lunes, 27 de agosto de 2012

Pemento Morrón Ferrolterra

El tosco bodegón que veréis a continuación, lo realicé el pasado viernes, recién, llegado de la Cooperativa O val. Veréis además de unos dignos tomates del país, sus famosos Pementos do Couto, sus fastuosos Tomates Negro de Santiago y unos pepinos casi imperceptibles en la imagen; una exquisita novedad. Se trata de dos buenos pares de Pemento Morrón de Ferrolterra

Ya había anunciado en la entrada dedicada al Tomate Negro de Santiago, que los de la Cooperativa O Val, tenían preparadas unas cuantas sorpresas comestibles.
Se trata de una variedad recuperada con la ayuda del  CIAM (Centro de Investigacións Agrarias de Mabegondo), en la que han colaborado la Asociación Costa Noroeste y Nuevos Horizontes.

El fruto -nunca mejor dicho- de esta serie de colaboraciones, es este espectacular pimiento de excepcional carnosidad e inusitado peso, que comienzan a seducir por su vistosidad, continúan con buenas sensaciones olfativas y rematan inundando el paladar de una textura carnosa y un sabor de escándalo. Son ideales para asar, doy fe de que en dicha preparación resultan un manjar: pero de momento, ya me he currado un pisto como debe de ser y me da que el Pemento Morrón de Ferroltera, dará la talla en infinitas preparaciones. Vamos que aguantará lo que le echen. 

Ya han aterrizado en las estanterías de los algunos supermercados, además, son bien fáciles de encontrar, pues han sido envasados en unas coquetas bandejas, huyendo del granel, etiquetados como PEMENTO MORRÓN FERROLTERRA y Producto de Galicia; para que no se os pasen de largo. 

jueves, 23 de agosto de 2012

Casa Marcelo...

...o el restaurante, en el que practican malabares gastronómicos a cada nuevo pase.

Hacía alrededor de 8 meses, que no pisaba Casa Marcelo, en el papel de afortunado comensal. Tenía ganas de volver -lo cierto es que ardía en llamas-  por que, aunque uno no pueda ir "a diario"; sabe que algo maravilloso existe en nuestra querida restauración y ese "algo", sucede en esta casa, que siempre es garantía de júbilo para el paladar y regocijo para los sentidos. 

Aunque he de confesar algo; pese a que siempre digo, que para el pertinaz aspirante a gourmet, es casi obligatorio, pisar el suelo de ciertos templos (y este, sin duda, es uno de ellos) de cuando en vez; he de admitir que no aguardaba mucho más allá, de una gran cena en un ambiente sereno -lo cual, que nadie me entienda mal, ya es la repera-. 
El tema es que a uno también se le va la pinza y se cree que por llevar poco más de un lustro visitando grandes casas, posee criterio para adivinar lo que sucede dentro de las paredes de ciertos restoranes. Así, en mi cabeza, el menú costaría unos 10 pavos más, "por que estos suben más que los peajes de las autopistas...", la carta de vinos tendría menos referencias y serían más caras (cosa que está sucediendo injustificadamente en más de un estrellado; pondré el ejemplo de SantCeloní, por no poner alguno de mi tierra, que también podría...)  por aquello de "simplificar"; o vete tu a saber que estirad@ se dedicará ahora a descorchar botellas, ¿se habrían animado ya a cocinar por telekinesis???... pero daría igual por que estando en Santiago y con una estrella Michelin....

En fin, todo mentira; no podía estar más equivocado. El egobloguer se esfuma con este tipo de experiencias, que funcionan también como cura de humildad. Casa Marcelo otorga importancia a dos factores  por encima del resto; la clientela y el equipo. Un equipo que consolida a la casa para la que trabajan, como un clásico de la alta restauración gallega, nacional y por extensión...
Continúan valiéndose de lo mismo de siempre; un producto del más alto nivel, mimado con una técnica prodigiosa y esto ha resultado en una clara evolución, por que a todo eso, ya pueden sumar la experiencia que supone tener un equipo consolidado y centrado en el mismo objetivo.

Iván Dominguez, es ya,  algo más que la mano derecha del maestro que da nombre a la casa. Ha puesto la mirada en cada rincón de su restaurante y en cada gesto hacia los comensales, para que la experiencia fuese todavía más satisfactoria y doy fe de que lo ha logrado. 
Entre otras cosas, se involucró en la bodega y mi sensación es la de que ha pulido la carta de vinos, eliminando incrementos de precio innecesarios, pero continuando en disposición de grandes caldos.  
Es fácil reconocer a este joven chef; si lo observáis en sala o en cocina; probablemente sentiréis algo parecido  al resultado de una sesión de osteopatía, meditación, yoga.... Es una especie de presencia serena y relajante,   lo cual viene de perlas, cuando uno está sentado a la mesa. Sin duda ha de existir una especie de catatlizador, revulsivo a la hora de que una gran casa como esta, evolucione de un modo tan eficiente, en tan poco tiempo.

De todos modos, plasmaré en esta crónica un par de "peros", para que nadie me tache de pelotillero vocacional. La cristalería (copas) sigue sin estar, a mi juicio, al nivel que la casa ofrece en los demás aspectos. Véase esto como una reivindicación, más que como un fallo del restaurante, pues considero que sólo he pisado tres locales en toda Galicia y uno en el exterior; que cumpla ese precepto. El segundo de esos "peros", es que se han cargado la música y, tras reconocer que nunca la eché tan poco de menos; he de advertir que las pocas casas en las que suena una selección de piezas musicales adecuada y personalizada; también disfruta uno del trabajo de un miembro se su equipo. Un labor que algunos todavía reconocemos como una factor positivo y a tener en cuenta.

Ojalá las torpes imágenes que ilustrarán este post, capturen algo de la evolución que ha sufrido la cocina de Casa Marcelo. Sólo anticiparé que la estructura de su menú no ha variado; al igual que tampoco ha sucedido con las cantidades -siempre generosas- o su precio, que a principios de agosto del 2.012, lo venden a 75 €. 
Eso si, debo advertir que en mi caso se sacaron de la manga unos cuantos platos a mayores; por que sabían que tenían a una bestia parda, en cuanto a capacidad para engullir alimentos,  sentada a la mesa.

A continuación presenciaréis sobre el mantel el recibimiento; parte importante del ritual, a cargo de pan horneado en casa, de trigo, de sésamo, unas cuñas de pan de maíz y aceite, además de unas riquísimas aceitunas con anchoa rebozadas en polvo de quicos caramelizado y una copa de champagne.

Palco Deluxe para quienes gozan viendo el trabajo del personal de cocina.



Tras el champagne del recibimiento, continué con más champagne; Bollinger, en esta ocasión; aunque el siguiente plato recomiendo maridarlo -caso de querer lograrlo con éxito-  únicamente  con un agua con gas bien fría. Se celebrará una competición en la boca, que esas fresas ayudadas del amargor del Campari y la potencia del perejil; ganará seguro.

Fresas, Campari, y sorbete de Perejil.


Ensaladilla de Merluza do Celeiro Lañada. Un plato frío (aunque de algún modo resulta caliente) que desafía las dotes detectivescas del comensal...

A continuación, le tocaba turno a Un homenaje a la Mazorca. Un plato que nos presenta la mazorca en varios tamaños formas y texturas. Una minimazorca entera, en cus cus y el canoto laminado, sobre mahonesa y pimienta.
Se trata, según me han explicado, de un plato parido gracias a las sensaciones  de un viaje por Sudamérica, lo cual me llevó a preguntarme si estaba sobreintelectualizado; pero lo cierto es me pareció una manera ideal de capturar la arrebatadora sutileza de la mazorca. Además, de algún modo; me resultó evocador.

Esto que viene ahora, es una marcianada; gamba de Huelva cruda, con unos tomates que parecen tratados mediante nanotecnología y una sopa de tomate basada en el jugo sobrante de la ensalada mixta de toda vida. Para darse al llanto.
Gambas Tomate y Sopa de Tomate.

Fritura de Cabracho y Pil Pil de Chile Jalapeño.

Calabacín "Finca de Los Cuervos". Con su flor rellena de crema de calabacín y albahaca, sobre crema de San Simón.
Fijaos en el napado de esta pieza de pescado. Se trata de una salsa lograda de una especie de fondo oscuro, realizado a partir de las espinas del bonito. Especiada, con sus tostados perféctamente integrados...¿sublime?, no; lo siguiente.
Bonito, Membrillo de Tomate y Pimientos de Padrón.

Calamares, Cebolleta, Aguacate y Guiso de Luras. Gracias.




En este momento, se inauguró una botella de Viña de Corullón 2.007. Gran acierto, por mi parte.


 Y bajo una cúpula de corteza de pan...
 ...se hallan Las Sardinas, en su Capilla Sixtina particular.
Sardinas del Día, Marinadas, Asadas y Ahumadas.

Un regalo para servidor; uno de mis platos fetiche, que en Casa Marcelo, recibe una interpretación tan clásica, como refinada y sublime.
Steak Tartare. Perféctamente aderezado, sobre una salsa de yema
 Aunque sintiéndolo mucho por los demás; el plato de la noche no ha sido otro, si no este:
Raviolli de Rabo de Vaca, en su Jugo, con Salsa de Foie. Mollejas de Cordero y Cortezas de Cerdo. 

Matricula de honor, también en las sobremesas; luciendo ideas frescas y de temporada.¡Viva!



Sandía, Rosas y Frutos Rojos.

Berenjenas. Almendras Tiernas.
He mencionado, en esa especie de prolongación del título; que en Casa Marcelo practican malabares gastronómicos a cada pase y si os fijáis, os percataréis de que entre sus manos mueven al comensal con gracia, dentro de la degustación. Además de variar su contenido, también intercambian el orden de los platos, creando nuevas fórmulas, otorgando otro sentido a cada plato y finalmente dejando una cosa bien clarita; la alta cocina siempre está presente dentro de sus menús. Permutaciones divinas, resultados celestiales; bienvenidos amigos mios, al espectáculo que nunca finaliza.



domingo, 19 de agosto de 2012

Restaurante Laurel (Vilaboa).

En plena ría de Vigo, más concretamente, en el muelle de San Adrián, se encuentra Laurel; un restaurante flotante en el que oficia nuestra chef más emblemática (pese a quien pese, ninguna en mi opinión ha explotado a su nivel); Toñi Vicente.

Un lugar de interés telúrico por varios motivos; el primero su  entorno, que ofrece al visitante un paisaje de belleza única e incontestale y el segundo por que la historia del lugar se ha unido a la historia de sus nuevos ocupantes (...).
No andaba servidor muy errado en sus suposiciones, pues en una única visita pude presenciar como los fieles se acercaban a rendir tributo y devoción, a quien en el pasado había sido su santa gastronómica.



Nunca había puesto un pie en su antiguo templo santiagués y tenía esa especie de llamada desconcertante y cosquilleo latente, recordándome de vez en cuando; que tenía un deber pendiente. De poco sirvieron las recomendaciones contrarias a mi propósito, pues a cabezón no me gana nadie; así que ahora puedo narrar de primera mano y por derecho propio, lo que me he topado en Laurel.

Este es el local:

La citada cocinera se afana en advertir que este no es un restaurante "gastronómico"; pero está claro que, pese a ello; lucen buenas maneras.
Lógicamente el estilo es más informal; lo cual tiene sus ventajas y si no que se lo digan a los/as clientes que saltan de su embarcación en sandalias y se dan un pequeño -o gran- homenaje en su terraza exterior. Sin tener que buscar más; se enncontrarán con el ronroneo del mar a sus pies, acariciando sus oídos, o su pituitaria y unas vistas cautivadoras que no dejan de ser un regalo para la retina, de quien las contemple.

Yo comí en el interior; en un comedor que también dispone de buenas vistas desde prácticamente todas las mesas. Es un espacio claro, luminoso, holgado y en servicio de día, bastante vivo. Si hay una próxima vez; será de noche, por eso que es más fácil encontrarse a uno mismo en medio de un místico universo gastronómico (si la experiencia sucede; esta frase se explicará por si sóla en la pertinente crónica).

El servicio, cumplió con agrado, por lo que sólo me resta hablaros de cartas y menús.
La carta de vinos cumple con una buena selección de gallegos, sumada a otras D.O. nacionales, generalmente sin el habitual sobreprecio. Entonces, os preguntaréis ¿este... que bebió?
Y yo os contesto: Louis Roederer  (BRUT PREMIERE, el Cristal está vetado por falta de €).
Pues si un "champán". Por cierto, les hago saber que me jode tanto verlo escrito así, como oír punk en vez de pank; me parece una costumbre choniesnobista de lo más criticable -haciendo amigos...- .

En cuanto a los comestibles, hay muchos platos que llaman la atención del gourmet y que deben ser probados; recuerdo un Salmón marinado con helado de Queso de O Cebreiro y gelée de Tomate, un Rape braseado envuelto en Aceituna Negra... y algún que otro entrante interesante; pero yo me decanté por platos de otro tipo, sencillamente por que me apetecía, al igual que me había apetecido pedir un espumoso francés y no se puede decir que me haya arrepentido.
Cabe destacar que Laurel, dispone de un menú degustación POR ENCARGO. No recuerdo su precio; pero si recuerdo que me había resultado atractivo.

En fin; este es el aperitivo de la casa:
Gazpacho de fresas. Fresco comienzo y de temporada.
Esta ha sido mi media ración de croquetas; tan ricas por dentro, como vistosas por fuera.

Mi decena de zamburiñas, sublimadas por el champagne, las vistas, la tranquilidad y mi actitud serena.

Foie a la sartén sobre torrija de brioche. Mejor la torrija que los escalopes de foie; pero habrá tiempo a mejorar esto.

Y como no, hubo postre y fue sobresaliente:
Higos al Oporto con helado de vainilla.
Un par de cafés a los que fui amablemente invitado y una más que grata conversación con la chef, sirvieron para remate de esta velada.
Buen vino para acompañar unos platos suculentos, en un paraje paradisiaco, son algunos factores a sumar, para obtener una más que posible experiencia fastuosa.
Damas y caballeros:

                              laurel
                                                                                                                     TOÑI VICENTE

jueves, 16 de agosto de 2012

PortAmérica; un universo de posibilidades. -Nigrán-

Me veo en la obligación moral, de dedicar unas pocas palabras a nuestra experiencia en portAmérica; sin duda, uno de los festivales más ambiciosos y mejor organizados que hemos pisado. Nadie diría que se trataba de una primera edición. Supongo que la gestión de esmerArte habrá tenido mucho que ver, pues cuentan con una enorme experiencia en la organización de eventos similares.

Me gustaría agradecer a los organizadores, todas las facilidades que ha dispuesto a favor de los reporteros y redactores. Nuestra sensación al poco de llegar, era la de querer estar presentes en las sucesivas ediciones. Ojalá las cuentas cuadren y pueda repetirse, a lo largo de muchos años. 

Ya os he hablado del cartel en anteriores crónicas, así que me centraré en el apartado GASTRO y en algunos de los grupos que disfrutamos tanto la noche del viernes, como la del sábado; de los que daremos testimonio a través de las fantásticas fotografías de manpali <manpali@hotmail.com>.

Por dos míseros AMAROS (moneda oficial del festival); el público podría darse un pequeño chute de alta cocina. La cosa funcionó del mismo modo que funciona (o puede que deba decir "funcionaba"...) en la alta restauración; los asistentes se acercaban timidamente, en menor masa que hacia los habituales puestos de perritos, bocatas, churros, etc.., pero se acercaban, probaban y finalmente disfrutaban de las pequeñas creaciones de nuestros estrellados chefs. 

Aprovecho para dejar constancia de que servidor también fue usuario de los habituales establecimentos, expuestos en el párrafo anterior. De hecho, me zampé una palmera de hojaldre que estaba de vicio (hacía ya tiempo y tiempo que no me zampaba una tan rica), amén de todo tipo de chilindradas ajenas al universo gourmet que se suele exhibir en estas cibercasa.

El jueves ofició Alberto González de O Silabario; pero como ya he advertido, por cuestiones de trabajo no pudimos asistir a dicha jornada.

Así que el primer ejemplo de gastropincho deluxe, que pudimos probar, corrió de cuenta de Yayo Daporta y su equipo. Los de Cambados, ofrecieron al público un estupendo tomate eco, con bonito marinado y salmorejo. Un acierto de temporada que Yayo sirve a sus comensales en los menú degustación, que ofrece en su casa. 

Perfecto para maridar con un Rosal, que habíamos adquirido en uno de los toldos del recinto ¡Que si, que si; que se podía beber vino, en el festival!!! y he de decir que más de uno se acercó a pedirlos. Deberían tomar nota el resto de festivales. Si aquí se dedicaron a vender unos Rias Baixas y no parecía ir del todo mal, pues en otras latitudes, que miren de aprovechar para exaltar sus D.O. próximas.
Agradecemos el tiempo que nos dedicaron y su amabilidad.



Al día siguiente sería, ni más ni menos que don Pepe Solla, quien deleitaría a los asistentes con un aperitivo "en tres servicios". Inmejorable su croqueta de jamón, buena su minihamburguesa y correcta la piña colada.
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Os dejamos con una buena recua de fotos de algunos de las bandas que más nos gustaron, de las que presenciamos. Love of Lesvian en nuetra primera noche, Vetusta Morla, que junto con Corizonas dieron dos de las actuaciones más apoteósicas del sábado y Fuel Fandango, con su escenografía plagada de flores y vestidos imposibles.













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