegadas a mi cerebro, vía paladar.
Voy a culpar de ello -el caso es tener a quien...- a Iván Dominguez; crackcinero en Casa Marcelo, a quien me topé un buen día por la calle y sin venir demasiado a cuento, me invitó a visitar A Tafona.
No recuerdo sus palabras exactas; pero en mi cabeza se tradujeron en algo así:
-A ver, pedazo de animal, vale que te pases media vida dormido y la otra media borracho; pero lo de que un pedazo friki como tu, no haya ido por A Tafona, no tiene pies ni cabeza. Ten vergüenza y déjate caer por allí.
Tampoco recuerdo mi respuesta, pero resultó ser un:
-¡A sus órdenes!.  
Menestra de su huerto con panceta de Guijuelo.
Trataré de no ser tan superlativo como de costumbre  y no emocionarme demasiado. Aunque me temo que de ese modo, no sabré como explicar, que citarme con A Tafona, ha sido la mayor inyección de gastrovitalidad, que me he chutado en mucho tiempo. Ahí se ha colado, a la primera de cambio,  entre mis casas predilectas; que son esas de las que habreis leído por aquí en más de una ocasión.
Si además tengo en cuenta la Relación/Calidad/Precio; creo que me he topado con una medalla de oro. Ahí queda escrito; con todas las letras.
No relataré plato por plato, como de costumbre y me acercaré más a las sensaciones.
Guisantes, cocotxa de bakalao y cantarelas. Perfecto.
Comienzo por el local, que consta de dos estancias inundadas de cantería, con una pequeña barra al fondo; ilumicación agradable, menaje de calidad y un hilo musical acorde a lo que allí se puede disfrutar.  A modo de curiosidad y gracias a una conversación reciente; puedo apuntar que entre el 77 y el 88; el local recibía el nombre de TAMBOURA y funcionaba como pub, ofreciendo antológicas actuaciones de jazz.
Durante la noche en la que yo me dejé por allí, Diana Krall sonó por doquier y muchos ya sabéis lo que opino de la señora del Costello para estos menesteres; nunca falla.
Mollejas con alcachofas y rábano. Mis productos fetiche, ejecutados con destreza; rozando el cielo.
El servicio fue atento, amable, de nuevo atento y he de anunciar que bebí champagne; lo cual suele complicar el labor de quien lo sirve. 
Esto último, me da pié a dar unas pinceladas sobre de la carta de vinos; que es uno de esos ejemplos de compresión (sintesis, si se prefiere), que tanto me agradan. Me recordó a la carta de cierto restaurante itinerante, tanto por sus aspiraciones, como por su capacidad de lograr disfrute, a la par que da muestras de ideas propias, o cuando menos, un buen asesoramiento.
Si bien este no es el mejor salmonete (DOS LOMOS) que zampé en mi vida, no he probado otro más sabroso.
Se acompañó con una fideuá en la también brillaba la huerta.
Ahora toca hablar de los comestibles, que se observan en las imágenes que he ido colgando a lo largo del post. Para ello me gusta remarcar la idea de que lo primero y lo último que me jamo en un restaurante; es a los humanos que trabajan para que yo me sienta a gusto. Lucía Freitas y Nacho Tierno, son los máximos responsables de ello. Así que, tras un obligado "a sus piés", estoy encantado de informar a mis escasos lectores, de que he sido atendido por la JOVEN chef Freitas y que ha sido ella, la encargada de transmitir el significado de una experiencia en a A Tafona. Bagaje, trabajo de cara al cliente -habitual, o no-, con el mejor producto DE TEMPORADA como arma, la inestimable disposición de un huerto propio y todo ello a un precio de veras im-ba-ti-ble.*

Platos sabrosos, que huyen de lo superfluo, con fondo, bien trabajados, puntos ideales y perféctamente rematados en todos los casos.  
Me ha quedado claro que estos señores cocinan sin memeces, su propuesta es franca y ojalá encuentren un buen número de fieles que sepan apreciar todo esto.

Minicerdo ibérico con ensalada de hinojo y pera de San Juán. Esta Pera me recordó a la mejor castaña que zampé en mi vida.
Sucedió que estaba rematando el menú, pletórico de satisfacción también en lo tocante a la cantidad (el lector habitual sabrá que soy un tragaldabas como hay pocos); cuando de boca de la cocinera, pude escuchar "¿Te apetece un postre con chocolate?".
Cremoso de aguacate, sorbete, granizado, sopa de manzana verde y apio.
Si no hubiese sido por ese "chocolate" del final, hubiese hallado razones de peso (concretamente de exceso de peso) para negarme; pero es que hay cosas que me pueden,,,
El resultado ha desembocado en haber disfrutado del mejor postre chocolatero de mi vida; o al menos, el que más me ha gustado.
Frutos rojos, espuma de kojack, helado. Pettit morte...
El nivel de sobremesa que ofrece A Tafona es sencillamente insuperable. Me lo habían advertido y es cierto; son postres de tres estrellas, sólo que infinitamente más baratos y además en mis experiencias, los de esta casa, no han sido superados.

Chocolate, praliné, café...Placer, placer, placer...
Por último, toca agradecer a Lucía & Cía, además de un menú perfecto; el que la primera en discordia, haya querido compartir con servidor; las impresiones sobre la magnífica velada que había disfrutado. Espero que sepa perdonar el desorden de mis palabras (en directo soy todavía más torpe) y mi verbo plagado de palabros, onomatopellas, silencios incómodos, tacos, pérdidas espaciotemporales y el océano de confusión que le habrá supuesto tener en frente una discusión entre Jekyill y Hyde, ante sus propias narices. Tremenda descoordinación, no la arregla ni el champagne.

No se si por suerte, o para su desgracia; pero si salud y cartera lo permiten, se van a hartar de verme por allí.

*Traduzco imbatible:


-Buen pan + pan casero.
-Aperitivo.
-Tres entrantes.
-Dos principales.
-Dos postres.

 A 22 de junio del '12:  -35€-


15 comentarios:

  1. Menuda suerte que tenéis en Santiago. ¡Vaya nivelazo y encima con unos precios de hace una década!.

    ResponderEliminar
  2. Otro que espero probar este verano, con preferencia, además, porque también como a ti me lo habían recomendado hace tiempo y lo fui postergando y porque en este sería "estreno", así que está claro.

    ResponderEliminar
  3. Toni, el nivelón y la RCP inigualables; son indiscutibles. Lo malo es que yo vivo a 50 minutos de la capital, pero bien es cierto que merece la pena andarlos.

    ResponderEliminar
  4. Jorge, te harás, como mínimo, dos favores dejándote caer por ahí.

    Yo de ti, intentaría comer en un comedor "secundario". Es todavía más tranquilo, más recojido... no se, tu verás.

    Eso si, ya nos contarás.

    ResponderEliminar
  5. Solo una cosa
    Como cojones lo hacéis?????
    No lo entiendo la verdad
    Allí regalan los productos???
    Me acabas de matar, otro que tendré que ir, a ver si puedo encajarlo...
    Pd.: cabronazo

    ResponderEliminar
  6. Anotado queda! Graciñas por adiantado! ;-)
    PD: e non creo que tarde moito...

    ResponderEliminar
  7. Lolo, lo de estos, junto con el prota del post anterior; nadie se lo explica.

    El caso es que la chef me conto algo sobre la vida en la carcel (creo que fue en Arriondas, donde escuché por vez primera eso de referirse al un oficio...), el huerto y sobre cocinar para lod demás, como les gustaría que lo hiciesen para ellos...
    Por cierto, esas cuñas de pan de maiz, elaboradas en la propia casa, quieren decir mucho de la filosofía que un restaurante ofrece.

    P.D: Lo siento, sabía q reaccionrías así (y me encanta ;-) ).

    ResponderEliminar
  8. Me alegro mucho q hayas ido por allí, mas que te haya gustado. Es muy grande lo que hacen estos chicos.

    ResponderEliminar
  9. vayaaaaaaaaaaa. Pues increible, otro más apúntalo, no se si tendremos tiempo para tanto...

    Oyeeeeeee, me pareció ver una copa de champagne ????

    Un fuerte abrazo desde la tierruca, por cierto me gusta la cabecera, te ha quedado mu bien.

    ResponderEliminar
  10. Ankabri, en la segunda foto empezando por arriba, verás un trocito de esa copichuela.

    ResponderEliminar
  11. Mi prima Lucia es la mejor chef del mundo...y si no...AL TIEMPO....!!

    ResponderEliminar
  12. Anónimo; en mi experiencia, no puedo rebatir tu opinión.
    Eso si, me das pie a reconocer, un punto amargo de la visita arriba narrada; el nivel ha quedado tan alto, que me da tiempo volver.

    Yo llamo a eso un fenómeno de superempatía. Es contraproducente, te doy un ejemplo; sólo vi "Pozos de ambición" una vez. Me flipó tanto que me da miedo volver a verla.

    ¿A que no te esperabas esta chapada?

    Un saluo y gracias por haber comentado.

    ResponderEliminar
  13. Dani si vi la copa de flauta por eso te pregunté jejeje

    ResponderEliminar
  14. O.K: te había entendido mal. Un champanazo; ya t diré cual. Algún día... JJJJJJJJJ

    ResponderEliminar